Agarro mi maleta de la parte del maletero del coche negro que mi padre había encargado que me trajese, respiro el aire limpio y frío de aquí, mientras veía como la enorme universidad se alzaba delante de mí, saco mi grande y negra maleta del coche y el chofer sin decir nada arranca y se va... "Adiós a ti también"Y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy solo aquí, aunque en realidad me rodean suficientes universitarios como para no sentirme solo.
Agarro mi maleta con decisión cerrando mis nudillos fuertemente y miro a mi al rededor, la universidad es un gran edificio con tres alas, es blanco y con muchas ventanas ahora salpicadas por el goteo de las primeras señales de lluvia, unas escaleras de menos de 10 peldaños que dan como dirección a unas puertas de cristal resistente del que no paran de entrar y salir alumnos, ya sea riendo con sus amigos o solos y con unos libros en la mano.
En un lateral, más por la parte trasera de la universidad hay un edificio que imagino que es el de las residencias y cosas como esas.
En frente del edificio principal hay algunas personas y yo paso por el camino con despreocupación dándome cuenta e las otras muchas personas que parecen nuevas con sus maletas, deben parecerse a mí en este momento.
Subo por la rampa que está situada al lado de las escaleras con mi maleta y paso por la puerta de cristal que actualmente está abierta.
Nada más entrar un olor a limpio invade mi nariz y veo una gran pancarta justo encima de mi cabeza.
"BIENVENIDOS" decía está y justo al lado una flecha que señala hacia abajo, hacia una mesa que hay con varios folios plastificados sobre unos cuantos alumnos están amontonados.
Ando hasta allí intentando hacerme estación entre la gente que se amontonaba al rededor de la mesa. Unos adolescentes se encontraban en la mesa, dando indicaciones a todos los nuevos, no soy capaz de ver nada ni oír ninguna de las indicaciones así que simplemente espero a mi turno cuando todos se vayan.
Miro al rededor viendo los pasillos llenos de personas solas o acompañadas, me giro de nuevo para comprobar que el puesto ya está libre, me acerco a la chica morena de la mesa que está organizando unos papeles.
- Perdona...- digo para llamar su atención.
Ella levanta la cabeza para mirarme con una sonrisa... ambos nos quedamos petrificados y su sonrisa desaparece, yo trago saliva comprobando que esto era real.
- ¿B-Beth?- preguntó tartamudeando aún sin creérmelo.
Ella asiente lentamente y yo niego la cabeza.
- Oh. Dios. mío. De. Mi. Vida- Dice parándose en cada palabra aún en shock, ella se dispone a chillar pero yo le coloco mi mano en su boca para evitarlo.
- Sí, soy yo, pero por favor no chilles- le digo con tranquilidad.
Ella asiente lentamente haciéndome entender que lo entiende mirándome con esos ojos y la misma expresión que yo conocía.
Yo aparto lentamente la mano comprobando que ella no va a chillar.
Ella coge aire y asiente de nuevo. Yo espero a que me grite y me regañe, yo cierro los ojos esperando.
Pero ella me abraza, yo abro mis ojos de nuevo y la abrazo también.
- ¡MATT! - Ella chilla emocionada y da pequeños saltos abrazándome.
Yo me río y la abrazo fuertemente.
- Yo también te he echado de menos- digo con una sonrisa de lado -¿Te has teñido el pelo? - Pregunto separándola de mi agarrándola por los hombros notando su ahora cambiado pelo castaño oscuro.
Ella asiente emocionada.
- ¡No me puedo creer que hayas vuelto! - Dice sonriendo ampliamente.
- Yo tampoco... - Me encojo de hombros un poco y ella sonríe más si eso es posible.
Ella asiente y coge algunos papeles de su mesa murmurando cosas a su misma y después me entrega varios folletos.
- Bueno Matt, encantada de verte de nuevo!- Dice y yo agarro los folletos.- vivirás en la fraternidad de los chicos, Delta Omega- Ella asiente - ten cuidado - termina sonriendo de lado y yo frunzo el ceño confundido, abro la boca para preguntar por que debería tener cuidado, pero ya me habían alejado de ella un grupo de chicas pidiendo por información.
Perfecto.
Camino de nuevo hacia el exterior mirando los folletos, ¿cuidado? No entiendo el porqué...
Pero parece ser que lo iba a descubrir rápidamente.
Todo paso rápido, pero solo se que una chica chocó contra mi, yo retrocedo un paso y la maleta cae de mis manos, los folletos también, miro a mi alrededor y veo a una chica de pelo notar y corto tirada en el suelo, seguramente la que ha chocado contra mí, con un skate al lado de ella.
- ups...- susurró y inclino mi cabeza mirándola - ¿estás bien? - preguntó un poco confundido.
Ella gruñe y mira hacia mi con el ceño fruncido, se levanta y se quita el polvo.
-Mira por dónde vas estupido- Ella dice enojada y yo elevo mis cejas porque no me esperaba eso.
Yo me cruzo de brazos mirando a la chica más baja que yo, ella tiene los ojos azules, la cara refinada y la tez blanca, algunas pecas esparcidas por su rostro. Tiene el pelo como antes he descrito corto como la gente diría "como un niño". Ella me resulta graciosa que incluso me apetece reírme.
- Yo no era la que iba con ese instrumento del diablo- digo mirándola con cierto desprecio.
Ella rie por unos segundos y niega con la cabeza. Me mira por un segundo y agarra su skate.
Ella ríe de nuevo y se monta en este.
- ¡Adiós abuelo! - Dice casi en un grito mientras se aleja rodando en su 'instrumento del diablo'.
Yo bufo y ruedo mis ojos mientras vuelvo a encaminar mis pasos hasta mi nueva residencia, de la cual debo temer y no se porqué, imagino que lo averiguaré pronto.
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Mi ley de Newton
Teen FictionSoy Mathew Morgan, y he de decir que la fastidié. Hice algo que jamás me perdonaré creyendo que sería lo mejor, aunque lo mejor para mí parece que no es lo mejor para todos... Después de años olvidándome de ella, de ellos y de toda mi vida allí, vo...