Extra 2

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La fatídica noche

Sara has vuelto, se supone que no debería emocionarme pero verte de pie en la entrada de mi casa ha removido todos esos sentimientos que he ocultado estos últimos días.

Te ves más hermosa que nunca y esa sonrisa que me brindaste al momento de verme ha hecho que se acelere mi corazón.

Siempre te he amado Sara y quiero estar contigo siempre, estar a tu lado es todo lo que pienso durante mis largas noches de insomnio.

Pero no puedo, Darling es muy linda y me gusta mucho, Sara creo que debes irte.

Te vi entrar a la casa después de que te dije que te vayas y fuiste a mi habitación, fui tras de ti Sara, siempre voy a ir tras de ti.

Cuando llegue estabas sin ropa sobre mi cama, tu cuerpo se veía mucho más hermoso de lo que lo recordaba.

Me sonreíste y me dijiste que me acerque, fui y termine entre tus piernas, como lo recordaba, estar entre tus piernas siempre fue el paraíso para mi.

Te hice gemir como antes, volví a sentirme vivo Sara. Me corrí dentro de ti y esta vez sin miedo de que te puedas embarazar, estas muerta Sara y los muertos no pueden tener bebés.

Me levanté de la cama y me vestí, estabas tan hermosa desnuda pero te pedí que te fueras, Darling vendría a cenar esta noche y había invitado a mi madre para que la conociera.

Pero no te fuiste Sara sonreíste y me susurraste algo que no pude pasar por alto

"Puedes venir conmigo esta vez" fue lo que dijiste mientras tomabas tu ropa y te vestias.

Sonreí ante la posibilidad de ir contigo una vez más pero al cerrar mis ojos ya no te vi a ti Sara, había visto a Darling por lo  que te respondí que no quería ir, que iba a esperar a mi nueva novia y me quedaría con ella.

No te enojaste, al contrario, te abalanzaste sobre mi y me besaste empezaste a tocar mi cuerpo y mientras lo hacías en mi mente aparecieron todos esos hermosos momentos que compartimos juntos.

"Podremos estar con nuestro hijo" Y esas fueron las únicas palabras que necesite para olvidar todo lo que sentía por Darling.

Te pregunté que debía hacer y me sorprendio escucharte decir que debía matar a Darling y a mi madre porque ellas solo interferirían con nuestra partida.

Sonreíste después de aquellas palabras, lo hiciste con tanta calma que no dude ni un segundo de la decisión que había tomado.

Me llevaste a la cocina, me sentía en el limbo, estaba emocionado, al fin podría volver a ver a mi hijo y estar contigo Sara, mi dulce Sara.

Cuando estaba en la cocina la puerta de mi casa sonó y desapareciste no sin antes dejarme un cálido beso y una hermosa sonrisa.

Sabía lo que tenía que hacer así que fui y abrí la puerta, Darling se encontraba de pie con un hermoso vestido blanco que le quedaba un poco más arriba de la rodilla, la invite a pasar y sonreí como cualquier hombre enamorado.

Ella me devolvió la sonrisa, pero no era tan bonita como la tuya Sara, nadie sonríe como tú.

La lleve a la cocina y cuando ella se sentó en uno de los taburetes me paré tras de ella sosteniendo con un cuchillo en su garganta.

Ella se asustó y me pidió que la soltara, dijo que no era gracioso lo que hacía, pero no la solté y apreté un poco más el cuchillo.

De su cuello empezaron a salir finos hilos de sangre y eso me motivó, era más fuerte que ella así que la levante y la coloqué sobre la mesa, ella no se movía, creo que era por el miedo a la muerte o por que pensaba que era una broma, que me detendría, pero no lo hice.

La recosté sobre la mesa y con el cuchillo rasgué su vestido, ella soltó un pequeño grito pero lo ignoré y continué rasgando su ropa interior, pasé la punta del cuchillo por su vientre y ella se retorció, en silencio comenzó a llorar, era su fin y ella lo sabía.

Tomé sus manos, sus bellas manos, y con el cuchillo corté uno de sus dedos, un grito ensordecedor brotó desde el fondo de su garganta, no quería que nadie nos escuche así que le di un fuerte golpe en la cara.

El golpe fue tan fuerte que perdió el conocimiento.

Continúe cortando uno a uno sus dedos, cuando terminé con sus manos ella había recobrado el conocimiento y empezó a gritar rogando por su vida. Ignoré cada palabra que ella gritaba y fui directo a sus pies, pero no pude continuar por sus gritos, asi que subí a su boca y corté su lengua.

Volví hacia sus pies pero antes de empezar a cortar vi el desastre que estaba haciendo con la sangre que emanaba de su boca, mientras pensaba que hacer escuche la voz de Sara en mi cabeza "Apúrate que va ha morir pronto"  rápidamente corte los dedos de sus pies y cuando terminé una hermosa y reluciente hacha se encontraba sobre la mesa, la tomé y fui cortando uno a uno sus brazos y sus piernas, para cuando terminé de hacerlo ella había muerto ahogada con su propia sangre.

Tomé sus extremidades y las coloqué en el lavabo, necesitaba limpiar un poco la sangre antes de que llegara mi madre así que abrí la llave y deje correr el agua.

No pude continuar limpiando, fui interrumpido por un fuerte grito, no me percaté que mi madre había entrado a la casa cuando estaba moviendo los restos de Darling.

La miré a los ojos, mi madre estaba de pie en la entrada de la cocina con un hermoso vestido azul que la hacía ver diez años más joven, pero al ver tal escena ella sin esperar intentó salir corriendo, me quedé unos segundos mirando a la nada hasta que Sara me dijo "Debes alcanzarla, si se va te denunciará con la policía".

Salí tras ella con el hacha que había utilizado para cortar a Darling y antes de que lograra abrir la puerta la tome del cabello y la lancé al suelo.

Gruesas lágrimas descendían por sus mejillas y entre sollozos imploraba por su vida, pero era demasiado tarde, todo había sido culpa suya.

Si mi madre no me hubiera enviado a este lugar Darling estaría viva, incluso se hubiera casado y hubiera tenido hijos.

Todo esto es una venganza de Sara y yo he sido su juguete, pero la amo y todo lo que hice es para volver con ella.

Me coloqué sobre mi madre y rasque su ropa repartiendo cortes por todas partes, ella continuaba gritando entonces pasé el cuchillo por su cuello y presioné hasta que su cabeza se separó del cuerpo

Me levanté de ese desastre que había hecho por culpa de mi madre, tendría que limpiar eso, me dirigí a la cocina y pude ver a Sara de pie frente los restos de Darling.

Sara sonreía mientras tocaba cada parte del cuerpo que se encontraba sobre la mesa, la llave de agua seguía abierta y el agua estaba inundando el suelo.

Lo hice Sara dije mientras me acercaba y la besaba.

"Lo se mi amor, pero ahora es tu turno" dijo y antes de que pudiera darme cuenta me tomó de la mano y me llevó a mi habitación.

Cuando llegamos, ella ya no era la misma Sara que había hecho mía en esta misma cama, su aspecto se había deteriorado y había empezado a flotar una vez más.

"Solo queda algo por hacer mi amor" dijo mientras que sacaba un pequeño bulto del armario.

"Debes morir para poder ir con nosotros" dijo y se pudo escuchar el llanto de un bebé.

Que debo hacer dije armandome de valor mientras me sentaba en la cama.

"Tu no debes hacer nada, lo haré todo yo" dijo y antes de que pudiera aceptar metió su mano por mi pecho y arrancó mi columna junto con mi corazón.

Tuve apenas unos segundo para verla antes de morir, y la vi parada frente a mi tan hermosa como ella era, con nuestro hijo en brazos, sonreí ante el recuerdo y todo se volvió negro.

EL INHUMANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora