CAPÍTULO 8 El retorno

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Querido diario, ya estoy en mi casa.
Mientras volvía, en la tele del tren pusieron las noticias. Al parecer un convento ha ardido en llamas. Resulta que las monjas estaban drogadas.(Que penita mi jesusito). Bueno, todas todas no. Y cómo no, la única que no estaba drogada era Sor Eugenia. En las noticias explicaba que le dolía la barriga, y que no tenía hambre, y por eso no había probado la sopa.(Y no me esxtraña. Se había zampado 24 pedos de monja la gorda golosa).
Ella me culpa por venganza, pero los policías no piensan lo mismo.
Como ha sido la única que no ha probado la sopa la han acusado de drogar la comida.
¡¡Jajaja!!,que p*ta . Haber si en la cárcel no tarda tanto en salir del baño.
Cambiando de tema. Mañana saldré con mis amigos a dar una vuelta, pero no le dirigiré  la palabra  a Alfonso. O como yo lo llamo: el mocos.(Este nombre tiene una explicación. Y es que de esnifar tanto se le cae la gotilla por la fosa izquierda).

Múriel➕

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