Tal vez se hubiera alegrado, tal vez lo hubiera abrazado y preguntarle qué hacía allí... Pero en esos momentos sentía miedo de lo que podía pasar. Lo único que se podía escuchar en esos momentos era un silencio incómodo y también el sonido de una puerta abrirse poco a poco dejándose ver a dos hombres de tercera edad hablando tranquilamente entre ellos, al primer hombre Fred pudo reconocerlo de inmediato como su abuelo, pero el segundo no tenía ni menor idea de quién era aunque dudando un poco de la situación seguramente acompañaba al pequeño niño castaño de orbes azules.
—Fred te presento a Freddy, nieto de un amigo mio— hablo su abuelo mientras señalaba al pequeño que tenía una sonrisa y lo saludaba con la mano algo tímido, el azabache le respondió el saludo con las mejillas sonrojadas —Nosotros los adultos tenemos que hablar de algunas cosas ¿Porque no van a otra habitación a jugar?— los dos niños asistieron y se fueron de la sala.
El azabache antes de irse pudo notar como sus padres tenían una cara de desaprobación, tenía miedo en saber lo que podía pasar cuando los demás se fueran.
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—¡Wow, tu habitación es enorme!— hablo asombrado mirando cada rincón de aquella sala espaciosa y bien ordenada, fijó su atención en una pequeña estantería de madera donde había bastantes libros y un pequeño collar de una cruz —¿Tienes libros? ¡A mi me encantan!— el pequeño intentó alcanzar uno de los libros pero por su baja estatura no lograba llegar, Fred iba acudir a ayudarlo pero el castaño consiguió dar un salto y agarrar el enorme libro...Sin embargo por accidente la estantería terminó cayéndose al suelo. —¿Estás bien?— preguntó algo preocupado el pelinegro al ver al pequeño totalmente tirado en el suelo con una montaña de libros encima suyo —¡Si, no te preocupes!— con un tal solo movimiento Freddy logró salir de aquella montaña con el libro en mano, se sentó al suelo y pasó las páginas rápidamente sin leer lo —¡Que aburrido, solo son poemas!— el niño rebuscó de nuevo entre esa montaña otro libro pero fijó su mirada a un objeto en particular.
—¡Lo sigues teniendo!— Freddy agarró cierto peluche de lana con forma y apariencia a un animal y con unos colores llamativos —¿Te gustan los conejos? A mi me gustan mucho, aunque nunca he visto uno ¿Tú has visto uno?— Fred negó dos veces con la cabeza, un silencio incómodo apareció ya que ninguno de los dos sabía de qué hablar ahora.
—¿Por qué estás aquí?— con timidez el azabache rompió el silencio preguntando algo que le había intrigado saber desde su presencia —Quería agradecerte de aquella vez— Fred retrocedió un poco al notar que el de ojos azules empezaba a acercarse demasiado —¿Y no era suficiente con ese peluche?— el castaño hizo un tierno puchero —¡No, tu te mereces algo mejor!— ahora Freddy rebuscaba en sus bolsillos algo que pudiera darle de gran valor —Freddy, no es necesario...— el castaño ignoró aquellas palabras y siguió buscando en sus otros bolsillos, hasta que una idea surgió en su pequeña mente.
—Quiero ser tu amigo— el contrario lo miró totalmente confundido ¿Amigo? Nunca había tenido ninguno por sus padres que le decían qué tener una amistad con alguien era una pérdida de tiempo y dinero —¡S-Si no quieres no importa, lo entenderé!— Fred pudo notar una sonrisa forzada en el rostro del chico —A-Ah..Y-yo también quiero ser tu "amigo"— el castaño no pudo evitar dar unos saltitos de emoción por la respuesta.
—¿Y qué color te gusta? A mi el azul ¿Siempre eres tan alto? ¿Cuantos años tienes? ¡Yo tengo 7! ¿Tienes más amigos? Si lo tienes... ¿Algún día me los presentarías? — Freddy no pudo evitar hacerle muchas preguntas, después de todo estaba bastante emocionado con su nueva amistad —A-Amm y-yo...— no pudo encontrar las palabras para decir en ese mismo instante, estaba bastante nervioso —Lo siento, es mi primera vez teniendo un amigo...Los demás niños no suelen acercarse a mí— una risa nerviosa salió de sus labios—¿P-Porque?— titubeo Fred mirándolo con algo de curiosidad —No lo se, tal vez sea por ser algo hiperactivo y impulsivo ¿Tu crees que lo soy?— el azabache negó con la cabeza, una pequeña sonrisa apareció en el rostro del menor, iba a decir algo más pero escucho una voz que lo llamaba —Tengo que irme ¡Estoy seguro que nos volveremos a ver!— dejó a un lado el peluche y estaba a punto de abrir la puerta pero una mano la detuvo —E-Espera, te dejas el peluch-...— fue interrumpido por el pequeño castaño—Quedartelo, ese peluche simbolizará nuestra amistad— y sin mas que decir se fue de la habitación.
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El azabache se encontraba sentado en el suelo mirando un punto fijo de la chimenea, un hilo de sangre salía en su labio mientras tocaba con su pequeña mano la marca del golpe que obtuvo.
Fred no recordaba en qué momento sus padres habían empezado a gritarle, pero sí recordaba la sangre y la marca del golpe que le había dado sus padres cuánto intentó explicar donde conoció aquel niño. No recordaba en qué momento le habían quitado aquel peluche que escondía en sus manos, pero recordaba cómo pateaba y intentaba jalar el muñeco de las manos de su madre sólo consiguiendo arrancar la cabeza del pobre conejo, dejando trozos de algodón por todo el suelo. También recordaba como la otra parte del peluche fue tirado por la chimenea viendo como poco a poco se quemaba lentamente.
Tampoco recordaba en qué momento empezó a llorar mientras tenía en sus pequeñas manos la única parte que se pudo salvar, pero si recordaba cómo sus padres lo miraron sin expresión alguna y murmuraban "No debimos dejarlo solo con ese enfermo" y el como siempre no respondió.
Fred era un buen chico, un muñeco de porcelana, un maniquí, una herramienta. Que podrías usar y jugar con él y no sé quejaría. Pero en algunas ocasiones, estaba harto de ser lo que era ¡Pero era solo un niño! ¿Que podía hacer?
Y tal vez la idea que había cruzado en su mente, era una locura, un pecado que si alguien se enteraría no dudaría en matarlo.
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Homofobia 【Frededdy】
Fanfiction【感じる】Siglo XIX, reinaba la religión y la guerra, la homosexualidad era considerado un tabú para aquella época. En un pequeño pueblo de Londres, la homofobia era algo común y normal, aquellos que sean homosexuales eran condenados de muerte y humillad...