Take me to church 🖤

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"No masters or kings when the ritual begins
There is no sweeter innocence than our gentle sin
In the madness and soil of that sad earthly scene
Only then I am human
Only then I am clean"

"Putos fachas"
"Relaja, Agoney, que no nos han pillado"
"¿Y lo dices tan tranquilo, como si fuese normal que tengamos que temer besarnos en los callejones?"
"Bueno, sabes que yo prefiero la intimidad de la casa"
"No, amigo, tú prefieres que no te rompan la cara, que te comprendo, ojo, pero esto está rozando el ridículo"

Agoney siempre se había preguntado si era normal querer darle la mano a un hombre como el novio de su hermana se la daba a ella. Tras muchos años, descubrió que sí, que a él lo que le reconfortaba eran los besos de un hombre, que las mujeres no le atraían lo más mínimo y que le encantaba jugar al escondite con sus amantes, su preferido siempre fue Raoul, un chico que conoció al llegar a Barcelona, trabajaba en una cafetería y el café llevó a un número de teléfono, este a una cita secreta y la cita a muchas, muchas noches de pasión, ya casi no miraba a otros hombres, solo tenía ojos para él, solo, aunque no lo admitiese en voz alta, lo quería a él.
Pero corrían tiempos difíciles para la gente como ellos, que no eran más que gente normal, quizá con un gusto diferente al del vecino, como a él le gustaba la carbonara y a Roi la boloñesa, a él le gustaban los hombres y a Roi las mujeres, nunca tuvo ningún problema con Roi, era buen chico, con sus fallos, como todos, pero no tenía la culpa de haber nacido hombre, blanco y heterosexual, como para echarle en cara sus chistes sobre maricas.
Pero Roi solo era su vecino, a él quien le gustaba era Raoul, con su bicicleta, su tupé rubio perfectamente colocado y su sonrisa maravillosamente alienada, y eso parecía ser un problema para el grupo de neonazis que se habían hecho con toda España con el disfraz de la solidaridad completamente amparados por el gobierno. "Panda de cabrones" según él mismo, que se dedicaban a acosar a la gente del colectivo, a los inmigrantes y a cualquiera que no respetase el domingo de misa "Panda de ignorantes, también, si hubiesen leído a Hitler una sola vez en su vida no tendría que ir a esa tortura cada semana por miedo a una de sus palizas correctoras".
El miedo a ser pillado siempre le había puesto cachondo, claro que en el baño de una discoteca, o en un parque por la noche, no por el hecho de besar a su muy, pero que muy buen amigo y acabar destrozado en una cuneta, como había escuchado que le había pasado a un par de chicas, que, con mucha suerte, sobrevivieron para contarlo y ser completamente ignoradas.
Y lo peor es que él era el valiente.
Porque su muy buen amigo Raoul vivía acojonado, se dejaba ver con muchachas que pensaban poder tener alguna oportunidad con aquel Adonis sin saber que, según las dejaba en la puerta de su casa,corría a la de Agoney para tener uno de sus encuentros, que acababan con ellos desnudos, enredados y diciendo tacos entre jadeos.
Raoul no era un cobarde. Era un niño. De veinte años. Que cuando empezaba a descubrir lo bonito de vivir su sexualidad con total libertad tuvo que meterse de nuevo en el oscuro armario con olor a moho para no ser castigado. Ni siquiera él podía comprender cómo el país podía haber dado tantos pasos atrás.
"Empiezas encerrando a un rapero por insultar al rey y acabas encerrando a los maricones por serlo" había dicho Ricky bebiendo agua al momento y haciendole mirar a la hermosa criatura de acento canario que aparecía por la puerta de la cafetería. Y así fue como lo comprendió todo, y cómo se enamoró por completo del chico nuevo en la ciudad. Ciudad que recorrerían juntos, pero no revueltos, para no levantar sospechas.

Era tan triste. Su vida sería más fácil si sintiese algo por alguna mujer.
"No, muchacho, tu vida sería más fácil si en este puto país no mandase tanto hijo de puta" le gritó enfadado Agoney una vez, después de decirle que se quedaba en Barcelona, aunque en su tierra natal no corría peligro, solo por él, porque le gustaba que lo hiciesen.
"Ay, Agoney, algún día reconocerás que estás completamente enamorado de mí, pero mientras no me importa leer entre líneas" había dicho el rubio antes de darle un beso y agradecerle con amor el gesto que estaba haciendo, por él, porque lo quería solo a él.

CINCO CANCIONES PARA TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora