XV. Magia

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POV JUNGKOOK

—¿Te gustaría ir de viaje un par de días conmigo? — pregunté.

Yoongi siguió con la cabeza apoyada en la almohada, respirando despacio. Mi intención no era molestarlo, en absoluto, sino, que pudiese prestar atención a otra cosa que no fuera el malestar que sentía. Estaba asustado, porque pese a todas las oraciones que hilé para que entabláramos una conversación él permaneció en silencio. La fiebre le había bajado un par de grados, pero aun así seguía caliente y todo eso sumado a mi poca experticia en el tema de cuidado de enfermos sólo aumentaba mis nervios.

—¿Vas a decirme que ha pasado ayer, Yoongi? — insistí.

—Daba un paseo. — contestó a secas sin mirarme. Le fulminé con la mirada.

Yoongi no era una persona fácil.

—No te gusta el frío. — recalqué.

—¿Y tú? — inquirió volviendo los ojos hacia la ventana. —¿Qué ha sido ese improvisto que mencionaste?

Sentí un retorcijón en el estómago de sólo pensar en decirle. Por la noche había estado casi seguro de que si le contaba a Yoongi él podría comprender la situación entre Jimin y yo, pero ahora no sabía si se lo tomaría de buena manera. Bastaba recordar las palabras que había empleado para referirse a Jimin cuando éste me abandonó en el hotel. Parecía que le ardía algo en los ojos, y él me había dado la fortaleza suficiente para sobrellevar aquella desazón que me abrumaba entonces.

Qué irónico, pensé. Que las dos personas que más me importaban ahora, fueran intolerantes entre ellas mismas. Había tenido miedo de decirle a Jimin que vendría a ver a Yoongi a su casa, imaginando que podía desatar una ola de inseguridad, y ahora estaba asustado de, que sí le mencionaba algo de mi encuentro con Jimin a Yoongi él me viera como alguien masoquista y patético por lanzarme a sus brazos sin el menor sentido de auto respeto.

—¿Jimin, verdad? — supuso sin entusiasmo mordiéndose el labio inferior.

Asentí con timidez. Esta vez me miró de soslayo, sujetando el borde de la manta.

—Me es inevitable. — confesé. —Sin él me siento desorientado, y me ha dicho tantas cosas-

—Ya. — me cortó Yoongi. Era la respuesta que estaba esperando. Su tosquedad. —Bien por ti, Kookie.

Abrí la boca, buscando salir del tema.

—¿Qué hay de ti? — exhalé dudoso y me miró con cautela. —¿Tuviste un mal día?

—¿Recuerdas el texto de Ícaro que te obligué a leer? — susurró.

Hice un gesto dándole a entender que sí.

—Me siento como él. — se río con soltura, o esa es la impresión que tuve antes de que se llevara una mano a la cabeza quejándose. —En fin, otro día te lo cuento mejor. Gracias por venir, no debiste.

—Si debía. — precisé acariciándole el cabello.

Yoongi me miró como si estuviese saltando de un acantilado y corrió la cabeza sutilmente, evitando el contacto.

—¿Aún te sientes mal? — murmuré tomando algunos medicamentos de la mesita de noche. Revisé el nombre de las tabletas y saqué un par de pastillas. —Venga, tómate estas.

—Está bien, Kookie. — Yoongi sonrió mostrándome sus dientes pequeños y estiró el brazo para recibirlas. —Me las tomaré, pero por favor, vete, tengo mucho sueño y quiero descansar.

If you were Me [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora