Renaceré, aquí sentencio

247 12 0
                                    

Xin Hao corría tan rápido como podía, sus piernas y pecho estaban gravemente heridos aún así no detuvo su paso veloz como el rayo. A la lejanía, podía discernir un brillo de luz que daba final al eterno Bosque de Jade del cuál llevaba huyendo casi doce horas. Un millar de bestias mágicas de rango divinidad estaban tras de él. Aunque en condiciones normales podría deshacerse de ellas con un gesto con la mano, ¡en su situación actual sería como coquetearle a la muerte!

Su estómago abierto en casi dos mitades aguantaba gracias a la increíble fortaleza física del gran practicante marcial y, si no hubiera suprimido el dolor con su yuan espiritual, muy posiblemente ya habría muerto solo con la sensación de esas heridas.

Las bestias nauseabundas con fauces babeantes y ojos inyectados en sangre corrían a cuatro patas, eran como animales desquiciados en busca de una presa. En el pasado Xin Hao intentó usar su instinto asesino para intimidar a las bestias, pero no hicieron caso de la amenaza del joven artista marcial y fue perseguido hasta su situación actual.

"¡Os maldigo un millar de veces, en esta vida y en la siguiente!" gritaba Xin Hao mientras su musculoso estómago ahora abierto en dos mitades dejaba entrever parte de sus intestinos siendo sujetados por su mano derecha mientras su mano izquierda apartaba con técnicas de viento férreo las ramas que le impedían huir.

Fue víctima de una emboscada y ahora se encontraba en tan penosa situación. Por dentro, Xin Hao reía fríamente sin entender cómo había sido tan iluso de haber caído en un truco tan viejo. El Heraldo parecía haber jugado bien sus cartas y había logrado empujar a Xin Hao hacia las cuerdas de su perdición.

Con un sonoro GRRRR las bestias dejaron de avanzar y su paso se volvió algo más lento, Xin Hao entrecerró los ojos para ver qué pasaba más al frente y pudo entenderlo: un enorme barranco de más de 200 metros reposaba al final del bosque, cerrándolo de forma abrupta.

Xin Hao maldijo en su corazón mientras sus pasos también eran suavizados.

Cuando sus pies se detuvieron en el borde del barranco, la vista abismal hacia el fondo hizo que su mente supiera lo que sucedería a continuación. Las bestias mágicas no se detendrían y él no conseguiría escapar de su trágico destino, Xin Hao solo lamentaba no haberle cortado la lengua y haber extirpado los pulmones a esa sucia rata del Heraldo.

Sin mayor esperanza, el artista marcial rió en voz alta, sabiendo que el Heraldo le estaría escuchando desde los cielos, ascendido como un dios.

"¡Aquí y ahora juro que yo regresaré! ¡Mi venganza traerá la ira de mil infiernos y desencadenaré la peor de sus pesadillas! ¡Yo, el mayor artista marcial del mundo, no detendré mi implacable búsqueda aun cuando mi cuerpo esté pulverizado y mi alma sea rota en mil pedazos!" con cada grito que Xin Hao soltaba de su garganta, una bocanada de sangre iba saliendo de ella.

Y sin añadir nada más, se lanzó por el barranco de los Mil Abismos hacia su trágico destino. Xin Hao cerró sus ojos y suspiró mientras ponía calma a su alterado corazón con una pequeña canción de cuna que su maestro le cantaba cuando era pequeño. Una lágrima salió de sus ojos oscuros con un susurro inaudible que decía "al final le fallé, maestro".

Y en unos pocos segundos, su cuerpo se estrelló contra los picos montañosos que habían en el barranco pintando la visión de rojo.

Entre los restos de su cuerpo, el collar que su maestro le dio seguía brillando aun después de su muerte pero, solo cuando la vida de Xin Hao escapaba de sus labios, pudo notar que realmente el collar hablaba con él.

Aunque los susurros eran débiles, la lágrima de Xin Hao rodó por su mejilla hasta el collar que seguía, por poco tiempo, en el cuello del joven artista marcial.

De repente, su mundo se volvió oscuro y gris.

Martial Clone Spell MasterWhere stories live. Discover now