Niñez.El azul venia teniendo un día muy normal, acompañando a la niña que iba creciendo, inconciente del despertar de cierto color.
"Oh, que linda ñina" pensó la infante.
El azul inmediatamente se puso en marcha e hizo que la chiquilla mirara en un lugar donde se encontraban unos niños jugando.
Estaba furioso y eso el rosado lo pudo notar. Este quiso acercarse, sin saber que cada paso que daba arruinaba el trabajo del otro.
Indignado, el azul le agarro un odio instantáneo, se había esforzado mucho en su trabajo. Construir esos muros no fue nada fácil y el rosado -tan tierno y curioso- lo destruía apenas tocandolo.
El azul tenía que hacer algo, por eso decidió encerrarlo.
El rosado suplicaba por su liberación, el solo quería amar ¿por qué estaba mal?
El contrario hizo odios sordos a su súplica y se dispuso a arreglar lo que le habían destruido.
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A&R
Short StoryEl rosa calla, el azul vive. Como una parte de mi alma que es cautiva y la otra libre.