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El castaño se limpiaba las manos con un trapo mientras maldecia en voz baja. Claramente estaba molesto, Fred no le aviso nada, ni mucho menos que vendría esa zor- esa tipa a su casa.

De pronto se sintió mareado, ya llevaba dos días así. Tenía una respuesta pero no estaba muy convencido de aquella, sabía perfectamente que el azabache se había anudado a él, pero no hizo caso. Corrió al baño rápidamente y devolvió todo el desayuno de esta mañana. Se aseguró de limpiar bien para luego lavar sus dientes, suspirar y acariciar su vientre, sonrió enternecido, en unos 9 meses -si estaba en lo correcto sobre su condición- vería a un pequeño en sus brazos.

-¡¡Freddy~!! -Alguien lo llamaba, claramente era la voz de su novio.

Soltó un bufido molesto, ya sabía para que lo necesitaba, salió del baño y se dirigió a la sala, encontrándose con la peor escena que haya visto, o tal vez era dramático por los celos.

La tal Eliza se abraza fuertemente al azabache mientras este le explicaba algunas cosas.

-Ejem...-soltó casi gritando, ambos voltearon a verlo- ¿Que pasa, cielo?

Fred trago saliva, sabía perfectamente ese tono, ese apodo y podía sentir el enojo de su Omega, un Freddy celoso es como el fin del mundo. Sonrió nervioso eh hizo que se acercara, apartó bruscamente a la chica que se agarraba de su brazo. El castaño suspiro y se acercó a él, Fred aprovechó, lo agarro de la cintura eh hizo que se sentará en sus piernas.

Eliza y Freddy estaban teniendo una guerra de miradas, podía sentir claramente el enojo en ambos. Si sus ojos pudieran brotar llamas ya se abría quemado.

-Mi bebe, mi vida, mi corazón, mi cielo, mi todo...-empezó con los apodos, Freddy lo miro sonrojado- ¿Podrías por favor traerme esos panquesitos que tan deliciosos haces?

-Yo-

-¿Que tal si los hago yo, Fred? -Interrumpió Eliza- Sabes que LAS Omegas hacen la mejor comida. No creo que un simple...Omega como el pueda hacer los mejores panquesitos.

Vio a Freddy y pudo sentir claramente la tristeza y enojo que este sentía.

El castaño tenía la cabeza mirado hacia abajo, sabía que no debía prestar atención pero...le había dolido. Sintió unas manos en su cara y para cuando abrió los ojos Fred había unido sus labios en un tierno beso. No pudo contener más las lágrimas y empezó a llorar mientras correspondía aquel beso que ahora era salado por culpa de sus lágrimas.

-Shh~...-susurro el azabache pegando su frente con la del menor para calmarlo- Tu no tienes por que llorar mi bebe...-acarició la mejilla del menor limpiando sus lágrimas- Eres perfecto...no lo olvides...

-S-si...tienes razón~ -sonrió enternecido.

-Y tu...-el de ojos rojos miro a la chica a su lado, quien le prestó atención- No tienes ningún derecho para decirle esas cosas a mi Omega, el es mucho mejor que tu en todo...¿Crees que no me doy cuenta de cómo te pegas a mi? Eliza, yo te miro como una amiga y compañera, solo tengo ojos de amor para mi Freddy.

La chica de ojos grises miro enfadada a Freddy, este solo le sacó la lengua infantilmente.

-¡Bien! Me iré...buscate otra ayudante -la chica se levantó molesta y salió rápidamente de aquel lugar.

Ambos suspiraron, no se esperaban eso.

-Bueno, al parecer...te toca conseguir otra ayudante, ¿No? -Miro con una sonrisa al azabache.

-Si, pequeño celoso...-empezó a hacerle cosquillas al menor.

El Omega empezó a reírse a carcajadas, no le agradaba cuando su Alfa le hacía cosquillas pero no podía evitarlo. Empezó a perder el equilibrio al estar encima de Fred y se fue hacia atrás. El Alfa reaccionó rápidamente, dejó de hacerle cosquillas y lo sostuvo de la cintura para evitar que caldera al suelo y se lastimara.

¡Solo una Oportunidad! |Frededdy| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora