Capítulo 2

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Ya JiMin había empezado su cacería, incluso después de las miles de advertencias de TaeHyung que le decía una y otra vez que esa chica no era fácil, que no iba a caer a los pies suyos, mucho menos teniendo a Jeon Jung Kook cerca, que para ser realistas, tenía todos los tornillos que a JiMin le faltaba.

Había buscado en la hora de descanso su informe entre los papeles de YoonGi, aprovechando que éste no se encontraba en el lugar, y se había vuelto a encerrar en su despacho para buscar el Facebook de esa chica.

-Azul Onassis... - Susurró para sí al dar con el contacto de aquella chica, sonriendo ladino mientras espiaba entre sus fotos.- 20 años, criada en Skorpios, Grecia.

Entre más leía de ella, más le gustaba la idea de que fuera su sugar baby. Sabía que tenía familia lejos, el estar con él le facilitaría los viajes a su país natal... Y encima estaba buena. Había visto fotos con algunos chicos, entre ellos Jung Kook que podía notar su friendzone al ser denominado por ella misma como 'hermano'.

Estaba dispuesto a agregarla. Pensaba que la forma más correcta de acercarse a ella después de que lo viera follando, era desde la lejanía, y así fue que envió aquella solicitud, y sentado en su sillón rotatorio, esperó ser aceptado.

-Has estado muy callada toda la mañana.- Jung Kook comía lentamente un pastel de nata, sentado justo delante de su amiga, Azul.

-¿Quién es el que trabaja en el despacho de ahí?

-Park Ji Min, el segundo jefe, ¿Por qué?

La chica se puso a jugar con su cabello mientras miraba hacia aquella puerta blanca y se perdía en su silencio.

-Pensé que era el despacho de YoonGi, me había dicho que dejara mis papeles allí aunque él no estuviera y...

-Te lo encontraste follando con alguien.

-Fue alucinante. Le pude ver el pene, lo tiene como así de grande.- Azul, conocida como una chica demasiado liberal como para callarse uno de sus pensamientos, había separado sus dedos de manera exagerada para hacerle una demostración a Jeon de lo que había visto.- Y así de gorda. -Volvió a mostrar sus dedos de forma en que se quedaran separados y mostrara un grosor también exagerado.- Una pena que malgaste esa virtud con señoras...

-No me interesaba esa información.

-Eres lo más cercano a una amiga que tengo, tendrás que escucharme.

Después de unos segundos de silencio en los que saboreaban aquellos pastelitos y el café, un mensaje en el teléfono móvil de Azul la hizo tener que parar de hartarse a pastelitos.

Era una solicitud de amistad de un chico, cuya foto de perfil no era nada más y nada menos que una silueta de espaldas en Nueva York.

-¿Cómo decías que se llamaba el del pene privilegiado?

-Ji Min, Park Ji Min.

-¿Éste?- Al rodar la pantalla de su móvil en el perfil de aquel chico, Jeon pudo asentir a la pregunta de su amiga.

-Por tu bien, será mejor que no lo aceptes.

-¿Por qué? Es guapo...

-Pero es conflictivo. Todo lo que toda, se hace un problema.

-Uh... Un chico malo y coreano.

-Azul...

-¡Déjame!

-Si te hace daño, quien va a ir a partirle la cara soy yo, así que espero que me agradezcas mucho si pierdo mi trabajo por tus locuras.

-Te quiero, Jeon.



JiMin comía delante de su ordenador. Revisaba papeleo y de vez en cuando echaba una ojeada al Facebook para ver si lo había aceptado, hasta encontrarse con que así había sido.

Una sonrisa ladina se le iluminó en el rostro al ver aquella bolita verde situada al lado de su nombre, y después de limpiarse la boca con una servilleta, abrió conversación.

Ji Min: Buenas, señorita.

Azul: Hola~.

Ji Min: ¿Nadie le ha enseñado a tocar a la puerta antes de entrar?

Azul está escribiendo.
Azul está escribiendo.
Azul está escribiendo.

Azul: Discúlpeme, jefe. Me había equivocado de puerta.

Ji Min: No ocurre nada. Gracias a usted pude tener un gatillazo y ahorrarme el follar con esa mujer.

Azul: ¿Me está llamando fea?

Ji Min: No, no. Al contrario. Eres demasiado hermosa en comparación con lo que me estaba follando.

Azul está escribiendo.
Azul está escribiendo.

Azul: Eh... gracias, jefe.

Ji Min: De nada.
              Por cierto, espero que sea nuestro secreto que ha ocurrido esto.
              Ya sabes, no me gustaría que acabaran sabiendo que me dolía demasiado la polla y que recurrí a acostarme con alguien en horario de trabajo.
               Pero es que realmente estaba caliente.

Azul: Tranquilo, jefe.
Su secreto estará a salvo conmigo.
Promesa de meñique.

Ji Min: Muchas gracias, hermosa.
              Si necesitas algo, estoy aquí.

Azul: De acuerdo, gracias.
Por cierto, jefe...

Ji Min: Dígame...

Azul: ¿Sólo le gusta las mujeres maduritas?

Ji Min: Oh, no.
              También me gustan las jóvenes.
              Pero últimamente sólo tengo suerte con las 'maduritas'.

Azul: ¿De veinte años?

Ji Min: Y griegas.

Azul: Conozco a alguien así.
Ha acabado mi hora de descanso.
Hasta después, jefe.

Ji Min: ¿Quieres seguir descansando en mi despacho?

Azul Onassis se ha desconectado.
Su mensaje llegará cuando vuelva a conectarse.

Park chasqueó su lengua contra su paladar, mientras disimuladamente movía las persianas de su despacho para ver cómo aquella chica volvía a su puesto de trabajo.

ᴄᴏᴄᴋᴛᴇᴀsᴇʀ      ||         [P.J.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora