Capítulo 7

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Jung Kook no tenía buena cara, y daba igual cuántas estúpidas intenciones tuviera por no mostrarlo. Se le notaba a la legua, sus ojos no tenían brillo, no había sonrisa, estaba apagado.

-Kookie...-Susurró ella poniendo su mano en el hombro de él, haciendo que le mirara.- ¿Qué te pasa, pequeño conejito?

Ese apodo siempre le había molestado al mayor, pero ese día pareció no importarle mientras trataba de mostrar una sonrisa.

-Nada, Azul... ¿Te lo pasaste bien con Ji Min?

La sorpresa había llegado a la joven, que se había acostumbrado a escuchar siempre las malas críticas hacia el jefe, pero ahora había preguntado con mucha naturalidad.

-Sí... Igualmente, mañana estaré todo el tiempo contigo. No quiero desocupar mi puesto.

-No me dejes solo...

Esas palabras le habían dejado más que claro que algo iba lo siguiente a mal con su compañero. De camino a casa no intercalaron palabra mientras en la radio sonaba algunas canciones elegidas por Kook desde su móvil, todas deprimentes y con una letra en inglés que hacía dudar a Azul de la condición mental del chico.

No quiso cenar. Kook siempre había sido estricto con su dieta, cenaba todas las noches esas vitaminas esenciales para que su organismo funcionara mejor de lo habitual, pero esa noche no fue así. Se metió en su cuarto, puso música como la del coche, y no salió en todo lo que restaba de tiempo a que Azul se metiera en la cama.

A cosa de las doce y media AM, la puerta de la habitación de Azul se abrió, y suaves pasos se hicieron en el lugar.

-Azulita...-Un suave susurro y el lado opuesto de la cama se hundió, sintiendo que alguien se arropaba a su lado.

-Conejito...

-¿Puedo dormir contigo...? Me... siento solo.

Azul se dio la vuelta en la cama, abrazando la cintura del su mayor que como si fuera un niño, escondió la cabeza en su cuello. Ella pudo sentir la humedad de su cara que le advertía de que había estado llorando, y acarició toda su espalda antes de suspirar.

-¿Me contarás qué te pasa...?-Negó con la cabeza abrazándose más al cuerpo ajeno.- ¿No confías en mí?

Se hizo un silencio enorme entre ellos, en los que Kook levantó la mirada tan sólo un poco.- Más que en mi vida.

-¿Y por qué no me lo cuentas?

-Porque quiero estar seguro... Antes de arriesgarme a contarlo.

Un suspiro enorme y Azul besó su frente, abrazándolo cual madre a su hijo y recibiendo un abrazo por parte del menor. Escuchó los suspiros del mayor en su cuello en varias ocasiones, hasta que se durmió por completo.

A pocos minutos, su teléfono móvil empezó a temblar en la mesilla de noche. Una llamada desde Messenger, vídeollamada, a lo que ella se levantó rápidamente a responder antes de que despertara a su amigo y se acercó hasta la ventana para responder.

-Es la 1 de la mañana, ¿Qué quiere?- Musitó elevando una ceja al ver a Park Ji Min en la pantalla y sin camiseta.

-Quería hablar con usted, ¿no puedo?

-Usted entra a trabajar siempre cuando le sale de la punta de su privilegiado miembro, yo no. Además, estoy ocupada.

-¿Lo suficientemente ocupada para no querer atender a su Daddy?- Las dos manos tras su cabeza, y estiró su cuerpo dejando ver a la chica aquellos abdominales trabajados que tenía.

Sus ojos en blanco y un suspiro al cielo antes de negar con su cabeza.- No puedo.

-¿Qué es eso tan importante que tiene que hacer que no quiere hablar conmigo?

-Jeon está mal y está durmiendo en mi cam...

-¿Que Jeon qué?

-Está mal...

-Lo segundo...

-Y está durmiendo en mi cama.

Un bufido en la boca de Ji Min y negó con su cabeza. Parecía enfadado, pero Azul no estaba poniendo interés en eso porque se había dado cuenta de que Jung Kook se estaba moviendo mucho por la cama, y temía que tuviera una pesadilla.

-¿Cree bonito que mi Sugar Baby duerma con otros hombres?

-Ni que durmiera con usted.

-Porque no me ha dado oportunidad de invitarla a mi casa.

-Oportunidad ha tenido, lo que no lo ha hecho.

Otro bufido más y mordió su labio inferior. Podría parecer extraño, pero le ponía cada vez que esa chica se encaraba a alguien, incluido a él. Sentía que le ardía el pene, y la mano, pues tenía más ganas que nunca de marcar su rastro en el culo ajeno.

Azul lo imitó con cara de asco, antes de apoyar su espalda en la pared y marcar su mirada retante.

-No me gusta que duermas con otros hombres.

- No me acuesto con todo el que entra en mi cama, no soy como usted.

-¿Me está llamando mujeriego?

-¿Quiere que lo repita?

Ji Min sonrió ladino unos segundos, manteniendo la mirada fija en la imagen de aquella chica.- Me he tocado una paja pensando en usted.

Ella abrió algo más los ojos que de costumbre, como con asombro, pero acabó por querer seguir jugando a hacerse la fuerte. - Qué romántico, jefe... Debo volver a meterme en la cama.

-¿No quiere ver cómo me toco otra? Puede ir al baño y... nos divertimos juntos.

Una sonrisa ladina y Azul miró dubitativa hacia los lados, como queriendo dejar un lapsus de tiempo para desesperar a su jefe, al que ya le volvían a arder los pantalones.

-Mhm... no. Nos vemos mañana.

-Pero, ¡Azul!

La llamada fue cortada en ese mismo momento, y lanzó el móvil sobre la mesa más cercana a la cama.

En otro lugar de la ciudad, un Ji Min había desabrochado el botón de su pantalón y miraba hacia el techo. Lo cierto es que, aunque aún no quisiera darse cuenta, Azul era todo lo que necesitaba: una mujer que era capaz de decirle que no, de humillarlo, de dejarlo completamente duro sin tener compasión por si le dolía o no.

Una llamada rápida a TaeHyung y consiguió el número de aquella mujer a la que alguna vez le había dicho que se fuera después de haber visto a Azul entrar por la puerta de su despacho. Marcó el número y se llevó el auricular al oído, escuchando una voz femenina al otro lado.

-¿Dígame...? -Unos cuantos segundos de silencio, en los que Ji Min se mordía el labio dubitativo. Le ardía el pene, quería desfogarse, sin embargo...

-Lo siento, me he equivocado.

Y colgó.

ᴄᴏᴄᴋᴛᴇᴀsᴇʀ      ||         [P.J.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora