CAPITULO 22

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*Algunos meses después*


Había leído por ahí que podría olvidarla si encontraba a otra persona, pero eso jamás sucedería, nadie en el mundo podía llenar el inmenso vacío que sentía, trataba de seguir con la rutina, con los estudios, con todo y aun asa la tristeza y ese abismo helado llegaba a mí, el dolor me asfixiaba tanto que deseaba con todas mis fuerzas morir y dejar de sentir, intente enfriar mi corazón justo como siempre, pero ese maldito dolor no se iba, lloraba, detesto llorar, yo no soy débil, no sé por qué no puedo dejar de hacerlo; lloro como si tuviera 5 años, nadie es indispensable para alguien, ni siquiera ella. Maldita sea ¿Por qué no puedo dejar de sentirme de esta manera? Tan mal, tan patética, tan miserable, tan perdida.

Una vez le pregunte a un buen amigo si la vida tenía sentido, él me dijo que no y esa era la verdad, no lo tiene. Cada quien le busca uno para seguir adelante, mi vida jamás ha tenido sentido, no sé porque se lo di cuando la conocí, deje que ese sentimiento de amarla me hiciera vivir y ahora el mismo sentimiento me mataba a pasos gigantes.

¿Por qué a nadie le importo? Si veía en retrospectiva me daba cuenta de que jamás le he importado a mis padres, no tengo muchos amigos, mi propia vida es basura, si muriera en este momento nadie me extrañaría, mi padre estaría enojado por tener que viajar y hacerse cargo del funeral, sería mejor evitarle tantos problemas y morir en algún lugar donde nadie pueda identificarme.

Es triste cuando ni siquiera tus padres saben tu comida favorita, como puedes vivir con alguien durante años y ser unos completos desconocidos. Cuando aprendes a vivir sin amor esa se vuelve tu única realidad, veo el amor fraternal que se muestra la gente a mi alrededor, pero no me siento mal por eso ¿Sabes porque? Porque no puedes sentirte mal por algo que nunca has sentido.

¿Y qué pasa? Te vuelves un monstro.

Llega un punto en que la agenda apretada de tus padres deja de dolerte, piensas que no es su culpa, trabajan porque es necesario para sobrevivir, entonces esperas con ilusión que el poco tiempo libre que tienen te lo dediquen, salgan contigo a algún lado o que mínimamente hablen contigo, sepan lo que te gusta o no, lo que quieres hacer de tu vida, cuáles son tus metas, cuáles son tus estúpidos programas favoritos, pero eso no pasa, están cansados, siempre lo están, prefieren dormir o cualquier otra cosa, tú no eres importante para ellos.

¿Qué haces? Te acostumbras porque no te queda de otra, después te cuesta trabajo relacionarte o parecer normal, cualquier muestra de afecto aunque sea insignificante por parte de alguien más te descoloca, aborreces el contacto físico como un abrazo por ejemplo.

Te vuelves fría y extraña para los demás, si junto todo eso con mi absoluta falta de feminidad es donde encuentro el problema, es claro: soy basura, soy tan anormal, no merezco que nada bueno me pase, quizá hice alfo muy malo en mi vida pasada para merecerme esto.

Tocan la puerta, me levanto del suelo y abro sin ganas de ver a nadie y mucho menos a Ariana pero allí está frente a mí.

-"¿Porque tan triste amor, es por tu novia verdad? ¿Qué te hizo ahora?"-me abraza.

-"Ella ya no es mi novia"-me parto, no me gusta que nadie me abrace.

-"Yo puedo serlo, te aseguro que te haré sentir muy bien"-no estaba de ánimos para sus locuras-"déjame pasar y te ayudo a tender tu cama o mejor a destenderla ¿Si mi amor?"-doy un paso atrás y calculo la distancia para no golpear su nariz con la puerta.

-"Prefiero tener sexo con una maldita silla que contigo"-cierro la puerta de golpe y la escucho patearla del otro lado.

-"Yo soy más suave que las sillas"-bufé.

-"Ya vete"-

-"Las sillas son incomodas"-

-"Lárgate"-

Me recosté en la cama buscando dormir y evitar pensar en Camila de nuevo. No sé por qué tuve que abrirle mi corazón y dejarla entrar.

CAMILA POV

La extraño mucho, pero dejo de contestarme las llamadas, nuestros horarios en la universidad no coinciden del todo y estoy segura de que incluso las rutas en común las cambio a propósito.

Me levante a abrir la puerta justo antes que tocaran haciendo que la chica en la entrada se sobresaltara y casi le diera un infarto.

-"¿Qué? ¿Cómo sabias que había alguien en la puerta o ya ibas de salida?"-negué con la cabeza.

-"Estaba viendo por la ventana y te vi pasar"-

-"¿Aun esperas que se aparezca y las cosas se solucionen?"-

-"Si Ashley, aún espero eso"-le hice una seña para que entrara.

-"¿Es que no te has dado cuenta?"-pregunto con molestia recriminándome.

-"¿De qué?"-la miraba con el ceño fruncido.

-"Su relación es entre dos chicas!!"-la mire mal.

-"¿Y qué tiene de malo eso? ¿Tú también estas en contra de eso? ¿Eres como todos?"-estaba a punto de pedirle a mi amiga que se fuera, ya tenía suficiente con lo que me pasaba.

-"No, nunca dije eso; me refiero a que estas esperando a que Lauren sea el hombre de la relación, pero no te das cuenta que ambas son chicas. Porque estas esperando a que ella sea quien venga y te pida perdón ¿esperas que haga lo mismo de la última vez que pelearon verdad?"-me miraba fijamente.

Me quede pensando en eso-"Eh... yo la he llamado y no me contesta"-

-"¿Y ella se conformó con eso la última vez?"-

-"No, pero es que me sentiría rara si le comprara cosas o intentara conquistarla"-

-"¿Entonces porque no vas y te consigues un novio y ya? Tu misma estas en contra de las etiquetas... si la quieres deberías luchar por ella, quizás solo este confundida, dile lo que en verdad piensas de todo, dile que no te importa lo que los demás piensen, que la relación es solamente entre ustedes dos"-

-"Yo... tratare"-estaba avergonzada de que en realidad era verdad que estaba esperando que Lauren viniera a pedirme perdón y arreglar las cosas.

''Mich'' - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora