7. Sacarla de mi cabeza

30 1 0
                                    

Los dos días siguientes a esa maldita conversación era fácil de comprobar que yo no era el mismo, bueno, llevo sin ser yo mucho tiempo, y dudo volver a serlo pronto.

Ella llevaba razón, ella siempre llevaba razón, porque es cierto que me fui sin despedirme, pero tengo mis razones y ella no las sabe y no creo que ella jamás las sepa.

¿Por qué decidí que estaba bien volver? No lo sé. Tal vez me hacía ilusión volver a mi antigua vida. Volver con mis amigos. Darle al play a algo que había pausado...

Pero eso nunca ocurrió. Porque en ningún momento yo pausé mi vida aquí. Es como el momento en el que estás viendo una serie en la cama y te quedas durmiendo, nunca la paras y te despiertas cuando todo ha ocurrido y ya te lo has perdido, no puedes volver atrás y mucho menos cambiar ahora algo de lo ocurrido.

Devastado, estupido, abofeteado con una ola de verdad, así me siento.

Porque nunca debí haber vuelto, porque nunca debí haberme ido.

Está ya no es mi vida, o lo que fue.

- Oye compañero, te ves triste ¿todo bien?- pregunta Amanda sentándose a mi lado antes de que inicie la clase.

- ¿Qué? No...- digo y bostezo mientras me paso la mano por el pelo despeinándome.

Porque esa sería otra, me es imposible dormir, mi cabeza no para de darle vueltas al mismo asunto, a sus ojos, mirándome con rabia, con odio... verdadero odio.

- ¡Matt!- dice chasqueado sus dedos delante de mi rostro haciendo que yo de un respingo y le preste atención.

Ella ríe y yo sonrío de lado.

- Perdón, estoy un poco dormido- digo ahora rascándome la nuca.

Amanda saca sus cosas de la mochila y se cruza de brazos para mirarme.

- Estás dormido y perdido en esa cabeza tuya ¿Todo bien ahí dentro Matt?- pregunta ladeando su cabeza. Es adorable.

- No mucho- bufo y miro alrededor.

- ¿por?- pregunta apoyando su cabeza sobre su mano.

- Tonterías- digo sonriendo de lado y después recuerdo lo que me dijo Colton.

También recuerdo a Sabrina, sus ojos, hace que mi corazón se encoja y mi estomago se revuelva por completo.

Si esta ya no es mi vida, si ya no son mis amigos, si ya no es mi novia, si ya no es mi enemiga o mi amiga, necesito iniciar una nueva vida. Una en la que no me odien y otra a la que le pueda dar al play.

- ¿Seguro que estás bien Matt?- pregunta mirándome.

- Amanda... ¿Por casualidad te gustaría ir esta tarde a por un café o algo?- pregunto sacando uno de mis bolígrafos y después la miro esperando una reacción.

Ella no me mira y también saca algunos bolígrafos de su estuche cuando vemos que el profesor entra.  Una sonrisa pequeña se extiende por su rostro y asiente.

- Por supuesto Matt- dice mirándome por el rabillo del ojo antes de empezar a escribir lo que el profesor dicta con su perfecta caligrafía en su ordenado cuaderno.

Yo copio lo que ella copia y me sonríe.

(...)

Es un esplendor, una risa, abro mis ojos y allí está ella.

Acostada a mi lado en una manta que hemos extendido sobre el césped porque se ha empeñado en ver las nubes, sus preciosos ojos oscuros me miran y ríe de nuevo.

Mi ley de NewtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora