ADVERTENCIA: Contenido +18
------------------------------------------------------
Su cuerpo entero ardía por igual, la cabeza comenzaba a dolerle y a darle vueltas, mareado, fatigado y con frío; abrió los ojos y nuevamente solo había oscuridad a su lado, trató de incorporarse y se dio cuenta que seguía encadenado de pies y manos, ahora, boca arriba una vez más.
-¿Hola? –Habló despacio, la garganta le ardía tanto como sus muñecas.
Pero nadie respondió.
Se lamió los labios resecos y pasó saliva, sentía demasiada necesidad de agua, aunque curiosamente no sentía hambre. La pesadez en sus ojos iba y venía a su antojo aunque despertó de golpe de su pequeña inconsciencia cuando la puerta de la habitación se abrió y luego las luces se encendieron. Taekwoon se encegueció un momento ante la potencia de la luz blanca a su alrededor, pero luego pudo apreciar dónde estaba.
Era una habitación diferente, parecía un palacio y era bellísimo, si no fuera por el hecho de estar atado con cadenas en una cama. El piso estaba alfombrado en color rojo, las paredes eran color chocolate, en el centro del amplio espacio se presumían cómodos sofás y una mesita baja como si fuera la sala de estar más lujosa del mundo, igualmente se admiraba un techo alto con un precioso candelabro colgando al centro de la habitación. Los muebles eran divinos, con ese característico toque europeo, y la cama donde estaba echado era de telas blancas y rojas con un amplio cobertor de terciopelo dorado a su lado, motivo por el cual tenía frío pues no estaba cobijado y apenas traía su ropa interior y una playera puesta. Giró su cabeza buscando la puerta de la habitación, la cual no mostraba ventanas, como la habitación anterior, o al menos éstas estaban ocultas por las cortinas de color rojo.
-Vaya... Despertaste. –Taekwoon no mencionó nada por un momento, pensando que estaba soñando al encontrarse con Hongbin, quien le sonreía de manera autosuficiente, y le observaba con desagrado.
-¿Bin? –Dijo sin poder creer que lo estaba viendo, sintiéndose demasiado cansado.
-Creí que te encontraría dormido de nuevo. –Suspiró algo frustrado, poniendo llave a la puerta y dejando, sobre un buró, su radio parlante de mano. -¿Tienes hambre?
-... Por un carajo, estoy atado a esta ¡puta cama en esta condición! ¡De mierda~! HYUK ME FOLLÓ... ¡¿TÚ ME PREGUNTAS SI TENGO HAMBRE?!
El pánico y la desesperación comenzaban a atacarlo de nuevo, haciendo fuerza con sus brazos en esa inagotable búsqueda de deshacerse de las cadenas que lo sometían sin remedio, Hongbin, bastante indiferente a todo ello, se acercó a la cama, se sentó en una orilla y suspiró, acostándose un momento a su lado.
-¿Ya? –Preguntó impaciente después de permitir que Taekwoon lo maldijera y se debatiera como una bestia contra las cadenas en su cuerpo.
-¿Qué está pasando? –Murmuró en un hilo de voz, mordiéndose el labio inferior al tiempo que sentía nuevas lágrimas salir de sus ojos.
-No llores. –La ternura de su voz era contrastante a la situación, se incorporó un poco para acariciarle una mejilla y al intentar besar sus labios, el rubio ladeó el rostro al lado contrario, maldiciéndolo. -... Yo solo quiero recuperarte... Hyuk fue quien te apartó de mí antes de tenerte, como si él te hubiera hechizado.
-¿De qué mierda hablas, Lee?
Jung dirigió su mirada al contrario cuando se levantó de la cama y fue por el radio portátil, comenzó a sentir su corazón acelerarse, tenía miedo de lo que fuera a escuchar aunque la frase que atravesó sus oídos lo dejó en una fase incomprensible. "Traigan comida"... Pasaron pocos minutos antes de que tocaran a la puerta y su cuerpo se heló cuando Hongbin abrió, observando a Sanghyuk con una bandeja de plata en sus manos, cargando con platillos que lucían exquisitos.

ESTÁS LEYENDO
El Bello Durmiente
Фанфик"... Y mi ensoñación se hará realidad, y te adoraré como aconteció en mi sueño ideal" Aurora, Felipe, Estefano, las Hadas, Diaval y Maléfica... Todos ellos son reales, todos ellos habitan en reinos, en el Páramo, y todos ellos nos mostrarán que los...