-Ya despiértalo, por favor Jaehwan.
-¿Crees que no lo estoy intentando? Hazlo tú si crees que es tan fácil, Hakyeon.
-Sé que te estás esforzando, pero está tardando más que la vez anterior.
-Bueno, si no lo hubieras drogado en la hora de la comida, ahorita estuviera despierto.
-S-solo hice lo que...
-Te pasaste de dosis, ¿crees que no te vi?
-Es que Sanghyuk me empezó a gritar, y luego Hongbin m-me miró muy...
-¿Jaehwan? –El mencionado rodó los ojos algo irritado, dejando en el olvido el intento por despertar al rubio y yendo a tomar su radio portátil.
-Dime, Hyuk.
-Te necesitamos. Ya está despierto.
-Voy para allá. –Respondió frustrado, se guardó el radio en la funda que colgaba del borde de su pantalón y dirigió una mirada intolerante al moreno, para luego suspirar hondo. –No discutamos, Yeon... ¿Sí? Intenta despertarlo y si tienes respuestas, me avisas por favor.
Hakyeon apretó los labios ante el fuerte portazo que dio el contrario al momento de salir de la habitación, contuvo el aliento un momento y se giró sobre sus talones, mirando a Taekwoon aun durmiendo profundamente en la cama. Sabía que lo siguiente era una estupidez, pero de todos modos puso llave a la puerta y atoró contra la perilla de la misma una pesada silla de madera, dejó su radio sobre la mesita de noche que estaba junto a la cama y rebuscó entre sus llaves la adecuada que liberaba al rubio de las cadenas, acomodándolo en una mejor posición.
Le fue difícil, pero se sintió orgulloso cuando lo vio acostado de lado, en posición fetal, bien cobijado, y por un momento creyó que debía apurarse a encadenarlo de nuevo, pero comprendía los futuros problemas de circulación que podía enfrentar su cuerpo así que solo se mantuvo quieto, admirándolo en absoluto silencio.
-... Despierta, por favor. –Murmuró preocupado, acercándose a él y, una vez de rodillas en el piso, recargó su cabeza en el colchón, disfrutando la comodidad de las gruesas cobijas en la cama. –Daeguni...
Se incorporó para sentarse en la orilla de la cama, acariciando su cabello con dedicación sin detener el pensamiento de su cabeza, aquél mismo que no dejaba de decirle que todo estaba mal en muchas maneras, que no debieron realizar tal acto, que Taekwoon no tenía la culpa de nada, que no deberían dormirlo a la fuerza, que no deberían encadenarlo... Pero lo hacía, porque tenía miedo que le pasara lo mismo o algo peor si no hacía lo que Sanghyuk pidiera, suficiente tortura tenía con saber que no solo el rubio estaba sufriendo en ese momento.
Acarició con delicadeza sus muñecas, apreciando las marcas que estaban en ellas y no era solo por estar encadenado, sino porque forcejeaba en búsqueda de la libertad y aquello solo lo lastimaba más. Sabía de antemano que sus tobillos estaban en la misma débil condición, y lo sabía porque era Hakyeon quien se encargaba de cuidarlo todo el tiempo que los demás no usaran su cuerpo. Lo bañaba, lo vestía, trataba de ponerle algunas cremas para sanarle las marcas en su blanca piel... Las tareas más difíciles eran alimentarlo y llevarlo al baño, porque debía tenerlo despierto, pero lo suficientemente fuera de su razonamiento como para que no distinguiera la situación, aquello se repetía sin problema al comer, pues vertía dosis de ciertas sustancias que lo dejaban flotando en las nubes, sin poder notar el lugar en el que estaba, sin siquiera darse cuenta que Hakyeon le ayudaba. Una vez más, solo de recordarlo, comenzó a sollozar, apretó los labios y sus mejillas se sintieron tibias por las lágrimas que humedecían su piel, logrando probar aquél salado rastro lleno de humillación hacia su propia persona, detestándose, odiándose de la manera más fuerte y repulsiva posible, porque él era ahora cómplice del modo en que Taekwoon pagaba los platos rotos entre Hongbin y Sanghyuk.

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El Bello Durmiente
Fanfiction"... Y mi ensoñación se hará realidad, y te adoraré como aconteció en mi sueño ideal" Aurora, Felipe, Estefano, las Hadas, Diaval y Maléfica... Todos ellos son reales, todos ellos habitan en reinos, en el Páramo, y todos ellos nos mostrarán que los...