❝ OO2 ❞

5.4K 926 859
                                    

《 Ella se pregunta dónde irá, él está seguro de su amor.
Ella le esperará hasta el amanecer, él tendrá un pretexto que contar.
Ella lo entenderá, ella lo entenderá,
porque sólo vive para él. 
Él nunca le dirá, él nunca le dirá.
Que buscó el amor de otra mujer. 》

【 ☾ 】

  — ¿Debes irte? Todavía es temprano...

  Hoseok puchereó, entristecido. Seokjin acarició su mejilla, para luego acariciar la piel desnuda de su esposo por debajo de la tela del pijama y suspirar— Lamento tener que salir un sábado bebé, pero acabo de recibir un correo urgente de la empresa y no puedo ignorarlo.

  Seokjin observó la piel lechosa de su esposo, la cual conocía a la perfección, y vió como Hoseok lo observaba con ojitos de perrito. Al instante, y sabiendo que el castaño no podía resistírsele, besó sus labios lentamente, arrancándole un suspiro satisfecho al menor, el cual pareció relajarse al instante, acurrucádose rápidamente contra su pecho mientras rodeaba su cuello con sus brazos y se apegaba más a él. El beso se extendió un poco más de lo normal, pero fue cortado abruptamente cuando la puerta de la habitación de la pareja fue abierta por un pequeño pelinegro que rápidamente –e ignorando por completo la escena que hace un segundo había interrumpido– corrió alegremente hacia la cama de sus padres y se lanzó sobre ellos, cayendo a los pies de la cama entre gritos.

  — ¡Papá Seokjin! ¡Te extrañé muuuuuuuucho!— exclamó el pequeño, para luego gatear hacia el azabache y lanzarse entre sus brazos, sacándole una risotada.

  — ¡Ugh, ChimChim! ¡Me aplastas!— se quejó mientras rodeaba el pequeño y cálido cuerpo del niño con sus largos brazos, apretujándolo contra su pecho, el aroma del menor inundando sus fosas nasales, sacándole una sonrisa aún más amplia.

  Hoseok sonrió enternecido por la bella escena familiar que se desarrollaba ante sus ojos, conmovido por lo mucho que parecían amarse los dos hombres más importantes de su vida. De pronto, Jimin pareció caer en cuenta de que no había saludado al castaño, por lo cual rápidamente se alejó del azabache para lanzarse a los brazos de Hoseok, llenando su cara de amorosos, y levemente babosos, besos.

  — Jiminnie, ¡Me estás dejando lleno de saliva!— reclamó el menor, para luego reírse y besar la frente de su bebé mientras apartaba unos cuantos mechones de su cabello— ¿Cómo es que despertaste tan temprano y tan contento, bebé?

  El niño se alejó un poco de su papá, para dirigir su mirada tímidamente hacia el pelinegro, que miraba la escena con una extraña expresión, la cual desapareció inmediatamente— Yo quería ver a papá Jin...

  Seokjin sintió como la miraba de su esposo caía sobre él, pareciendo decirle: "Te lo dije". Al instante mostró una suave sonrisa, tomó a su hijo por la cintura y lo atrajo hacia su pecho, besando repetidamente su desordenada cabellera— Oh, campeón. Perdóname por llegar tan tarde, papá tenía cosas que hacer en el trabajo.

  Al instante Jimin frunció el ceño mientras arrugaba su naricita— Odio el trabajo de papá. Quiero que no tengas que trabajar nunca más.

  Jin soltó una risita, y besó nuevamente al pequeño entre sus brazos— Las cosas no funcionan así, Jimin. Pero te prometo que trataré de llegar más temprano, ¿Sí?

  — ¿Promesa?— dijo el niño mientras hacía un adorable puchero y observaba los atractivos rasgos de su padre con los ojitos llenos de lágrimas.

  — Claro que sí. No llores, bebé.— dijo al instante el mayor, rodeando el cuerpo de su hijo mientras este ocultaba su rostro en su amplio pecho, pequeñas lágrimas de cocodrilo corriendo por sus regordetas mejillas.

  Hoseok al instante se acercó al par, su costado rozando con el pecho del mayor, y también acarició con dulzura sus oscuros cabellos, para luego mirar con un dejo de pena a su esposo, el cual suspiró y bajó su mirada al pequeño cuerpo que ahora los abrazaba a los dos.

  — Y-yo pensé q-que papá S-Seokj-jin no quería estar conmigo. Pensé que ya n-no querías estar con n-nosotros.— la voz Jimin salió ahogada por entre la ropa del mayor, el cual sintió su corazón encogerse al escuchar las palabras de su adorado bebé, y también, algo desagradable formándose en su interior, algo que lo inquietó de sobremanera y que rápidamente apartó de su mente.

  — Pero bebé... Yo jamás podría dejarlos. Jamás te dejaría, Jimin. Jamás de los jamases. — susurró contra su cabello, para luego besar su coronilla.

  — E-Es que pensé que querías hacer otra familia, como lo hicieron ellos...

  Hoseok sintió como el aire se le escapaba por entre los labios al escuchar a su pequeño rayito de sol decir algo así. "Ellos" eran los padres biológicos del pequeño, el cual a pesar de no conservar muchos recuerdos de su primera infancia, recordaba a la perfección el sentimiento de miedo y abandono que se le había producido al por fin entender que sus verdaderos padres no querían hacerse cargo de él.

  — Bebé, no vuelvas a pensar algo así nunca más, ¿Está bien?— la voz del castaño sonó con dulzura, al instante el pequeño separó levemente su cara del pecho de Seokjin, para ahora ver el rostro de su otro papá— Papá Jin a veces llega tarde porque está trabajando, no porque no quiera estar con nosotros. Él nos ama mucho a ambos, mi linda bolita de arroz. — murmuró Hoseok para luego tomar a Jimin entre sus brazos y estrujarlo contra su pecho— Por eso, y porque papá trabaja mucho por nosotros, es que debemos esperarlo siempre con una gran sonrisa y ser muy felices junto a él, ¿Ya?

  El pequeño solo asintió, y se agarró del pijama del castaño para quedarse ahí unos segundos, sintiéndose más calmado al sentir la calidez de Hoseok rodeándolo de una forma que lo hacía sentir seguro y protegido.

  Seokjin escuchó a su esposo hablar en silencio, sintiendo su boca amarga como la hiel. Hoseok le sonrió con dulzura, sin decir nada con su voz, pero hablándole con la mirada. Cada parte del castaño parecía gritarle "te amo". Dios, Seokjin sabía que Hoseok lo amaba tanto o más que en sus primeros años de relación, por eso...

  Por eso, jamás le diría. No podía decirle que sus salidas tan temprano, que todas sus excusas al llegar tarde luego del trabajo, diciendo que lo necesitaban en la oficina, eran mentiras. Dulces mentiras que debía decirle para mantener ese ambiente de paz y amor al cual regresaba cada tarde, donde un sonriente y amoroso Hoseok lo esperaba con una gran sonrisa, lo besaba con amor y le preguntaba que tal había ido su día. Un hogar donde su pequeño hijo era su más grande orgullo y su mayor alegría, su motivación para seguir adelante y querer escalar más alto.

  Mentiras que solamente servían para ocultar una horrible verdad. Una horrible verdad donde él había hecho una de las cosas más sucias y execrables, donde le falló a eso que juró en el altar mientras sujetaba la cálida mano del amor de su vida y decía con total vehemencia sus votos matrimoniales mientras mantenían no sólo sus manos y miradas entrelazadas, sino también sus almas y corazones.

  Porque él había jurado serle fiel por el resto de su vida, y por lo mismo jamás podría decirle que había buscado el amor de alguien más.

 
[]
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Me duele escribir esto (?) No sé, que maaaaal :(

—❀

he ;; 2seok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora