Hakuna Matata

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Alemania sabía que la situación ya se le había ido por completo de las manos. Su hermano, junto a Francia y España, estaban sentados en la mesa redonda que tenía en su sótano, ideando el plan perfecto para todavía no planeada cita con Italia. Sí, otra.

El alemán exasperó un suspiró, intentando remarcar que aquello solo lograba ponerlo de mal humor. Paro la quinta vez que aceptó resignado que ninguno de ellos le estaba poniendo atención.

¡Hey, West! ¡Leyendo ese jodido libro no nos ayudas en nada! —protestó su hermano, golpeando repetidamente las mesas. — ¿Lo quieres sí o no?

—Preferiría que no te refirieras a Italia como un objeto con el que estoy encaprichado. —pidió su hermano, guardándole todo el respeto -no merecido- a su mejor amigo.

—Awwww. —soltaron los tres agarrándose el rostro y poniendo boca de curvita.

—Tenemos que concentrarnos. —retomó la palabra Francia. — ¿Qué hay con que llegué con flores y bombones?

—La marimacha me dijo que fue lo primero que hizo mi hermano. —confesó Gilbert, decepcionándose de su hermano, aquel acto no era awesome. —Y el señorito me estuvo preguntando de la salud mental de West.

—Por eso Hungría no te hace caso. —dijo España reprendiéndolo por el mote.

—Por eso el señorito no se pone en cuatro. —dijo al mismo tiempo Francis.

Prusia se llevó una mano a la cabeza, ocultando sus ojos, ¿por qué lo tenían que decir al mismo tiempo justo con su hermano en la habitación? Solo que a diferencia de lo que el teutón pensaba, Alemania no quería saber ni un poco de a que se estaban refiriendo.

—Volviendo al plan de West, que es lo importante aquí...

—Ajá. —secundaron sus amigos con las cejas alzadas.

—Yo tengo un plan. —intervino Alemania, dispuesto a ponerle un alto de una vez a todo eso. —Dejarme lidiar a mí con esto.

Las risas estallaron en la habitación, sonrojando al enamorado. — ¡Mira hasta donde hemos llegado con esa estrategia, West!

—Es verdad, Romanito me pegará si no terminamos con esto rápido, me dice que no quiere seguir viéndote tu cara. —contestó España.

Alemania puso los ojos en blanco. ¿Sabía Romano el verdadero significado de que empezara a salir con su hermano?

—Sí te has cansado del lindo Italia, tal vez yo pueda hacerte compañía. —Francia le mando un poderoso beso francés, que el otro esquivó con mala cara. — ¡Qué cruel!

— ¡Es--!

Antes de que pudiera dar su grito paralizador, Francis que por alguna razón ya estaba detrás de él, lo tomó de los hombros con sus manos, obligándolo a sentarse en la silla desocupada.

West, necesitas nuevas lecciones. ¡Y tú asombroso hermano te las dará! —gritó a todo pulmón, subiéndose a la mesa.

—Repite con nosotros, —dijo España—Ita me ama.

—Eso suena como que te ama a ti. —corrigió Francia. —Mejor di, el tío Francia es el mejor del mundo.

Sin preocuparse, es como hay que vivir.

Alemania estuvo a punto de ponerse de pie, no quería soportar algo más del BFT. Sin embargo, su hermano haciendo una pirueta lo levantó de la silla, logrando que diera una vuelta; siendo sostenido de la cadera por Francis que alzó las cejas despectivamente, el alemán se apartó de él, topándose con España que tenía la misma sonrisa boba de siempre.

Plan BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora