If you were Me [JiKook]

XVI. Supernova

Nota: Capítulo dedicado a @Vanilletae y a todas mis queridas lectoras. 

POV JUNGKOOK

Golpeé el marco de la puerta entre abierta, viendo la silueta esbelta de Jimin reposar tranquilamente sobre la alfombra, no tardó en voltearse apoyándose de sus brazos. Arqueó las cejas, tal vez preguntándose qué hacía yo ahí a las cinco de la mañana, esperando que me diera una señal que me permitiera pasar.

Lo cierto era que, de vuelta de Isla Jeju no había podido conciliar el sueño y sentía que los dedos me picaban por volver a tocarle nuevamente. Pensé que dormir juntos en la misma habitación durante el viaje nos daría a ambos ventaja en cuanto a compartir un poco de privacidad, pero toda ilusión quedó enterrada una vez Tae y Hoseok se la pasaron en nuestro dormitorio, bebiendo hasta la madrugada y jugando verdad o reto, juego al que por supuesto me negué a participar por temor a mostrar cuan inexperto era en los temas que tocaban, la mayoría de ellos relaciones y sexo. En cuanto a eso, parecía que Hoseok y Tae eran demasiado expertos en el tema y no tenían pudor alguno en mencionar con cuantas personas y en qué posiciones habían echado un polvo, así como le decía Hobi, incluso pasando por alto sus propias miradas de recelo y apatía. Jimin y yo, sólo nos mirábamos, y cuando a él le tocaba su turno sólo volteaba la situación y hacía que ellos volvieran a participar y a pelear por quién más esto y aquello. Namjoon y Jin eran de otro mundo. Ellos por el contrario se la pasaron bebiendo en la barra del resort, yendo a su ritmo. Hasta habían tenido tiempo de ir al volcán, cosa que a pesar de estar en mi itinerario no pude hacer porque Taehyung con alcohol se volvía empalagoso y lo único que quería era estar con nosotros, frustrando cualquier intento de salida del resort.

—¿No puedes dormir? — preguntó haciendo un gestito con la mano, invitándome a entrar.

Era la primera vez que visitaba su habitación. Olía a menta fresca, y estaba tenuemente iluminada por una lampara. Claramente era más grande que la mía, pues tenía espacio para tener un sofá dentro y también una estantería repleta de libros e historietas cómicas.

—Mi cuarto parece una cajita de fósforos al lado de esta. — me quejé en susurros, repasando detenidamente la yema de mis dedos por las tapas de sus historitas, leyendo sus títulos.

Le escuché reprimir una risa, y supe que él me estaba siguiendo con los ojos inspeccionar sus cosas.

—¿Hay algo que te guste?

Casi ruedo los ojos. Por supuesto que había algo que me gustaba, y no eran precisamente sus pilas de libros o la colección de cactos que tenía en una repisa.

Sólo di un suspiro.

—Tampoco puedes dormir. — afirmé, avanzando descalzo hasta llegar a un lado suyo y sentarme. Abrí la boca a medio decir al ver que entre las piernas tenía un libro grueso. —¿Estás leyendo para la universidad?

—No. — esta vez se rio. —Estoy leyendo acerca del universo.

Ladeé la cabeza cual perrito, interesado en lo misterioso que resultaba que una persona de su edad no se la pasara en internet y por propia voluntad decidiera investigar algo tan vasto y profundo como el universo.

—Sólo sé que Plutón ya no es un planeta. — confesé avergonzado.

Un mechón de pelo rubio se movió mientras reía, inclinándose hacia atrás.

—Es cultura general eso. — se mofó. — ¿Sabes cuantas lunas tiene Júpiter?

Diablos, maldije mentalmente. Estaba probándome.