Capítulo 40

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Día 355

De nuevo estoy aquí, en el mismo lugar espiando a Jenifer.

- sigue siendo sólo ella con las otras chicas, sólo que hay un chavo con ellas

- ¿Qué? ¿Quién es? - pregunto un tanto alterado

- tranquilo, es gay

- genial - suspiro - mándame una foto

- ¿Qué? ¿No confías en mí?

- si, sólo que quiero comprobarlo

- ¡No! Eso ya sería pasar el límite

- ¿Me estás ocultando algo?

- no

- No te creó - eso fue todo

- ¿De verdad? Pues si no me crees ven a verlo con tus propios ojos, idiota - colgué, me liberé, wow eso se sintió bien
_

Salí un poco tarde ya que me tocó hacer el aseo en el salón, Jenifer ya se fue así que estoy sola.

El día no podría ir mejor, Daniel está afuera al parecer esperándome. Genial, puedo mandarlo a la mierda en persona.

- Hola Cam - me saludo, yo sólo le di una mirada y seguí con mi camino - hey, espera

- ¿Qué quieres? ¿Vienes a decirme en mi cara que soy una mentirosa? Adelante, te escucho

- no es eso, lo eres pero eso tú ya lo sabes.
Sólo vine a recordarte la razón del porque me estabas ayudando

- ¿De verdad? ¿Y cuál es esa razón?

- que aún me quieres - me dijo con una sonrisa sinica - por más que trates de ocultarlo, sigues estando loca por mi, se nota a kilómetros

Se acercó unos paso más a mi quedando sólo a centímetros

- ¿Sabes que puedo hacer para convencerte? - le voy a seguir el juego un poco más. Negué con la cabeza - voy a estar contigo solo si logras demostrar que Jenifer me es infiel.
Voy a dejarla a ella sólo para estar contigo.

Estaba acercándose lentamente a mi rostro con intención de besarme yo no pude aguantar más y empecé a partirme de la risa, su cara de confusión fue aún más graciosa.

Cuando finalmente puede calmarme le dije:

- no sé que clase de persona crees que soy y la verdad eso me ofende, sólo un poco.
En efecto, te quería pero eso es cosa del pasado, tú eres un idiota y finalmente puedo ver qué eres una causa perdida.

- con el simple echo de decirte dos palabras volverás a mi, cariño

- ¿Si? Adelante, dime una vez más qué me quieres. Esta vez prometo no creerte. - lo rete

- ¿De verdad quieres hacer esto por las malas?

- No, no voy a hacer nada, ni por las buenas ni por las malas.
Estoy harta ¿Entiendes? Pase días sufriendo por ti, no estoy orgullosa de eso ¿pero sabes de qué si lo estoy? - el negó con él ceño fruncido - de que finalmente puedo enfrentarte, tú me destruiste ahora me toca a mí - sonreí

- ¿Y como lo harás? - preguntó desafiante

- Sé que realmente sientes algo por Jenifer - me miró confundo  y yo suspiré - la ves como yo te veía a ti.
Sabes que puedo hacer que ella te deje en cuestión de segundos con el simple echo de mostrarle nuestra conversación y si, posiblemente pierda su amistad pero eso no importará si así puedo ver como todo tu mundo se desmorona

- no creí que fueras así Camila - ya somos dos.

- Yo tampoco creí que fueras un idiota, manipulador ¡Pero mira, las sorpresas que da la vida!

- es que... Ella lo es todo para mí - dijo a punto de ¿Llorar? Esto no tiene precio

- dime Daniel, ¿Qué se siente que la persona que menos esperabas te encaje un cuchillo por la espalda? - el sólo bajo la mirada - pues eso que siente multiplicalo por 10 y entonces me entenderás.

- Vamos, tú y yo somos amigos, no deberíamos de estar peleando - trato de solucionar todo.

- Sólo soy tu amiga cuando te conviene.
Ahora ¿le dices tú la verdad o se la digo yo?

- Cam, por favor no hagas esto

- no esperes que tenga piedad contigo, hoy no.

- Bien, se lo diré yo.

- sólo, no trates de alterar la verdad que tengo esto - dije mostrándole la grabadora de mi Celular, así es mi gente, Camila tenía un plan y está saliendo a la perfección.

Su cara de enojo me encantó, como para tomarle una foto y enmarcarla.
Me acerqué hasta su oído y le susurré:

- Dile hola al karma, cariño.

Sobreviviendo a Un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora