Capítulo 6

14 4 0
                                    

Estamos emocionados, conmovidos por esta vida tan frágil que llevo dentro de mí, debo decir que él buzo me sirve demasiado, aunque mis zapatillas no tanto se me hinchan mis pies y comienzan a dolerme porque me aprietan.
—Daimon, amor tranquilo ya llegaremos a casa y te pondrás las pantunflas-me dijo emocionado y feliz, tanto que parece que se le saldrá él corazón por la boca de la emoción, y tratando de hacerme caminar.
—Si amor, no te preocupes tanto, me duelen los pies, pero no es nada del otro mundo-le contesté disimulando mi dolor de pies y caminando lento.
Lamentablemente ya no me salía muy bien él tolerar mis dolores, mis expresiones en la cara le daban que pensar a Brian, o eso creía yo.
Tras salir del hospital, nos dimos cuenta con mi amado que estaba por llover, ya que es el mes de mayo, y aunque aún no estábamos en pleno invierno, él frío era inminente y éste se preocupa mucho por mí haciéndome abrigar muy bien. Él y yo nos subimos a un taxi llendo a casa de inmediato.
Ya en casa me fui a colocar mis pantunflas, que cómodas y blandas son, caminé hasta él comedor, ya que la madre de Brian nos esperaba con el desayuno listo. Me senté en la silla, me aproximé a la mesa con cuidado, casualmente fue la misma silla en la cual recordando, pasó él primer beso y manoseo entre nosotros, sonreí un momento y me puse a comer pan con mermelada de mora, está muy rica, me gustó mucho, cuando de momento observé que Brian colocó su mano en mi vientre, mientras seguía comiendo dicha mermelada y fue de repente que sentimos al bebé moverse de un lado para otros, creo que le gusta mucho lo dulce.
Nos sorprendimos mucho porque no me imaginé que se iba a mover para papá, que hermoso, tierno y dulce suena todo.
Me faltan dos semanas para cumplir los cuatro meses de embarazo, y sólo quiero que pase él tiempo rápido para conocer a mi hijo, yo creo que se parecerá más a Brian que a mí, estoy feliz y a la misma vez cansado y con sueño.
Durante esas dos semanas mi vientre se empezó a abultar un poco más, mis piernas me comenzaron a dolor un poco, y de los otros síntomas era lo mismo, antojos, retención de líquidos, ganas de ir al baño seguido e incluso escozor en los pezones, cómo me molesta eso, porque siento que me estuvieran clavando espinas. Mi amor seguía trabajando y juntando dinero para nuestro bebé, y su madre no me dejaba aún hacer muchas cosas y menos fuerzas mal hechas, bueno yo también las evito porque no quiero perder a mi hijo.
Cada día que pasa uso menos las zapatillas, sino que más pantunflas y me tengo que sentar en algunas ocasiones porque me canso un poco más rápido que antes, hasta que cumplí mis cuatro meses.
Ya estaba por terminar él mes de mayo, ya faltan tres días para que llegue Junio, él invierno ya es más notorio, y Brian no me deja salir mucho afuera, a no ser que me abrigue mucho.
Por las noches hace mucho frío y mi vida hermosa, aparte de abrigarme con él pijama largo, me abrazan por detrás haciendo cucharita, mientras toca mi vientre y lo acaricia tan amorosamente y fue ahí en ese instante que sentí a mi bebé moverse, sentí sus movimientos, bruscos movimientos.
En una noche de lluvia en vez de dormirnos temprano con Brian, me descubrió mi pancita, se acercó y se puso a conversarle a nuestro hijo, cómo se mueve cuando él papá le habla, se pone inquieto y eso me agrada tanto, que me pone feliz que seamos unidos con mi amado.
Rato más tarde nos dieron ganas de tocarnos, mas bien dicho de hacer él amor, comenzamos a besarnos, mientras él me quitó mi pijama y con mi vientre mas abultado, me miran con deseo, yo quería sentirlo dentro de mí, hasta que me sentí observado por él.
—No amor, no lo hagas, no me mires así, me da vergüenza, estoy gordito, redondito-le susurré sonrojado, y tapando mi cuerpo y a mi bebé.
—Cariño mío es normal que estés así de gordito, a mi no me importa tu gordura, además lo redondo es lindo, lo redondo es sexy, y no, no te tapes, no tengas vergüenza, yo te amo como tú eres mi amor, a tí y a nuestro porotito chico-me dijo acercándose desnudo a mí, acariciandome la mejilla y sacando las sabanas con las cual me había tapado.
Hizo que me recostada en la cama, y posándose sobre mí muy suavemente, empezó a mimarme, besarme y a demostrarme su amor. Tenemos tanta pasión por dentro que nos entendemos muy bien en la cama, y con mucho cuidado me abrió de piernas, comenzando a penetrarme, él frío de la habitación ya no se notaba, ya que todo era muy candente. Mis gemidos eran tan intensos, la manera de expresarle con mi cuerpo, mis gestos y con todo mi amor, cómo lo deseo. Su forma de tocarme es tan especial y cariñosa, que hacen que me sienta pleno, amado y querido al mismo tiempo. Brian al hacérmelo tan lento y suave, sabe cómo hacer que me apasione de una manera muy placentera, eso si sin dañar al bebé.
Como adoro que me descubra de ésta manera, me encanta que sea sucio conmigo hasta cierto punto, y ahora que tengo a mi hijo dentro de mí hay que hacerlo con cuidado.
Después de unas horas terminamos agotadisimos con todo, pero ahora que ya estábamos desocupados me vino un antojo, por comer pie de limón, Brian miró él reloj y ya eran las una de la mañana.
—Mi vida, quiero comer pie de limón, yo se que es tarde, pero la señora del negocio, ¿estará despierta?-le pregunté curioso y con la boca vuelta agua porque llegaba a ver él pie.
—Amor debe estar durmiendo, pero como te go su número la voy a llamar para preguntarle sino te salgo a buscar uno por donde sea, y lo otro vistete amor, abriguense no quiero que se me resfríen-me contestó sonriéndome y tocando mi vientre.
Minutos más tarde nos vestimos los dos, yo me quedé acostado y tapado junto a mi pancita y él salió a llamar por teléfono por lo del pie, que ganas tengo de comerlo, mientras toco mi vientre y noto que mi hijo esta despierto.
Como Brian no volvió enseguida pienso que debe andar en busca de mi pie, me levanté al baño por mis ganas de orinar, lavé mis manos, mi rostro y me miré al espejo viendo que tengo cara de empachado, pero nasa mas es producto de mi embarazo, sonreí un momento y sentí que la puerta de entrada de caso ser abrió, cuando de pronto salí de allí, y ví a mi amado que traia algo grande en sus manos y lo dejó encima de la mesa, que emocionante, ya quiero comer. Después de esto, él se dirigió a cerrar la puerta, se acercó a ese paquete grande y le sacó la bolsa, para mi sorpresa es tremendo pie, al sentir él olor él bebé se me empezó a mover y yo a saborear.
Enseguida mi amor trajo de la cocina un cuchillo, cortó él pie en trozos y yo no aguanté más, me puse a comer con muchas ganas, Brian me miraba sonriente y con satisfacción creo, mientras me tocaba él vientre y como se mueve mi pequeño.
—Brian, mira siente cómo se mueve-le platiqué comiendo pie con una mano en mi pancita.
—Haber amor, voy a sentir al bebé-me profirió curioso con su mano en mi barriga, sintiendo que se movía mucho.
Los dos sentimos como se mueve con lo dulce, al mismo tiempo le agradecí por haberme traído él pie de limón, me comí un par de pedazos más e hice que nos fuéramos acostar, ya que me dió frío y cuando estábamos ya en la cama, nos pusimos de cucharita, él me abrazó por detrás poniendo sus manos en mi vientre, lo acarició junto a mí, él aún se seguía moviendo, hasta que tiempo mas tarde nos dormimos sin darnos cuenta, y muy abrigados porque la habitación se había puesto fría.
De apoco abrí mis ojos, aún con sueño, giré un poco mi cabeza para darle los buenos días a Brian, pero éste ya no estaba, al parecer se fue mas temprano y cuando miré la hora en mi teléfono ya eran las once de la mañana, siendo yo él que despertó tarde. Le di los buenos días a mi bebé, también le conversé que estoy feliz de que esté aquí dentro, no fue para más, que empezó a moverse. Cuando me levanté en pijama para desayunar con mi suegra, en él comedor había una nota que decía que estaría de viaje por unos cuantos meses y que siempre estaría al pendiente de nosotros, en pocas palabras somos bebé y yo en casa solitos.
Me preparé él desayuno, puse mermelada de mora en la mesa que es lo que más me gusta, me hice una leche con chocolate, me comí toda la mermelada con que ganas, me bebí toda mi leche, así terminando de comer. Y así es todas las mañanas, excepto cuando me levanto a desayunar con Brian.
Antes de las dos semanas que me faltaban para ir docto, estando solitos en casa, hago aseo, ordeno un poco, aunque me cando más, mucho más porque cada día él bebé esta más grande, y en las tardes cuando llega mi amado le tengo la cena lista.
Un día viernes me dijo que lo fuera a buscar al trabajo, me dejó la dirección y que cualquier cosa lo llamara por teléfono.
Hice todas las cosas de casa, me fuí a bañar con agua tibia, me cambié de ropa a un pantalón de buzo mas ajustado, mis converse, una polera y dos cosas, un chaleco  delgado abajo y encima él polerón negro con detalles neón, y en efecto salí a buscarlo a su trabajo.
A unos metros de donde trabaja, mi hijo se me empezó a mover muy brusco, caminé mas despacio, y cuando me voy acercando para entrar al Hall de su edificio, lo veo con una mujer conversando, pero ella se le acercaba cada vez más, hasta que entré y los quedé mirando seriamente de brazos cruzados
—Daimon llegaste& me dijo feliz de verme, mientras yo permanezco serio e interrumpiendo ella
—¿Quién es él mi amor?-le preguntó muy cariñosamente.
—No digas eso, él es mi pareja y esta embarazado-le contestó muy molesto.
—¿Sabes qué?, mejor vete con ella, yo estoy gordo y feo para tí, vete solo- le grité llorando, dando la vuelta pata irme, y en ese instante ella se me acercó.
—Lo siento, no lo sabía, no te molestes con él, fue todo mi culpa no sabía que era homosexual-se disculpó y se fue.
Y en él momento en él que iba a salir, siento que me sujetan la mano, giré un poco mi cabeza, volteando la mirada, y era Brian tratando de detenerme para que no me fuera, mientras mis lágrimas caían por mi sensibilidad.
—Amor, no te vayas, por favor es importante que te quedes-me platicó avergonzado.
—Mire Señor Katsuki, usted no me va a convencer de nada- le respondí y sin esperarlo me besó enseguida.
Intenté alejarlo de mí, pero no pude y por supuesto correspondí ese beso porque lo amo, aunque quise enojarme con él no pude, mis sentimientos son muy fuertes por mi amado.
Después de un rato me hizo pasar a una pequeña oficina, fue ahí que supe que trabaja en un call-center, hizo que me sentara un momento mientras  terminaba de dejar todo listo para él lunes, y unos instantes más tarde nos fuimos a un restaurant.
No estoy en mi mejor facha, pero él me acepta igual, cómo ande vestido, sólo que no me podía colocar traje por él embarazo, me incomoda mucho, prefiero estar con ropa cómoda, y mientras estábamos en él restaurant, mi hijo se me mueve mucho, sobretodo cuando habla mi amor, éste es inquieto, más de lo normal

Tan Sólo quiero que seas míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora