V

25 2 0
                                    

Narra Irma:

-Entonces, ¿Todo claro? -me giré hacia Nick, con quién había estado hablando desde ya hace dos horas.

Me estuve dedicando a explicar ciertos factores de los que quizás debería hacerse cargo en mi ausencia. Él parecía entender todo, lo cual me ahorraba el tener que extenderme más en cada detalle.

-Espero que funcione todo si se vuelven a salir de control... -entendí de inmediato.

Todos habían quedado preocupados e inquietos ante los hechos de dos días atrás. Después de todo, perdimos a algunos hombres antes de yo llegar y eso evidentemente genera desconfianza. He tratado siempre de dejar en claro que no hay nada qué temer siempre y cuando estén de mi lado, pero supongo que he fallado algunas veces.

-Sí lo hará. Si no lo hace, será responsabilidad tuya, no mía -aclaro-. Así que te recomiendo que lo practiques.

El olor que se aproximó me hizo incorporarme y girarme hacia las escaleras, por donde bajaba mi adorado confidente.

-Ya está, tenemos todo. ¿Nos vamos? -preguntó con cierto entusiasmo.

Nick desvió la mirada y se sentó en el mismo sofá de cuero que yo hace dos días, cuando le informé que quedaría a cargo. Sé muy bien que él es el más capaz para ese puesto, las veces pasadas dejaba un clon de mi persona, pero actualmente no cuento con esa capacidad. Razón por la que debemos ir a cierto sitio, razón también por la que Ian se encuentra animado.

-Sí, nos vamos -sonreí.

Hice una pequeña reverencia a Nick y reí burlona. Acto seguido, caminé hasta la puerta de la cabaña y salí por la misma, con Ian siguiendo mis pasos.

Suerte, querido Nick.

***

Finalmente estábamos en este lago que tantos escalofríos me brindaba siempre que me encontraba frente a él. Mi dulce humano quiso acercarse conmigo al lago, tal como le prometí la última vez, pero es que... No podía permitirlo. Por nada del mundo dejaría que ese monstruo le corrompiera.

-Aún no sé por qué deseas tanto la inmortalidad, Ian -sabía perfectamente que esto provocaría una discusión, y es lo que necesito-. ¿Acaso no ves lo que es esta mierda?

Un suspiro fue lo que recibí a cambio de mis palabras. Él sólo retrocedió, parecía estar indignado.

Supongo que no era de menos después de ya tanto tiempo sin cumplir con lo que le he prometido.

-No me controlarás de nuevo, Irma. No iré, no sé por qué me emocioné si sabía perfectamente que a último momento te negarías -sentí una pequeña punzada en el pecho, eso me había dolido-. Anda, no te preocupes por mí. Después de todo, nunca lo haces.

Me giré de inmediato hacia el lago, cerrando fuertemente los ojos, puse un pie en el agua helada.

Si hago esto es porque me preocupas, Ian...

Sin más por parte de ninguno, retrocedí varios metros para tomar impulso y luego corrí a lanzarme al agua. Lo había hecho, estaba sumergiéndome. Después de mucho tiempo, mi ropa se empezó a deshacer, a cambio, una luz blanca comenzó a envolver mi cuerpo desnudo. Segundos después se desvaneció, dejándome contemplar como ahora llevaba un vestido blanco.

Una media sonrisa se formó en mis labios antes de cerrar los ojos y dejarme absorber por la oscuridad de las profundas aguas.

«Así que después de tanto la jovencita ha venido a buscarme...»

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 27, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Luna Creciente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora