VII

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De cierta forma, Shinsou no pudo evitar sentirse de cierta forma en deuda con el rubio, así que averiguando que este poseía una extrema fascinación por la comida picante compró un frasco de la salsa más picante que encontró. Así, de está forma, a la mañana siguiente llegando más temprano de lo usual (y sólo para no toparse con el rubio porque, mierda, sí que sería vergonzoso) entró al salón 1-A para dejar aquel presente en el puesto del de ojos rojizos.

No pudo evitar detenerse y observar el salón, mirando con nostalgia y añoranza pensando en cuanto desearía estar allí también, soltó un suspiro y haciendo una mueca se encaminó nuevamente a la puerta y la abrió para salir y poder marcharse de una vez por todas antes de seguir sintiengo aquella opresión en su pecho.

No contaba que se topase con un sujeto enorme con lentes, el que tenía propulsores en la pantorrilla, si mal no recordaba. Ambos se miraron con asombró y antes de que el de pelo azul pudiera abrir la boca para cuestionarle su razón de haber estado dentro del salón salió huyendo por el pasillo en dirección a estudios generales.

Y aún así, a pesar de su velocidad, no se perdió la cara que hacía cierto rubio divertido en su dirección por su infortunio.

Mamihlapinatapai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora