Una semana antes...
Un día me conecté como de costumbre a mi tablet para ver las notificaciones de Tuenti,Facebook,Instagram... .
Y derepente, cuando terminé de conectarme a todas esas redes sociales, decidí descargarme una app para chatear con gente de fuera, principalmente para conocer gente nueva y ampliar mi vocabulario en inglés.
Mis padres se habían ido a hacer la compra con mi hermana y yo me había quedado sola... era la oportunidad perfecta para hacer alguna travesura de las mías... .
Cuando se me ocurrió descargarme la app, miré en Google Play para descargarmela,ya que ese era el único sitio donde encontrar apps gratis y que utilice mucha gente... .
Y así es, nada más teclear en el buscador de Google Play: “Chat para hablar con gente”
aparecía una extensa lista de aplicaciones, las cuales tenían salas de chat para hablar en grupo.
Pero...yo prefería una app individual, para solo centrarme en una persona, y al parecer al cabo de escasos minutos apareció una que tenía una pinta interesante...
INTALK:)
Intalk:)...la app de mi vida...y ya sabréis por qué...
Comencé a descargármela y en unos minutos ya estaba la descarga por el 99%, estaba emocionada, no sabía a quién iba a conocer en aquel chat, si me iba a arrepentir o no...
Cuando se descargó, me dispuse a abrirlo y rauda y veloz me creé una cuenta, a la que le puse de nombre de usuario: “Mariquilla”.
Justo después ví que en esa aplicación, que te dejaban elegir quiénes podían enviarte peticiones de chat para hablar con ellos, y de todas las opciones elegí:
Europeos, que les gustasen la música, las mascotas... . Vamos, lo más normal.
Al final de todo, conseguí conectarme para hablar.
No pasaron muchos minutos hasta que ví que alguien me había enviado una petición para hablar con él.
No sabía si se trataba de un niño o una niña, de un adolescente o de una adolescente, de un hombre o de una mujer... .Esa era la gracia de los chats anónimos, que nunca sabes lo que te puedes encontrar... .
