Plan B

Sigo siendo el favorito*

Canción: Cambios extraños. [Toy Story].

Italia del Norte miró de un lado a otro, Alemania le estaba sirviendo salchichas a su hermano quién parecía ver a un muerto, siendo las papas acompañantes las causantes de tal reacción. Austria en cambió le sirvió a Italia las suyas, ordenándole comer con moderación pues irían a dormir luego de cenar.

¿Dónde dormirá? —preguntó Austria, viendo que Italia estallaría en vee's si no se acababa el silencio incomodo que dominaba el comedor.

—Prepararé una habitación para él.

—Sí, la tuya. —intervino Romano, metiéndose una papa a la boca.

— ¿Qué?

—Vamos a casarnos, sino mal recuerdo, cuando el seño...—Italia del Sur tragó con fuerza al recibir la mirada intimidante de Austria. —quiero decir, cuando el señor Austria estuvo casado con España ambos compartían habitación.

— ¡Será una fiesta de pijamas, ve~!—soltó Italia, entusiasmado. —Primero haremos palomitas en el microondas, y quizás mi hermano pueda preparar pasta, ¡veremos una película y...!

—Al decir que dormirán ellos dos, significa solos, Italia. —dijo Austria, partiendo con un cuchillo una salchicha. —Tú no podrás entrar más con Alemania.

Yo vivía muy bien y con lujos, todo poseía.

— ¿Qué? ¿Por qué? —Italia miró a Alemania y a Romano, súper angustiado. — ¡Podemos caber los tres en la cama de Alemania, vee~!

—No, de hecho, ni siquiera tendría porque caber otra persona. —corrigió Alemania.

—Es injusto que Doitsu y mi hermano se lleven toda la diversión. ¡Quizás si invitamos a Japón podríamos dormir los cuatro en el suelo! Ah..., lo siento, señor Austria, ¡los cinco!

—No, no. No me incluyas en ello.

—Lo mejor será que te quedes en tu habitación, Veneciano. Necesitamos aclarar algunos puntos Alemania y yo, contigo revoloteando a nuestro alrededor será mucho más difícil. —Romano hizo un gesto despectivo con la mano, disipando la idea de su hermano. —Por cierto, ¿por qué mierda has llamado a España? ¡Tuve que explicarle todo y evitar que enviara a su armada a la casa del bastardo patatas!

—Italia pensó que era una broma. —dijo Austria. —Y la verdad, yo también.

—El hermano España no sabía nada, hermano. ¿Por qué fuiste tan cruel? Él te ama. —reprochó Veneciano, causando un pellizco en su cuerpo por parte de Romano. — ¡Ay, duele, hermano, duele!

— ¡Yo pensaba explicárselo después!

—Eso significa que sí quieres al hermano España, ¿no?

Romano entonces detuvo la agresión al cuerpo de su gemelo, sonriendo en su interior, quizás Veneciano no lo estuviera haciendo apropósito pero incluso él tenía el instinto de querer proteger lo suyo.

No tenía que desear, pues todo fue de mi elección.

—E-Es como un hermano mayor para mí solamente. —contestó haciendo una arcada mental. Los hermanos no se besaban, tocaban o tenían sexo; o al menos los de este siglo ya no. Austria alzó una ceja, confundido, ¿acaso se perdió de algo en este medio siglo? Hasta donde sabía España presumía a cualquier lugar donde estuviera que Romano, el nieto del Imperio Romano, amaba cada parte de su cuerpo y alma.