Luego de un viaje de cinco horas, llegaron con toda prisa los padres de Bin, quienes se reunieron con Eunwoo en la sala de espera del hospital.
—¿¡Qué le pasó a Binnie!? —Fue lo primero que interrogó la señora en cuanto vio al novio de su hijo.
—Pues, nosotros... Volviendo de una fiesta... Un vehículo que iba a toda velocidad... Lo atropeyó. —Tartamudeó el pelinegro con un gran nudo en la garganta.
La mujer lloraba desconsoladamente mientras su esposo la abrazaba. Eunwoo se sentía culpable, no sabía cómo volver a mirarlos a los ojos luego de lo ocurrido. Todos estaban devastados.
Efectivamente la cirugía había sido exitosa, pero Bin seguía dormido desde hacía rato. Su cuerpo seguía funcionando con normalidad pero no había indicios de que despertara.
En el horario de visita, los primeros en ingresar fueron los dos padres, mientras que Eunwoo esperó con su cara enterrada entre sus manos. No podía imaginarse una vida sin Moonbin.
Luego del horario de visita, los padres de Bin le dijeron a Eunwoo que regresara a casa a descansar, pues desde que recobró la conciencia luego del accidente, no volvió a dormir y las ojeras se hacían presentes en su pálido rostro.
Con pesadez se lanzó a su cama, con Sanhie a su lado, y lloró hasta quedar dormido luego de horas intentándolo.
Sanha odiaba ver mal a su dueño y no poder hacer nada al respecto, pero lo intentaría.
Cuando Eunwoo despertó unas horas después, debido a una pesadilla, Sanha saltó sobre él y comenzó a pasar su lengua rasposa en la nariz de su dueño. Este sonrió y lo alejó un poco.
¡Bien! Lo hice sonreír.
De un solo salto, Sanha cayó al suelo y corrió hasta debajo de un mueble, donde extendió su patita para sacar una pequeña bola de papel y tomarla en su boquita para llevársela a Eunwoo.
—¿Quieres jugar, Sanhie? —Lo miró con una hermosa sonrisa en medio de una cara demacrada.
El gato dejó la pelotita en frente de Eunwoo y este la tomó para lanzársela lejos, hacia el otro lado del departamento.
Sin quitar la vista del objeto volador, Sanha corrió a toda velocidad haciendo que sus garras resbalaran en el limpio suelo, provocando un divertido sonido.
Con sus dientes agarró nuevamente la bolita y volvió a dejársela a su amo, quien lo miraba con sus ojos caídos.
Ahora Eunwoo lanzó la bola de papel hacia arriba y Sanha dio un brinco muy alto para lograr alcanzarlo en el aire. Pero con una fuerza increíble, golpeó la pelota con su patita haciendo que esta salga volando por la ventana del edificio.
—Game over, Sanha.
¡¡No!! ¿¡A dónde se fue!?
El minino se subió al escritorio que estaba enfrentado a la ventana y miró a través de esta en busca de la pelotita, la cual no encontró. Ahora sólo tenía ganas de llorar junto a Eunwoo.
—Lo siento, Sanha, creo que ya tengo que volver al hospital. —Acarició el blanquecino cuello del gatito, quien lo miró con una expresión de suplicio.
No te vayas... Me dejas mucho tiempo solito.
El pelinegro simplemente tomó su abrigo y salió del departamento.
¡Ni siquiera me pusiste alimento en mi plato!
Sanha rápidamente volvió a subirse al escritorio para mirar por la ventana cómo Eunwoo caminaba por la acera. Luego se percató de que el vidrio de la ventana estaba levantado, pues sino su pelotita no podría haber salido volando de su hogar.
Volvió a mirar a la calle y sin mucho titubeo, saltó hacia un pequeño toldo de una casa vecina.
Con su corazón en la garganta, caminó con mucho cuidado por los bordes de las casas, siguiendo de lejos los pasos de Eunwoo. Sabía que no debía escaparse de casa, y que lo que estaba haciendo era un error del que probablemente luego se arrepentiría.
Cuando en las alturas se quedó sin más caminos que seguir, se vio obligado a bajar a la acera, donde muchos humanos iban y venían.
Su blanco pelaje brillaba a causa del sol en el cielo despejado, llamando la atención de todo el mundo.
Los edificios, postes, e incluso los mismos humanos en cantidad eran inmensos para la pequeña bolita de pelos que era Sanha. Se sentía asustado en medio de todo ese bullicio. Pero caminó lo más rápido posible para no perder de vista a Eunwoo, mientras evitaba todos los comentarios de las personas que se maravillaban por su belleza y a algunos que intentaban tocarlo.
Ya sé que soy bonito, pero ya tengo dueño. Lo siento, muchachos.
Apuró su paso. Sentía raro, pues era la primera vez que sus blandas huellitas de color rosadas tocaban el duro y sucio asfalto de la ciudad. Apenas llegase a destino se las limpiaría con urgencia.
Sanha se percató que Eunwoo ingresó a un enorme edificio donde tanto personas como ambulancias entraban y salían con apuro. Era el hospital.
Con rapidez y temor corrió evitando que lo atropeyen las personas que no veían su camino y se zambulló al jardín trasero del hospital, donde ya no habían vehículos ni gente apurada que hicieran que su vida corriera peligro.
Nuevamente sus patitas se sintieron extrañas al pisar el frío césped del lugar. Le hacía cosquillitas.
Como ahora Eunwoo había ingresado al edificio, y él no podía abrir puertas, tuvo que agudizar su sentido del oído y prestar atención ventana por ventana, hasta encontrar el cuarto de Bin que es donde lógicamente estaría Eunwoo.
Luego de tanto escalar ventana por ventana del hospital, pudo reconocer en una la inconfundible voz de su dueño. Saltó sigilosamente hacia la ventana donde provenía el sonido, no obstante se mantuvo oculto, pues sabía que estaría en problemas si era descubierto.
Lo que allí presenció era muy fuerte para él. Bin parecía otra persona, tenía el rostro lastimado y sus labios hinchados. Sanha sólo quiso llorar al verlo de esa forma.
Pero lo peor de aquella escena era el estado en el que se encontraba Eunwoo, quien era el más afectado en todo esto.
—Binnie... Por favor, regresa conmigo —sollozó—. Tienes que ponerte bien, amor mío.
Realmente lo que menos quería era que su amo sufriera, y él haría todo lo posible para hacer que Eunwoo vuelva a sonreír.
Bin... Binnie, prometo no volverte a insultar...
El gatito suspiró al, lógicamente, no obtener respuesta de parte del humano, quien se encontraba todavía inconsciente.
Al fin y al cabo no soy yo quien puede hacer realidad todos mis sueños... Sino Moon.
Por favor, Moon, no te vayas.
Jamás creí decir esto pero... Espero que pronto estés bien.
¡¡Claro que no lo digo por conveniencia mía!! Bueno, quizás en parte sí, ya sabes, quiero ser humano para estar con Eunwoo. ¡Pero realmente quiero que te recuperes!
Mira cómo está sufriendo nuestro novio, ¡por tu culpa! Así que lo menos que puedes hacer es mejorar.
Ya comenzaba a hacerse tarde, y como estaba por terminar el horario de visita, Sanha decidió regresar rápido a casa antes de que su dueño llegue y se encuentre con el hogar vacío.
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Claws || ASTRO
أدب الهواة《Dos gatos y dos universos distintos conectados. Ambos lucharían por el amor de su dueño.》 •¡¡2da temporada de PAWS!! •Contendrá Binwoo y Eunsan/Sanwoo. •Fantasía, drama y fluff♡ •No copiar ni adaptar. 🌸Inicio: 23/10/2018. 🌸Finalización: 01/11/20...