Cazadora de Vampiros. (Janoskians: Luke Brooks, Jai Brooks y tú)

Capítulo 7: ¿Cita o secuestro?

Cuando sonó el despertador, me levanté de golpe, estaba sudando y temblando. Había tenido una pesadilla con Luke.

-Flashback-

Estaba durmiendo plácidamente con Jai, cuando el murmullo incesante del viento me despertó. Me levanté de la cama para cerrar la ventana, que curiosamente se había abierto. Cuando me volví, para dirigirme nuevamente a mi cama, ya que era de madrugada, vi una figura negra sentada en la silla. Fui a despertar a Jai, pero la figura se adelantó y me tapó la boca con la mano.

—No deberías hacerlo. —dijo negando con la cabeza. Ahora, con la poca luz que entraba de afuera, pude verle la cara. Esos ojos negros que parecen que pueden destriparte con solo mirarte, estaban clavados en los míos a pocos centímetros— No queremos que piense que es lo que no es. ¿Verdad?

Me tenía atrapada contra la pared y su cuerpo, fuerte como el hormigón, que estaba pegado al mío impidiendo que me moviera. Al tenerme bloqueada, estaba empezando a ponerme más nerviosa aún, no sólo por la poca distancia que había entre nosotros dos, sino por sus verdaderas intenciones que le habían traído hacia ami. Empecé a coger aire y al soltarlo fuertemente contra su mano, que estaba cubriendo mi boca para evitar que gritara. Conseguí mordersela, aunque no fue buena idea ya que dejó escapar un gruñido y con la otra mano me agarró fuertemente del cuello.

—No deberías haber hecho eso, niña estúpida. —dijo apretando aún más su mano sobre mi cuello.— ¿De verdad crees que puedes hacerme daño? Puedo arrancarte el cuello aquí mismo. Pero no quiero que culpen a mi hermano. —dijo en tono divertido encogiendo los hombros.

—¿Qué hac..es a..quí? —me estaba apretando demasiado, empezaba a notar como me bombeaba la sangre en la cabeza y cómo mis pulmones me pedáin oxígeno. Intenté quitar su mano de mi cuello, pero era imposible.

—Creo que lo sabes perfectamente —dijo poniendo énfasis en esta última palabra. Me agarró un poco más fuerte del cuello y me soltó. Me llevé las manos al cuello instintivamente, y caí al suelo de rodillas. Empecé a coger aire seguidamente, mientras intentaba hacer el menor ruído para no despertar a Jai, aunque éste dormía como un tronco.

—¡Oh, vamos! No te hagas la mártir. —se agachó poniendose de cuclillas frente ami, y me alzó la cabeza cogiendome por la barbilla para que le mirara. —Ni siquiera he sacado esto. —me enseñó su navaja, que brillaba con la claridad que entraba por la ventana.

—Estás loco. —conseguí decir con repulsión.

—¡Qué dolor! ¡Por favor, deja de ser tan cruel! —dijo burlandose— Eres patética.

—Quiero que te vayas de mi cuarto y me dejes en paz de una vez.

—Y yo que no metas tu sucia narizota en la vida de mi hermano y por consiguiente, en la mía. ¿Pero no se puede tener todo lo que se quiere, no? Tú sigues acercandote a mi hermano —echó un vistazo hacia la cama donde estaba durmiendo Jai, e hizo una mueca— y por lo que veo, cada vez más.

—Eso no es asunto tuyo. Tú no me das órdenes. Y ni siquiera hemos hecho nada.

—¡Encima estrecha! —dijo riéndose.— No sé que vé en ti. Mmm.. ¡veámoslo!

Me obligó a levantarme y me guió hasta donde la ventana dejaba entrar la poca luz de afuera. Intenté taparme todo lo posible con mis brazos, pero dado que iba en ropa interior no pude hacer mucho. Di gracias de que la poca claridad que entraba por la ventana no dejaba ver lo roja que estaba mi cara. Por si acaso, evité mirarle a la cara.

—¿Por qué intentas taparte? Si en realidad te has puesto así de sexy porque anhelabas que viniera a visitarte. Tienes un cuerpo de gorrión, ¿lo sabías? Pero si a Jai le gusta.. ¿Quién soy yo para opinar?