-Debes apurarte. –Le ordenó el cuervo al mirarlo a los ojos, pero Taekwoon seguía sin entender a qué se refería. –Por ser un cobarde, desperdiciaste tu oportunidad pero hay una salida que solo yo conozco.
-No entiendo. –Le respondió, queriendo llorar.
-Deja de esforzarte tanto y solo obedéceme.
El rubio suspiró hondo antes de levantarse del pasto, observando el sendero de piedras que estaba bajo sus pies, caminando algo apurado por el mismo siguiendo al cuervo. Sentía algo de adrenalina, y trató de ignorar las luces que había a su alrededor, destellos verdes y morados que se encendían como diminutos fuegos artificiales hacia sus costados, donde la densidad de los árboles del bosque le seducían a adentrarse en una oscuridad que, para cualquier otra persona, sería terrorífica.
-Sí. –Le susurró Hyuk, aunque no estaba presente de manera física, escuchaba su voz y sentía su aliento caliente golpearle el oído izquierdo en un suspiro que le estremecía de pies a cabeza, queriendo ignorar lo que escuchaba conforme se adentraba en la oscuridad del sendero de piedras. –Ahh... Sí. –Apretó los ojos un momento, porque ese jadeo le perturbaba la calma, se giró un segundo cuando sintió el tacto de esos labios en su nuca pero no había nadie, así que apresuró el paso.
-Jung, debes apurarte. –Aquella voz le fue desconocida, porque el cuervo ya no lo guiaba, porque estaba completamente solo, con el cielo aclarándose en un amanecer perezoso. –No desperdicies la oportunidad.
-Ahh... Ah, mh... Sí, sí... Ahh~.
Su rostro se deformaba por la locura y desesperación que le aceleraban el ritmo cardiaco, veía a la lejanía personas, al fin personas que pudieran ayudarle, todas en grupo, dándole la espalda mientras esperaban algo, o a alguien. Al tener a esa multitud cerca se dio cuenta que todas estaban atentas al frente, sin reaccionar en lo más mínimo, así que dirigió su vista hacia lo que se estuviera robando la atención de los demás y se quedó igual que ellos, callado, vacío, acercándose a paso lento hacia un pequeño foro frente a puertas de un castillo deteriorado y notoriamente abandonado, donde se presumía una rueca de madera funcionando por sí sola, destellando una luz en la punta de la aguja que le seducía sin control, acercándose hacia los escalones del foro y subiéndolos con lentitud.
-Sí~... Sí, sí... Ahh~... Agh, sí...
Se inclinó un poco hacia la rueca, la cual aceleraba su andar, haciendo que la luz verdosa se intensificara cada que el dedo índice de la diestra de Taekwoon se acercaba a la aguja. Y esa luz fue tan potente que lo encegueció al momento de tocarla, cuando se pinchó el dedo y sintió el abismo hundirlo al vacío absoluto, con los labios de Hyuk en su nuca, haciendo estragos en esa parte de su cuerpo cuando lo mordía, dándose cuenta que volvía a estar sentado, atado de pies y manos, con los ojos vendados una vez más.
Quiso quejarse, pero se sentía agotado, y agachó un momento su cabeza, deseando ser sordo cuando puso atención a los sonidos a su alrededor. Hyuk estaba parado detrás de él, o algo similar, solo sabía que lo tenía a sus espaldas y que le estaba gimiendo en el oído porque Hongbin estaba dándole sexo oral; pasó saliva cuando escuchó los sonidos que se generaban entre ambos y a pesar de que ya traía los ojos vendados, los apretó de igual manera, así como la mandíbula, y de un momento a otro, quizás por la frustración de su existencia, comenzó a soltar lágrimas, sorprendiéndose que todavía tuviera algunas en su cuerpo.
Quería entender el motivo por el cual su vida había terminado de esa manera, pero no lo encontraba, quería entender algo que le hubiera hecho a Hyuk para perjudicarlo lo suficiente y que le orillara a tomar ese tipo de "venganza", pero no encontraba un motivo tan malo como para ser tratado así.

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El Bello Durmiente
Fanfiction"... Y mi ensoñación se hará realidad, y te adoraré como aconteció en mi sueño ideal" Aurora, Felipe, Estefano, las Hadas, Diaval y Maléfica... Todos ellos son reales, todos ellos habitan en reinos, en el Páramo, y todos ellos nos mostrarán que los...