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La necesidad de cafeína era notable en él pelimorado, todos los que pasaban junto a él y no le tenían miedo le preguntaban preocupados si necesitaba ayuda o ir a la enfermería cosa que negaba levemente de forma amable.

Su mirada escaneaba el pasillo intentando recordar si acaso se había equivocado pues que él recuerde era este el que poseía una máquina expendedora, la cual para su desgracia no divisaba en ninguna parte a pesar de haber recorrido dicho pasillo tres veces.

Desganado y notando que no había posibilidad de que adquiriera cafeína sin llegar tarde a clases doblo un pasillo que conectaba con una escalera por la cual debería subir, pero de forma desprevenida y sin poder reaccionar a tiempo una lata de café fue posicionada bruscamente en su pecho. Miro por unos segundos la lata y cuando atinó a levantar su vista lo único que pudo divisar fue una deslumbrante cabellera rubia familiar y un par de orejas ruborizadas alejándose a toda velocidad.

Shinsou nunca lo admitiría, pero un leve rubor también cubrió parte de sus mejillas.

Mamihlapinatapai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora