XIII. Pt2 Cúrame el invierno

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Nota: Lo he colgado en el capítulo anterior, el video de arriba es del fanfic. Mis dotes de editora aún no son taaaaaan buenos, hice lo que pude con algunos fragmentos de la historia. 

Sujeté el diario con la mano temblorosa, releyendo las últimas líneas escritas, atravesado por un fuerte dolor en el pecho.

Meneé la cabeza sin acabar de creérmelo, como si quisiera hundir esos estrepitosos revoloteos que comenzaban a formar un huracán en mi vientre. No es verdad, me dije. Nada de esto es real.

Jimin está con Taemin. Incluso aunque tratara de buscar algo para negar dicha relación todas las señales en mi mente decían lo contrario. Taemin había visitado a Jimin, había curado sus heridas.

Pero todas esas veces que Jimin había escrito mi nombre, sólo lograban acongojar más mi corazón.

Jungkook. Jungkook. Jungkook.

¡Ah! ¿Por qué me dolía tanto?

Tiré el diario lejos, viendo cómo se ajustaba perfectamente en la superficie nevada y me agarré la cabeza reprimiendo toda esa pena que había estado tratando de enterrar desde Halloween. Se produjo un leve silencio, en medio de mi respiración cortada y el sonido de los autos alejarse por la calle.

¿Por qué duele tanto? ¿Sólo... por qué duele tanto aquí en mi pecho? ¿Por qué parece que caigo y nunca toco fondo?

La imagen de Jimin en mi mente aparece, y sonríe. Demonios, Él sonríe dentro de mí y me llama horrible, él me llama feo. Él está llevando consigo una chaqueta de parejas. Él está peinando su cabello hacia atrás. Él está cocinando a las 1:00 am en la cocina. Él está cantando en la calle. Él está comiendo helado de pistacho. Él está bajo la lluvia tomando mi rostro. Él me está pidiendo que lo ignore.

No puedo ver.

Es lo único que sé cuando escucho la nieve resquebrajarse bajo las pisadas de alguien. Tengo los ojos inundados de lágrimas que me esfuerzo por contener, y apenas puedo alzar la vista. No. No la quiero alzar. No quiero saber quién es, y no quiero que nadie me vea en este estado. Tengo miedo de mostrarle este rostro al mundo. Este rostro que dice: Duele mucho y mi corazón se hace pequeñito ante la existencia de un hombre.

Así que prefiero quedarme con la cabeza enterrada entre los brazos.

Pero el sonido de las pisadas se hace más intenso y ruego porque sea el conserje del edificio quien ha venido. Tal vez a sugerirme que no pase demasiado tiempo afuera. Espero. Contengo la respiración para calmar el vaivén de mis hombros en un fracasado intento por parecer tranquilo.

—¿Qué haces aquí afuera, Jungkook? — el sonido de mi nombre me hace dar un respingo.

Entierro las uñas en la tela jeans de mi pantalón, porque necesito un agarre a la realidad, porque el timbre de su voz me estremece y creo que en cualquier momento puedo desaparecer en el soplo de esa triste y helada brisa que me recorre la nuca.

No respondo.

Es que, si lo hago, es que si hablo... no quiero quebrarme.

—Jungkook. — mi nombre en su boca, nuevamente.

Entonces abrí los ojos, algunas lágrimas rodaron a través de mis mejillas, y en aquel instante en que logré enfocarlo, sólo existíamos Jimin y yo, nada más que los dos. Él con los labios apretados, con las manos enfundadas en los bolsillos de su largo abrigo, observando preocupado mi cara descompuesta.

Fue como verlo por primera vez.

Sus pómulos aterciopelados,

Su nariz recta y pequeña,

If you were Me [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora