PÁRAMO

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Capítulo final

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-¿Se pueden mover, por favor?

-Lo sentimos, perdón.

Escuchó como un eco, demasiado lejos como para ser algo real. Distinguía algunas voces, pudiera ser la de Sanghyuk, pero había una voz femenina que no había escuchado con anterioridad y aquello le hacía sentirse confuso incluso antes de poder sentir algo más concreto. Por la comodidad de su alrededor, sabía que estaba sentado, quizás algo reclinado hacia atrás, pero solo eso.

-Fue mala idea. –Murmuró Hakyeon, o al menos quería creer que era él, seguido de algunos "shh" que silbaron como eco.

-Lamento tardar. -¿Quién lo lamentaba? No lo sabía, tampoco reconoció esa voz.

Lo que Taekwoon lamentaba de sí mismo era estar lejos de poseer la fuerza de voluntad por abrir los ojos, hasta que un aroma tremendamente fuerte, bueno quizás era alcohol, lo despertó. Su entorno era oscuro en un inicio, sintió una caricia débil en el cabello y su cuerpo desplomado en debilidad le hizo saber que necesitaría ayuda para poder incorporarse si quería intentarlo al menos.

-¿Cuántos dedos ves? –Preguntó esa figura femenina, aunque en un inicio no podía verla.

-Dae, enciende las luces de la sala ocho por favor.

Desesperó aquella otra persona, escuchando luego la interferencia del cambio de comunicación por el radio portátil. A los pocos segundos, de por sí no podía ver mucho, Taekwoon encegueció más, repentinamente ya que unas luces se encendieron de pronto y de golpe, y ese aroma fuerte se hizo presente una vez más, algunos murmuros se paseaban por sus oídos, murmuros que les reconocía la voz a medias, porque silenciaban demasiado y de manera abrupta.

-¿Cómo se llama?

-Taekwoon. –La preocupación en la voz de Wonsik hizo que comenzara a luchar por despertar de una vez.

-Taekwoon, ¿cuántos dedos vez?

-... ¿Dos? –Murmuró cansado, queriendo distinguir la silueta frente a él, pero no lo lograba.

La interferencia del radio portátil volvía a aparecer, las palabras se le atascaban en la cabeza de manera revuelta, confundiéndolo al grado que comenzaba a sentirse mareado al respecto, y escuchó con la clara voz de Hongbin un "no puede ser" atiborrado en mortificación antes de sentir que le ayudaban a incorporarse, deseando caminar por su cuenta pero sus pies se volvieron tan débiles que siquiera podía apoyarlos en el piso.

-Nos van a matar.

-Hyuk ¿qué vamos a hacer?

-¿Podemos ir...?

-¿Alguno es su familiar?

De pronto todos parecían hablar al mismo tiempo, solo podía distinguir, en ratos, las voces de los otros cinco, en ratos Jaehwan, en ratos Wonsik nuevamente. Soltó un ligero suspiro cuando sintió cómo era recostado ¿en dónde? Probablemente en una cama nueva, y esperó paciente a las cadenas que siempre le ataban, pero no las sintió al paso de los segundos, ni de los minutos, en los que las voces le rodeaban los tímpanos de manera suave, cada vez más lejos, cada vez más fuertes, hasta que aquellos aromas volvían a intentar despertarlo, lográndolo con eficacia de un momento a otro.

Taekwoon entrecerró los ojos, desconoció dónde estaba, solo distinguía severas luces a su alrededor, esa voz femenina llamándolo y algunas personas con él. Se sobresaltó en su lugar cuando vio a Hyuk frente a él, retrocedió instintivamente y entorpeciéndose cuando su izquierda tocó al vacío, golpeándose el codo contra lo que fuera donde estuviera recostado; una mujer entonces le ayudó a recostarse de nuevo y el rubio comenzaba a sentir pánico cuando vio a Hongbin asomarse junto a Sanghyuk, ambos portando un rostro confuso.

El Bello DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora