Tal vez sí

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Empiezas a saltar de alegría, todo por un trozo de papel, pero lo que hay escrito en él hace que sea el trozo más valioso que tienes en tu vida ahora mismo. Bueno, no exageremos, no es el Santo Grial, sólo es un número... El número de un idol, de un tio buenorro... "Agh, basta" No quiere decir nada, sólo podrás hablar con él y continuar con vuestra amistad... "¿SÓLO?" Es de las mejores cosas que te han pasado hace años, "admítelo" Comienzas a gritar y a reír como una loca.

- ¿Pero qué pasa? ¿Por qué gritas? -Sandra se había despertado por mi culpa.

- TENGO SU MÓVIL.

- ¿Se dejó el móvil aquí anoche? ¿Quién? -Empezó a reincorporarse mientras se frotaba los ojos.

- Jimin.

- No estarás intentando cotillearle.

- No joder, me ha dejado una nota con su número, quiere hablar conmigo.

- ¿Y tanto jaleo para eso? Te mato.

- Lo siento jeje puede que me emocionara un poco.

- ¿Un poco?

- Basta, tú harías lo mismo, reconócelo. -Hizo un gruñido de afirmación y volvió a meterse en la cama, tapándose hasta la cabeza.

- Anoche... Suga no me dijo nada más, estuvo distante el resto de noche. ¿Crees que se arrepentiría de haberme besado? -Su tono había cambiado, parecía preocupada.

- No creo que fuera eso, quizás estuviera cansado o no supiera cómo actuar después... Piensa que si decidió besarte es porque quiso, de lo contrario habría hecho otra cosa.

- Hmm, puede ser.

- Ya lo iremos viendo, verás como no es nada.

Eran las nueve de la mañana, aún era pronto pero te habías despertado por completo después de la sorpresa y no tienes más sueño como para volver a la cama. Decides desayunar algo pero recuerdas que estás en un hotel, así que te vistes con la misma ropa de anoche, te lavas la cara, te haces una coleta y sales de la habitación hacia el ascensor que lleva a la cafetería. Una vez allí compruebas que tienen buffet libre hasta las once, así que coges una bandeja y empiezas a servirte con todo lo que tus ojos te van pidiendo. La cafetería se encuentra bastante vacía, te alegras de ello puesto que no tienes la cabeza para aguantar mucho ruido de fondo. Te sientas en una mesa apartada y sacas tu móvil para ojearlo, recuerdas que metiste la nota que te dejó Jimin en la mesa, por dentro de la funda y al verla, sonríes como una tonta de nuevo. Le agregas a contactos y abres una nueva conversación. Te pones a mirar su foto de perfil detenidamente, no tiene una imagen suya, sino de un paisaje de playa que no reconoces, "ojalá yo, en esa playa, haciendo el tonto con él..." Suspiras. No sabes cómo empezar la conversación sin asustarle, probablemente esté ocupado así que decides ser formal.

Buenos días, soy Leti. Me dejaste una nota con tu número y creo que querías hablar conmigo de algo.
9:43

Esperas un poco para ver si se conecta y lee el mensaje pero nada, debe seguir ocupado. Así que te pones a leer mientras. Resulta que llevas unos días retrasando alguna que otra lectura de tus fanfic preferidos y sobre todo, el tuyo. No sabías cómo continuar pero después de estas horas tan intesas, te sientes inspirada y decides hacer tiempo escribiendo un poco. Para ti, escribir había sido una manera de plasmar tus sentimientos, tus deseos y sueños y, sobre todo, una distracción, una vía de escape. De repente aparece una notificación de whatsapp seguida del nombre de 'Jimin ~' y notas cómo el corazón te da un vuelco. Abres el mensaje nerviosa.

Buenos días, siento tardar en contestarte, estábamos en medio de una entrevista. Ya estoy disponible, ¿te apetece que nos veamos?
10:15

Un sueño hecho realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora