Deberías callarte

Tenemos una ganadora

¿Es que nunca puedo estar sobria en una fiesta? Yo digo, no es necesario tomar, de igual modo estaré en el mismo lugar, con las mismas personas haciendo lo mismo que haría ebria o no. Pero aquí estoy, sentada al borde de la vereda con las piernas hacia mi apoyadas en mi pecho y la cabeza entre las rodillas intentando calmar las nausea que siento, definitivamente toma mucho, pues general, si vomito es al día siguiente, no en la fiesta.

-No vuelvo a tomar...- murmure con la mirada perdida en mis pies y haciendo una mueca de nauseas para luego vomitar

-Siempre dices es...- mi mejor amigo se vio interrumpido cuando vomite en sus pies- asquerosa

-Marica.

CINCO HORAS ANTES...

Me levanto con todo el pesar y camino de vuelta al sector B. Me explico, estoy en The Light, este lugar consiste en cuatro sectores, A, B, C y D, En el sector se encuentra un área donde esta una pista grande y muy bien improvisada para bailar, además que ahí también se encuentran las inscripciones para las dos actividades que se realizan aquí, como es un lugar muy alejado de la ciudad, es muy grande con una pista de buen tamaño para las carreras que son de dos tipos, autos y motos, nada fuera de lo común. Otras de las actividades son las peleas, estas se hacen en un cuadrilátero, también es de arena lo que tiene cosas a su favor y en contra. En el sector B es donde se realizan las actividades de las carreras, en el sector C son las peleas y, por último, el sector D, bueno, ahí es donde se hacen "Negocios" por decirlo así, también se hacen apuestas, de dinero, de bienes y otras cosas, la verdad no se mucho sobre ese sector, a pesar de que crecí en este lugar prácticamente, nunca me dio buena espina, por lo que averigüe lo necesario y simplemente si voy a ahí es para buscar a Lara o Drake.

Al llegar me acerque a esa persona que reconocería hasta a miles de kilómetros de distancia. Cuando llegue hasta él, toque su hombro ya que estaba de espaldas a mí, al darse vuelta mi miro e hizo su sonrosa característica de lado.

-Gracias por abandonarme- dice mi amigo de manera cínica

- ¿Yo? ¿Abandonarte? Oh, lo siento señorito dejo a mi amiga vomitando en la calle-lo miro con una ceja alzada y poniéndome en posición de jarra. Sonrió levemente y niego riendo- ¿Ya está todo listo? -pregunto mirando hacia los autos

-Claro que si idiota, como si no me conocieras.

-Genial, andando.

Camino derecho hasta donde estaba el auto de mi mejor amigo, tenemos un acuerdo, el me deja conducir y yo le doy la mitad de lo que gano cuando lo hago, digamos que esta es mi manera de ganar dinero, no es suficiente para todas las cosas que debo de pagar, pero sirve, en momentos como estos, todo sirve, si dejo ciertas cosas de lado que no considero importante, puede alcanzarme ¿no?

Me adentro al auto siento el típico aroma que esta tenia, paso mis manos suavemente por el volante con una leve sonrisa mientras cerraba mis ojos lentamente y los abría a la vez que apretaba un poco el volante, pase una de mis manos a la caja para dejarla lista para arrancar, acelere sin hacer que el auto avance con tal de escuchar el motor. Lo crean o no ese simple ruido me relajaba. La chica que da inicio a la carrera se puso en frente de los autos a una distancia considerable con una bandana en cada mano, sus brazos estaban en dirección al cielo, miro hacia los autos con una sonrisa coqueta. Un disparo se hizo escuchar y ella dio la partida bajando sus brazos con gran rapidez al igual que su cuerpo quedando de cuclillas provocando que pise el pedal que acelera.

Tenía dos autos junto a mí, uno a la derecha y el otro a la izquierda, los tres íbamos bastante parejos, gire un poco mi cabeza para ver a alguno de mis rivales, el de la derecha para ser más exacta, logre divisar a un chico que miraba concentrado el camino por lo que yo mire el camino también, pero la curiosidad pudo más conmigo y mire hacia la izquierda para ver al otro competidor o competidora, desgraciadamente tenia los vidrios oscuros. Era algo raro pues muy pocas personas les ponían el empapelado negro a sus ventanas. Decidí dejar de preocuparme por eso y más en no estrellarme por lo que centré mi vista al frente.