3. Una mañana normal

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Se dice que las gotas de lluvia contiene las lágrimas de alegría de ángeles que suelen emocionarse fácilmente por los actos de cupido.

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- a las duchas- anunció el entrenador luego de una hora de ejercicio con el equipo de béisbol.

-hey esperen que tal si damos 2 vueltas al colegio para finalizar- el capitán esperaba la afirmación de sus compañeros.

Aunque luego de un largo entrenamiento, en un día tan caluroso, nadie se quedó, excepto Jonathan y Nick -y que dices mejor amigo solo son dos vueltas o es que ya no eres tan rápido- reto al de menor edad

-ya quisieras enano- luego de esto ambos jóvenes hicieron su propio entrenamiento, ninguno de ellos se percato de que un pequeño pelirrojo estaba viendolos desde lejos, anhelando ser visto por el latino.

-a quien engaño jamás ocurrirá- el Tomatito triste preferiría olvidar sus sentimientos, pero le era muy difícil, en especial con un corazón que enloquece al ver al moremo.

Al caminar de regreso a la escuela y encontrarse con sus nuevos amigos en la entrada.

-hey Sherwin, ¿cómo estás?- Esteban animado como siempre.

-yo pues estoy... -fue interrumpido por la pitufa, que parecía mostrar la preocupación de una madre cariño, aunque sofocante.

-¿Sherwin estabas llorando?, ¿sucedió algo? ¿Estás bien?.

-¿a quién debemos matar?- preguntó el mas alto en un tono serio, ganándose la mirada de enojo de la joven.

-idiota esto es algo importante, no un tonto juego, poste de luz - el chico dejaba una de sus manos en su cabello y la otra en su cadera.

-al menos brillo más qué tú minion- esta pelea continuaría si no fuera por la risa de Sherwin que era simplemente encantadora, luego de esto los tres chicos rieron juntos, es como si todo se hubiese mejorado, al menos por ese instante.

El trio ya se olvido del tema del pelirrojo ya que era hora de ir a clases, pero ¿qué paso con nuestro dúo?, pues llegaron justo a tiempo para biología.

Aunque claro se dieron una rápida ducha antes de entrar al salón.

-que bueno que ya solo falta una clase y nos iremos a casa- dijo Nick sumamente contento, aunque no duró mucho con la respuesta de Jonathan.

-al parecer no recuerdas que tenemos practicas después de clases.

-¡¿que!?- exclamó incrédulo, y borrando su sonrisa.

-¿no recuerdas ayer, votamos de que hoy nos quedaríamos a practicar, ¿lo olvidaste niño listo?- bufó el moreno.

-claro que no, yo solo... eh... queria saber si lo sabías -dijo sonrojado por la pena obteniendo una risilla de su mejor amigo.

-ok ok, ire por mi libro ¿vienes?-, preguntó al de mayor altura.

-para que me ignores, no gracias, no quiero competir contra un libro, mejor voy a la cafeteria para comer las sobras de ayer, hasta el rato niño listo-dicho esto se separo del moreno para ir por su tesoro.

-hasta el rato.

Ya estaban todos los estudiantes en receso incluyendo a nuestro trío de nuevos amigos que se encontraban cerca de un gran árbol.

-y entonces le dije ella no es mi perro es mi abuela sin maquillaje- contó Esteban a sus amigos y las risas no se hicieron esperar.

-ok ok lo admito eso estubo bueno,- comentó la joven.

-gracias muacmuasel pero ahora le toca a Sherwin- el intento de francés del más alto solo ocasionó otro par de risas.

- bueno no sabría que contar- explicó el de rizos mientras desvía rápidamente la mirada.

-descuida confia en noso...- justo cuando iba a terminar la frase, recordó.

-¡omaigaaa!, olvide las sobras de la cafetería- expresó angustiado y dirigiendose rápidamente a su destino dejando a los dos jóvenes solos en el patio.

-este niño nunca aprende, ¿vamos Sherwin?- preguntó al menor.

-mejor ve tú, y me cuentas que paso.

-je ok, guardaré algo para ti si es que puedo- dijo con un pequeño guiño y se retiro del lugar.


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648 palabras

Una Nueva Experiencia -in a heartbeatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora