Capítulo 5

15 3 0
                                    

De su parte sentía tanta ternura, cariño y amor, que me hacen estar contento y pleno conmigo mismo, y mi bebé. Ya quiero que salga del hospital, lo quiero en casa junto a mí para que vea como crece nuestro hijo o hija. Y aunque aún estaba agachado tratando de escuchar los latidos del bebé, hice que se levantara y se recostada en su camilla, eran demasiadas emociones por hoy. Su madre lo tranquilizaba porque al acercarse a él, le hizo saber de una manera muy amable que me iba a cuidar mucho, y yo por otra parte cómo se acabó él horario de visita, le prometí que me cuidaría mucho, nos despedimos con su mamá y fuimos a casa.
Durante él camino me comenzó a dar sueño, me siento agotado y también tengo hambre.
—Daimon, ¿tienes algún antojo?-me preguntó un tanto inquieta.
—No señora, sólo quiero comer frutillas con crema y se me hace agua la boca por ello-le respondí saboreandome y sintiendo él olor a frutillas.
—Esos precisamente son antojos-me platicó sonriendome.
Pasaremos al almacén cerca de casa, ahí venden frutilla y crema. te veo una carita, y unos ojos tan radiantes Daimon, te asenta bien él embarazo. Agregó.
Escuchar a mi suegra, me decía, y me cumpliría ese antojo, me emocionaba, porque al mirarla de esa manera, estoy seguro de que hará todo por su nieto (a). Va a ser una linda abuela, muy consentidora por lo demás y eso me tiene lleno de felicidad, además de estar rodeado de personas cariñosas, como lo son ellos dos.
Como estábamos cerca de casa, la madre de Brian hizo que me adelantara caminando hacia ésta, ya que ella pasó al negocio que estaba a unas casas de la nuestra. Mientras entré a casa, me acomodé en él sofá y comencé a pensar en mi Brian, en nuestro bebé y en cómo sería, a quien de nosotros se parecería, y sonriendo puse una mano sobre mi vientre, acariciando a éste, no se si mi bebé me escuchaba, pero empecé a conversar le, y a decirle que estoy contento de que esté ahí dentro y que quiero que se desarrolle muy bien, se que estoy recién empezando él embarazo, pero quiero tenerlo en mis brazos ya, y cómo me emociona. De momento ví que la mamá de Brian entró por la puerta y traía de frutillas y crema para comerlas.
Tiempo más tarde mi suegra me llevó un pocillo con frutillas y mucha crema encima, no dudé ni por un segundo, me las comí con ganas, por un momento pensé que iba a devolverlas y no fue así, las resistí.
Con la mamá de él, nos pusimos a ver la televisión, empecé a pestañar por él sueño y mi cansancio, y no me di cuenta de como me quedé dormido, sólo sentí a lo lejos que alguien puso algo sobre mí y murmuró algo.
Durante él sueño fue todo ta. hermoso porque ví a mi amor conmigo, pero estaba confundido si yo lo dejé bien en él hospital y ahora lo veo muerto, no, no puede ser, mi amor, mi amor vuelve conmigo, vamos a tener un hijo mi amor por favor, no me dejes solo, por favor amor, no me dejes solo, estaba desesperado por verlo con vida otra vez, hasta que muy a lo lejos siento una voz que me llama, se parece a la de Brian, seguía y seguía llamándome, hasta que abrí mis ojos y lo ví a él ahí.
—Amor, mi amor-le dije cuando lo ví y de inmediato lo abracé llorando.
—Shh.....tranquilo mi amorcito hermoso, no llores, no llores que le hace mal al bebé, ya estoy aquí-me consoló correspondiendo él abrazo.
Era una sorpresa, le dije a mamá que no te dijera nada, fue después de que se vinieron, que él doctor me dió él alta, me vino a dejar una ambulancia, aunque tengo mis parches, pero tranquilo mi amor. Añadió con tranquilidad.
Su madre me sonrió y nos dejó , me tocó mi vientre y lo acarició por un rato, estoy contento y no dejaré que se vaya de mí. En cuanto a las clases, las inasistencias y lo demás, ya hallaremos la forma de terminarlo.
A medida que pasaban los días me empezaba a sentir mejor, y a mi querido amado ya sin parches en sus brazos, pero aún con puntos, ya se veía mejor. La madre por otro lado nos sacó a los dos de la escuela, aunque tuvo un par de problemas por no ser mi tutor, de mi madre no supe nada más, mi embarazo va muy bien y Brian cada vez que puede me acaricia, me mima, cumple mis antojos, somos inseparables y está al pendiente de mi en todo momento.
En algunas ocasiones pensaba y a veces me cuestionaba, si es que tengo un bebé dentro de mí, su mamá y él se encargaban de tranquilizarme, ya que hacían que me arremangara un poco mi polera y mirara él espejo hacia mi vientre, y he ahí cuando notaba un pequeño cambio, no era mucho pero se notaba.
Sólo quiero conocer a éste pequeño o pequeña que crece aquí dentro, aunque tengo miedo de que todo desaparezca, temo que Brian no esté para apoyarme y me quede solo.
Mi suegra estaba cada vez menos en casa, debido a que nos deja  tener nuestra privacidad de pareja, pero debo admitir que ya no podíamos hacer él amor como antes, ahora hay un bebé que cuidar y proteger en mi pancita, y aunque soy hombre, ¿qué tiene de malo tener un bebé en mi vientre?, yo creo que nada malo, sólo que tengo pene y eso qué, soy él hombre más feliz de éste mundo. Muchas veces he querido que mi amado me toque como antes, pero no se puede, y eso aunque busque cómo hacer que se acueste conmigo.
Buscamos las maneras más tiernas para acariciarnos y demostrarnos amor sin dañar al bebé.
Él invierno se acercaba de apoco y yo no tenía ropa como para abrigarme a mí y a mi barriguita más adelante.
Al pasar un día y medio la madre de Brian dijo que iríamos de compras, yo por cierto me extrañé demasiado, a ella no le he pedido nada, no me corresponde porque no es mi mamá, afuera esta un poco nublado, sólo tengo un par de pomeras para colocarme y un jeans que me apretaban en la parte de la cintura y él vientre, eso dolía ya.
—Amor, ¿pudiste abrigarte?-me preguntó Brian desde él comedor.
—Cielo no tengo chaleco, ni polerón-le contesté avergonzado, saliendo de nuestra habitación.
Mi vida no me corresponde pedir nada, ella es tu madre y no lo mía, no debe gastar dinero inútilmente en mí. Agregué preocupado.
En eso veo que se acerca su madre a decirme que no debo preocuparme por nada, mientras Brian me ayudaba a colocarme un polerón para que no me resfriara ni nada, me tomó de la mano y fuimos con mi suegra al centro comercial por ropa para mí.
Una vez que ya estábamos allí, comenzamos a recorrer él lugar, buscábamos la tienda para poder obtener dicha ropa, su madre por otro lado cuando pasábamos por fuera de cada local de ropa para hombre, se detenía y miraba, Brian por lo consiguiente y yo estaba totalmente distraído, hasta que me dieron ganas de ir al baño.
Doy gracias de que él servicio higiénico estaba cerca, porque ya estaba que me orinaba, con esto del bebé me dan ganas de ir al baño a cada rato.
Ahora que ya me sentía más aliviado, salí del baño y estaban esperándome él y su madre para proseguir a elegir una tenida prudente y sutil para todos los días. Por lo menos eso pensaba que sólo me comprarían un polerón y/o chaleco, un pantalón y zapatillas cómodas para que no se me hinchasen los pies.
Después de unos instantes, pasamos a una tienda donde hay de todo tipo de ropa, desde boxers hasta pijamas, al ver todo esto me entró el interés por empezar a ver algún pantalón de buzo, que me quedara cómodo, alguna polera un poco más larga para más adelante cuando crezca mi pancita. De repente me di cuenta de que Brian y su mamá me estaban mirando, me sonroje mucho porque no quería molestar tanto y también por la vergüenza, de inmediato dejé la ropa donde estaba, aunque debo admitir que me gustan algunas, sobretodo la que tenía un corazón al costado izquierdo porque me serviría para cuando tenga mi vientre mas grande, y así se notará cuanto amor le tengo a mi criaturita. En eso se acercó Brian, sacó las poleras que había visto y se las pasó a su mamá, creo que me las llevarán, de pronto ví también un pantalón de buzo, un pijama corto y largo, mas unas pantunflas para descansar mis pies, y unas zapatillas.
Cuando salimos del local, fuimos a comer algo porque teníamos hambre, Brian pidió fideos con salsa, su madre una sopa y yo pedí unas papas fritas con churrasco, con cebolla, una bebida menos coca cola porque es abortiva, pebre y un helado de lúcuma con salsa de caramelo. Comía con que ganas, está todo tan rico, él sabor del pebre con papitas y él churrasco me volvía loco y se me hacía agua la boca con todo. Cuando terminé de comer, mi suegra y Brian me veían con tanto cariño, me sonreían hasta que se acordaron de que aún no me habían comprado chalecos y/o polerones, así que la mamá pagó la cuenta, nos levantamos y nos fuimos.
Por él momento estoy satisfecho, toqué mi vientre para sentir si acaso se movía mi Benito, pero aún nada, esta muy pequeño aún. Volvimos a la misma tienda,  caminamos a la sección donde estaban los polerones, y cuando ví uno de color negro me encantó, y otro era del mismo color también me encantó, sólo que éste tenía detalles azules y verde neón. Los escogí, los llevaron a la caja, los pagó mi suegra, y al salir de dicha tienda otra vez me dieron ganas de ir al baño.
Otra vez me acompañaron, entré nuevamente sintiendo un alivio tan grande, que mi amado no lo entendería, y cuando al fin salí, estaban los dos ahí, le di la mano a Brian h una vez que ya caminamos a la parada del bus, esperamos un poco él autobús, hasta que pasó y nos devolvimos a casa.
Pasado ese episodio comenzaron a pasar las semanas, mi vientre se me empezaba a notar un poco más, y mis antojos cada día iban en aumento, Brian por su lado ya había empezado a trabajar con permiso notarial de mi suegra para poder comprar los pañales, la ropa y lo que necesita nuestro bebé. En la casa, ayudo lo que mas puedo aunque la madre de éste no me deja hacer mucho, yo trato de ayudarle igual  porque corresponde que no holgazanee, por otro lado la retención de líquidos que tengo es impresionante, más de ir a cada rato al baño.
Cada mañana me levanto temprano a desayunar con Brian, y así era todos los días, hasta que los días pasaban uno a uno totalmente rápido, que no me di cuenta de que ya no tenía tres meses y medio.
A los tres meses y medio de embarazo me hicieron mi primera ecografía, junto a mí estaba mi amado y él doctor cuando me mostró al bebé por la pantalla mi emoción fue mucha, tanto que lloré de ello, y cuando escuché esos fuertes latidos, mis lágrimas caían porque si soy capaz de dar vida, tengo a mi hermoso bebé dentro de mí con un corazón fuerte. El médico enseguida nos dijo que podíamos saber él sexo del bebé, y moviendo él ultrasonógrafo vió algo, una pequeña visita entre sus piernas, es un niño nos dijo enseguida. Después de unos momentos terminó la ecografía, hizo que me limpiara él gel de mi vientre y nos dijo que todo iba bien, que no comiera muchas golosinas por la diabetes gestación al, ni mucha chatarra para no estar sobrepeso, me citó para un mes más. Con Brian cuando salimos de la ecografía nos pusimos a llorar emocionados, mi bebé esta mas grande y a veces noto que se mueve, pero muy poquito, que inquieto estas bebé.

Tan Sólo quiero que seas míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora