El Rostro Del Pasado

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—Chao, mi amor. Cuidate por favor, Danna cualquier cosa me llamas o le avisas a Eugenio cualquier cosa, Danna por favor te cuidas mi amor.

—Mama tranquila, llegare a eso de las 6 o 7 de la tarde, si?

—Tomas muchas fotos.

—Si mami.

La abraze, la extrañare. Solo son horas, pero siempre estoy acostumbrada a que este cerca de mi, es mi bebé. Siempre sera mi bebe, tengo que ir al hospital tengo una duda.

Ayer cuando la chica se desmayo me ofrecí a llevarla a un hospital, la lleve a uno que muevo a mí antojo, tengo contactos y el doctor Labastida es mi doctor de confianza.

—Cuidate mucho mi amor.

—Si mama, cuando lleguemos te aviso, cuando vaya a empezar el desfile te aviso cuando termine te aviso y cuando vengamos te aviso. —río— Wow muchos mensajes eh.

Danna se fue con Eugenio para Veracruz. La extrañare aunque sean unas horas, me da miedo. Veracruz de un ciudad muy peligrosa y tal vez mis padres aun viven allá Benilde ya la conoce.

Estaba a punto de salir de la casa cuando el timbre de esta se hizo presente, de una la abrí.

¡Maldición! ¿Que hacía ella aquí? Y ¿como cárajo consiguió mi dirección?

—Que haces tu aquí?

—Vengo a hablar con mi hija.

Reí con ironía.

—Aquí no vive ninguna hija de usted señora, se equivocó de casa. —iba a cerrar la puerta pero puso su pies.—

—Altagracia por favor, cuando vas a entender que yo quiero hacer las cosas bien esta vez, quiero empezar de nuevo entiendeme.

—Mira entiende de una vez que nunca te perdonare,no entiendes? O te lo explico con maquinita, lo que tu hiciste no tiene perdón de Dios por favor, dejaste a tus dos hijas solas en la calle, de tan solo 16 y 14 años de edad. Sin un techo y sin saber que fue lo que paso realmente.

—Entiende, si tu papá no fuera escuchado lo que dijiste todo fuera diferente, yo no te fuera votado de la casa, jamas haría eso. Sabes que tu papá tiene un carácter muy fuerte y... le temía. Tenia miedo de que me golpeara a mi.

—Osea que te amas mas a ti que a tus propias hijas?

—No...

—¿Mama? —se escuchó —

Lo que faltaba, que llegara Carolina.

—Hija. —se lanzo a abrazarla pero Caro la alejo.—

—¿¡Que pretendes!? ¿¡que te perdone como si nada paso!? ¡¿que haga como si nada paso?! ¡¿que te abraze como si nada paso?! Estas muy equivocada "madre." — recalcó la última palabra.

—Hija., seras igual que Altagracia. Mirala esta cambiada, ya ni soporta verme. Quieres convertirte en lo que es tu hermana?

—¡¡Ja!! Mira quien habla, la señora pacífica ¿no? Por tu culpa es que soy como soy, ¡maldición! Vienes como si fueras la paz en persona, el amor. Todos los valores, no seas tan hipócrita. —mis lágrimas ya amenazaban con salir, tenia que retenerlas. No podía verme débil delante de ella.

—Tu eres así porque quieres, te estoy pidiendo una oportunidad.

—Mira, yo te dije que no te daré nada. Tu no te mereces una oportunidad.

Sus lágrimas salieron de sus ojos. En este momento no me importaba nada.

Caro también estaba llorando, camine hacia ella y la abraze.