VI. Wakanda.

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-Creo que fuiste muy duro con ella.
Stephen negó con la cabeza. -No, creo que hubiera sido peor... antes. Ella comprenderá.
-Aunque creo que en algo tiene razón, quizás yo no tenía que ser el que debía cuidarte...
-¿A qué te refieres?
-Quizás fue muy intrusivo dejar que te quedaras conmigo cuando regresaste a Nueva York si podías quedarte con alguien más.
-No, Ross... -daba pasos lentos mientras se acercaba a él. -Escucha. Sé que dijiste que podía quedarme unos días y ahora han pasado meses pero, ¿creo que todo ha salido bien, no? Al principio no te soportaba -dijo entre risas. -Pero ahora somos buenos amigos... ¿verdad? Ahora somos amigos también.
-Y no sé cómo has podido soportar mi mal genio todo este tiempo.
-Fue sólo cuestión de tiempo para que empezaras a agradarme.

Ambos volvieron a sentarse en el sofá y el más bajo encendió la televisión de nuevo. Stephen agarró otra cerveza y empezó a tomarla.
-O sea que al principio no te agradaba, interesante. -carcajeó Everett.
-No. -tragó cerveza. -Pero no puedo negar que era divertido verte preocupado por un extraño.
-Bien... -subió el volumen del aparato. -Tomaré eso como un cumplido.

Stephen lo miró con ojos tristes.
-La noche se arruinó, ¿no es así?.
-Tranquilo, lo de hace rato no era algo que teníamos planeado.
-¿Sabes? No tengo ni la menor idea de cómo supo que me encontraría aquí.
-Ya te dije que no pasa nada, Stephen. Ya déjalo ir.
-Tendré que averiguar el lunes que regrese al trabajo y saber cómo se enteró que podría encontrarme aquí.
-Suena fenomenal Stephen, pero es viernes en la noche y lo que menos quiero es hablar del trabajo. -suspiró Everett mientras apagaba la televisión. -Te recomiendo que mejor descanses y mañana hablemos de esto.
-Si, creo que deberíamos ir a dormir. La televisión estaba arruinando la noche aún más.
-Nos vemos mañana Stephen.

Ross subió un par de escalones pero Stephen lo detuvo agarrándolo del brazo.
-Espera.
-¿Si? -dijo mirándolo nerviosamente a los ojos.
-Es sólo que... No sé cómo decirlo. -susurraba mientras apretaba con fuerza los ojos. -A pesar de lo que haya dicho Christine... Quería agradecerte por lo que hiciste por mí. Créeme nadie más lo habría hecho.
-Vamos, Stephen, te he dicho mil veces que no es nada.
-Lo digo en serio, Si nunca me hubieras ayudado estaría muerto, ninguno de mis tan llamados "amigos" salió a buscarme, y tú me encontraste cuando más lo necesitaba, creo que eso es más que suficiente para estar agradecido de por vida contigo. ¿No crees? No suelo ser así, de esta manera. No soy tan amable con otros pero creo que puedo cambiar. No dejes que lo que sea que haya dicho Christine juegue con tu mente. ¿De acuerdo?
-Bien, bien. -sonrió tímidamente. Nos vemos mañana Doc.
Stephen sonrió de vuelta guiñandole el ojo y ambos subieron a sus respectivas habitaciones.

A la mañana siguiente.

-Tienes que estarme jodiendo.

Eran aproximadamente las 7 de la mañana cuando un soñoliento Stephen se había despertado por ciertos gritos quejumbrosos que provenían de la cocina.

-¿Todo en orden, enano?
-Shh. Deja termino esta llamada. -susurró el rubio.

-¿Hablas en serio, T'Challa? No puedes simplemente llamar y decir que viaje más de 15 horas sólo porque a esos imbéciles de las Naciones Unidas se les antoje.
-Entiendo su molestia agente Ross, pero órdenes son órdenes.
-De acuerdo T'Challa, llegaré lo más pronto posible. -colgó el teléfono y se sentó en el comedor.

-¿T'Challa? Es un nombre muy raro, ¿Quién es? -preguntó Stephen mientras mordisqueaba unas galletas que encontró en el comedor.
-Es sólo un amigo. El rey de Wakanda.
-¿Un rey? ¿Wakanda? ¿Qué es eso?
-Es un país africano, pero no es lo que tú piensas. En realidad es un lugar fantástico.
-¿Y por qué estás enojado entonces?
-Porque se supone que hoy es mi dia libre pero tal parece que tengo que seguir trabajando.
-Oh, saldrás de viaje.
-Algo parecido. Tener que dar una conferencia a unos imbéciles de las Naciones Unidas.
-Suena pesado para tu paga.
-Es peor de lo que parece. -gruñía mientras tomaba el último sorbo de su taza de café. -¿Quieres venir?
-¿Al país africano? ¿Waka... Wakanada?
-Sí, a Wakanda. Anímate, te gustará.
-Y... ¿cuantos días te quedarás?
-Realmente espero regresar mañana en la noche, no puedo darme el lujo de quedarme allá por más días.
-¿No se supone que es un lugar fantástico?
-Y lo es... Pero no tengo tiempo para vacacionar.
-Ya entiendo. Bueno, iré contigo sólo porque estaremos a tiempo para regresar antes del lunes, o me despedirán del trabajo.

What if...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora