Capítulo 4

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-Soy super adorable- dice Alison mientras se agarra los cachetes llenándose de chocolate

Saúl noto la mirada de Regina le costaba entender que sucedía así que volteo hacia donde Regina miraba pero como estába lejos no podía ver bien a aquella mujer.

-Ayyy Alison mirate ya te manchaste toda- dice riendo- Vendrán las hormigas y te comerán

-Ay Ama las hormigas son mis amigas, recuerdas cuando le puse hormigas a los zapatos de mi papá- ríe

-Ayyy siii- estalla en risas- pobrecito no podía caminar de tantos piquetes que traía en los pies

-Se los merecía- dice Alison riendo

-Ay pero namas tantito- ríe recordando

-Ay mamii- ríe

Regina seguía en shock pero aún así avanzó a pasó lentos hasta la mesa de Altagracia y con la voz temblorosa le dice...

-Altagracia en serio eres tu?- dice Regina con la voz quebrada

Altagracia al escuchar esa voz se queda sin aire por un instante, el pasado estaba golpeandole en el rostro de nuevo pero esta vez ella devolvería el golpe, como si el tiempo no avanzará demasiado rápido Altagracia se gira encontrándose con la que alguna vez fue su hermana. Su sonrisa se desvaneció dando a lugar a una mueca de desagrado e incomodidad

-Quien eres tu- le dice Alison después de un largo silencio

-Altagracia ella es tu hija- le dice Regina con los ojos cristalizados, la similitud entre ambas era espectacular Alison era la viva copia de Altagracia

-Si si yo soy su hija, Pero aún no me ha respondido. Quien es usted?- la analiza de arriba a bajo- Y como conoce a mi mamá?

-Que haces aquí- Altagracia la mira con rencor

-Vine a buscarte- dice en un hilo de voz

-Alison mi amor ve a lavarte la cara si?- Altagracia la mira

-Pero Mami- hizo un puchero

-Ve mi amor- le sonríe- Luego nos vamos a casa

-Esta bien- dice no muy convencida pero se marcha

Saúl quien observaba todo de lejos, decide descubrir quien era aquella niña y la sigue hasta el baño

-Que haces aquí Regina

-Vine a tratar de arreglar mi error, puedo sentarme?

Altagracia la mira receosa pero como no quería armar un escándalo con su hija a pocos metros de ahí concuerda

-Sientate, que quieres- la mira sería

-Quiero intentar arreglar las cosas por que se que lo que hice no tiene perdón- baja la cabeza- Pero cuando me enteré que entraste en aquel mar y que de allí no saliste- la voz se le quiebra y los ojos se le cristalizan- Todos estos años no hubo un sólo día que no me sintiera culpable- mira hacia arriba pare evitar llorar- Isabela y yo te hicimos un panteón significativo ya que nunca pudimos encontrar tu cuerpo. No ha pasado un sólo día en el que no fuera a ese panteón a llevarte flores y a llorar tu ausencia Me sentí muy sola, pensé que habías muerto-llora- Pero estas aquí- sonríe- Viva y con una hija muy bonita

-Ya no quiero escuchar más Regina, me hicieron mucho daño, me traicionaste. Tu mi hermana, me traicionaste preferiste mil veces irte con Mónica que quedarte conmigo; cuando más te necesite

Una nueva oportunidad:La Doña 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora