Avanzar

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Cariño mío ¿es un pecado tal vez dejarte atrás?


Las cosas en la mansión se habían vuelto distintas, sobretodo con Damian admitiendo su gusto por él, luego de esa noche de llanto, de finalmente abrirse con alguien sobre lo que aún sentía y sobre lo que añoraba, había una extraña sensación de ligereza en sí, se sentía como si tuviera un peso menos encima y a pesar de haber amanecido con dolor de cabeza y los ojos irritados por el llanto estaba mucho más relajado que en muchas otras mañanas, había tenido un descanso reparador.
Al levantarse de la cama la chaqueta de su amante cayó al piso y al verla ahí no sintió la punzada de dolor de siempre, le llenó la nostalgia y los buenos recuerdos "¿Qué dices debería comprarla?" "Jay es enorme, deberías comprar algo más de tu talla" "Vamos, servirá para ponerla en tus hombros cuando te lleve a una cita, será más como un cobertor de cuerpo completo" "Eres un tonto" se acarició los labios un instante al recordar el beso que había seguido a eso y finalmente recogió la chaqueta y la devolvió a su lugar en la cama, a su lado.


Los entrenamientos se ponían más intensos y ¿sugerentes? desde que Damian se declaró, el chico era bueno y Tim estaba seguro de ello, de que era en el fondo una buena persona porque después de todo le siguió y no se burló como hubiera esperado en la noche al escucharle admitir su luto y su amor.
  — ¿Pensando en muertos Drake?
Esa mención le hizo dejar sus cavilaciones y poner un gesto irritado antes de lanzarse con fuerza al ataque, al parecer el pequeño demonio había descubierto un nuevo interruptor en Drake y era uno que vaya que le divertía.
 — Eres más agradable enojado que triste, idiota.

  — Vaya yo que creí que eras un sádico que había "gustado de mí" por verme triste

  En esa ocasión fue Tim quien derribó a Dami y estando sobre él le dedicó un gesto burlón y presumido a lo que el menor sonrío y forcejeó intentando revertir los papeles, Alfred llamando para tomar el desayuno fue aquello que les hizo dejar ese forcejeo y para uno de ellos aceptar a regañadientes la derrota, dicha comida fue en paz, a pesar de la clásica tensión que había en esa casa, aunque está vez fue B quien observó los cambios en el semblante de Tim, parecía un poco más ¿vivo? a pesar de lo enrojecido de sus ojos y lo pálido que se encontraba, peleaba genuinamente con Damian, reía cuando conseguía hacerle molestar y Alfred puso su mano en el hombro de Bruce como si confirmara que él veía lo mismo y que lo prudente sería no interferir, no está vez. 

Los días corrieron y esa extraña amistad que había entre ambos parecía crecer, de alguna forma entre golpes y provocaciones, peleas verbales y entrenamientos donde descargaban la molestia que se causaron al cruzar la línea en alguna de sus discusiones, y esa dinámica parecía funcionar, lo hizo hasta que en un descanso Damian asaltó los labios de Tim aprovechando su guardia baja, Tim no respondió pero no le rechazó, se mantuvo quieto se preguntó porqué las memorias no le asaltaban y al terminar se quedó en silencio mirando de reojo a su acompañante.
 — Sabes que aún lo amo

  — También sé que está muerto  




Reverse (JayTim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora