HALF [ChanKaiSoo]

COME WITH ME

θ

Sólo faltaba una hora para el amanecer. Sesenta minutos para que el sol se hiciera presente y con tus tímidos brillos de invierno esfumara toda esperanza para ellos.
Ya había pasado otra desde que KyungSoo y Jongin llegaron a la cabaña luego de su bobardeo escape, descripto por el vampiro. La peor hora de toda su vida. Y lo cierto era que, aunque tratase de ser optimista al respecto, el paso de los minutos le traía los peores pensamientos para con su pareja.
Si la luz del sol tocaba a Chanyeol, no importara qué tan radiante fuese, ya no sería una situación de esperanza, sino que debía ser realista de su futuro.

El humano estaba sentado en la cama de la pareja como si se tratara de una penitencia a cumplir. Observaba al moreno caminar de un lado a otro de la habitación en una clara demostración de nerviosismo e inquietud. Este mordía sus uñas a la vez que murmuraba suplicas y algunos insultos  al no presente Chanyeol. KyungSoo no estaba menos nervioso que él,  pero de alguna manera no se sentía con el derecho de demostrarlo, ya que el sentimiento de culpa era mayor en su sistema.

- Está tardando... - susurró KyungSoo un poco temeroso.

- Lo sé.  Lo sé.  Lo sé.  Es un idiota, debí quedarme yo... - Su voz se escuchaba llena de remordimientos  y molestia para consigo mismo.-  Soo, debo ir a buscarlo. - Le dijo sin pensar y un poco asustado por la reacción que demostró el mayor.

- No, no me dejes,  Jongin.  Saben que estoy aquí. -suplicó mientras se acercaba al vampiro.

- Por esa razón debemos irnos, pero no sin Chanyeol. Tengo que busc

Antes de poder terminar su enunciado, un golpe seco en la puerta principal quitó al par de su conversación. Toda la atención de ambos se centró en esa dirección,  con la idea que lejos de ser el antes mencionado, podía ser el peor de los panoramas y que llegasen invitados indeseables. Fue el sonido de esta al abrirse lo que los alertó aún más ya que sólo indicaba una cosa.

Jongin se colocó delante de KyungSoo al momento de dirigirse allí. Sus armas estaban en la cocina y, entre los dos, el alto era el más preparado para un enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

  Lentamente,  ambos salieron de la habitación para dirigirse al origen de ese escándalo. Lo primero que vislumbraron  fue la imagen de un Chanyeol muy mal herido apoyado en el marco de la puerta y a punto de estrellarse de lleno contra el suelo.

Jongin, un poco aliviado y otro poco dolido por el estado de su pareja, caminó rápido hacia él y lo ayudó a ingresar a la vivienda haciendo que apoyara todo su peso en el cuerpo ajeno. Lejos de molestarse por el peso muerto del alto, Jongin no sentía otra cosa que no fuese amor en estado puro por ser el apoyo de este. Le dolía verlo así,  tan indefenso y lastimado debido a sucios que no valían la pena.

El alto estaba  destruido, sus grandes manos, ahora cubiertas de sangre, temblaban en el aire seguramente por lo débil que estaba producto del dolor y la pérdida de sangre. Su antes calmado y lindo rostro se encontraba hinchado y amoratado, sólo dejaba escapar de su boca algunos siseos y gruñidos leves a la vez que avanzaba en la cabaña con ayuda.