Una implacable búsqueda, un inesperado nacimiento, un gran destino para ellas y un enemigo en común. Es por eso que las hermanas deben, no solo enfrentar la mayor amenaza, sino también superar la barrera que la distancia hizo entre ellas y construi...
—Hola, lamento la demora con la actualizacion, pero tuve un pequeño problema. por andar con prisa, reemplacé el archivo, con uno que tenía en la tablet y se perdió el avance. Así que volví a reescribir el capítulo :'( .
—en fin, ya quedó listo. espero les guste. Dejen sus votos y comentarios.
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Aclaración: Este capítulo conecta con el primero.
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Varios días han pasado desde que Mérida se enfrentó a Malekith. Como resultado de la batalla, la joven resultó herida. A partir de ese día ella ha estado inconsciente y Freia no la ha dejado sola.
Hasta esta tarde. La mujer no ha descansado por estar pendiente de la chica. Freia fue llevada a la fuerza por Hades a otra habitación, para que reponga fuerzas; ella usó demasiado cosmos para detener la hemorragia que amenazaba la vida de Mérida.
Con ella se encuentra Albafica, su amigo.
El joven de largo cabello celeste —atado en una coleta—, se acercó hasta el lecho donde ella yacía recostada. Se sentó en la orilla de la cama. Observó la pálida tez, acentuada por la pérdida de sangre. Bajo sus parpados se notan unas ojeras muy marcadas, a causa de lo mismo. Sostuvo una de sus manos pálidas entre las suyas. Él agachó su cabeza apenado. La chica de cabello negro lo miró desconcertada.
—lo siento —dijo él en un susurro. Ella se quedó más confundida, arqueó una ceja —. Debí estar más atento a Malekith. Esto no te hubiera pasado, es mi culpa.
—Creo que es algo que tenía que pasar —respondió ella. Miro al techo. Esbozó una sonrisa —, además, estoy bien.
Albafica ya no pudo responder, la tía de Mérida entró a la habitación. Dejando inconclusa aquella charla entre ellos.
— ¡me alegra que hayas despertado, pequeña! —dijo Rya dejando la puerta abierta. Albafica se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta.
—las dejare a solas —avisó él, antes de marcharse. Cerró la puerta al salir de la habitación.
— ¿tienes hambre? —Rya se acercó has la chica, acaricio su cabello. La miró con ternura y alivio de saber que se está recuperando. Mérida asintió en respuesta.
