III. KyuHyun.

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La mirada perdida sobre la sábana blanca que abordaba un menudo cuerpo de veintitrés años, amoldada por el ritmo de respiración que había adoptado en un estado de tranquilidad aquel paciente por el cual, el dueño de esa mirada, no dejaba de cuidar.

3:32am.

La puerta se abrió y un sonido de sorpresa emanó de aquella enfermera aún de turno. SiWon cambió su expresión al notar que solo era MiSung.

— Los señores Cho acaban de retirarse en un taxi.

— Bien. —SiWon aún no despegaba la mirada del paciente.

La enfermera Kim procedió a realizar su labor de todas las noches por aquella semana. Anotó los signos vitales, verificó el ritmo cardíaco, la dosis de medicamento bien graduada con el suero y por último, imitó la posición del doctor desde el otro lado de la cama.

— Despertará al amanecer. ¿Por qué no...?

— Escapaba de su padre.

SiWon después de largo tiempo por fin despegó la mirada del paciente para dirigirla hacia la enfermera.

— No está seguro. Y al parecer el comportamiento del padre es la razón.

— ¿Qué notó?

Kim era una de las mejores enfermeras de la clínica. Había trabajado con SiWon desde que este se integró al personal. Una buena dupla médica, por lo que la menor cruzó los brazos a la espera de una respuesta.

— Una historia que yo nunca pedí. Es adoptado.

La mirada de la joven se posó una vez más en el castaño, y ordenando mejor sus ideas entendió todo.

— Es una pena.

SiWon se giró y aún con los brazos cruzados afirmó a la decisión que había tomado en un arranque de preocupación sorpresiva.

— Haré guardia en esta habitación.

MiSung parpadeó tratando de asimilar la noticia. Era la primera vez que escuchaba un acto de ese tipo en la carrera del doctor Choi.

— Asegúrese de tener el reporte que le pedí cuando amanezca.

Sin más que decir el mayor salió de la habitación 109 rumbo a su oficina, y en el trayecto pensando de dónde rayos había sacado esa decisión. Era un desconocido. Un paciente. Un nuevo caso por tratar, solo eso.

'' — Abuelo, ¿Por qué hoy no estarás?

El anciano soltó una risa cansada ante la muy conocida actitud tierna de su nieto. No era la primera vez que escuchaba esa pregunta.

— Un doctor jamás abandona.''

— Entonces... ¿Por qué lo hiciste? —Con el pulgar dejó de acariciar el rostro reflejado en aquella fotografía que formaba parte del consultorio que habitaba desde hacía cinco años aproximadamente.

Bebió agua, suspiró, bebió un trago más y luego deshechó el vaso de plástico. SiWon sabía que sería una noche larga, después de todo, esa preocupación desconocida había hablado por él.

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Las teclas no dejaban de sonar y el café se agotaba. Kim MiSung trataba de mantenerse despierta para darle fin al bendito reporte, al cual no le veía tanto sentido. ¿Cuál era el propósito? Hospitales, clínicas, certificados, y nada. Todo el análisis médico en el paciente Cho KyuHyun estaba perfectamente en orden. SiWon la reprendería con esa típica ceja inclinada y dura mirada. Soltó un baho de cansancio.

"ÉL, MI MAYOR MALDICIÓN" [WonKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora