-Cuando salí del baño y vi que él no estaba el mundo se cayó a mis pies... No estaba... se había ido, las lágrimas empezaron a quemarme los ojos.
Cogí el teléfono y marqué el número de Freddy.
-Freddy al aparato -contestó él.
-Hola Fre, siento mucho no haber ido...
-No te preocupes cielo, ya noté que tenías visita, que por cierto parecía un energúmeno cuando me contestó -no pude evitar que un sollozo se escapara de mi garganta, ojala el energúmeno estuviera aquí.
-Mi vida, ¿Qué te pasa? -preguntó Fre.
-Se ha ido -susurré- se fue...
-_____ -me dijo con un tono que me sorprendió, estaba tan serio- ¿lo amas? -que pregunta más tonta.
-Con todo el alma -le contesté.
-¿Y que mierda haces sentada hablando conmigo y llorando? ¿Por qué no vas a buscarlo? Perdona nena, pero eres **** si te quedas sentada llorando.
-Fre...
-Fre nada, mira cielo, lo vas a perder y te vas a arrepentir para siempre...
-Llevas razón -contesté armándome de "valor"- tengo que decirle lo que siento... Gracias Fre.
-De nada cielo ¡y corre!
Colgué el teléfono y marqué el de Harry, no contestaba... lo llamé un par de veces más: sin éxito. No se me iba a perder, lo iría a buscar...
Me vestí rápidamente con lo primero que encontré quedaba una hora para que saliera el avión, no se me iba a escapar, no de nuevo...
Cogí las llaves del coche, y abrí la puerta de casa para salir cuando lo hice, me lo encontré con la mano levantada dispuesto a llamar.
-¡Harry! -hubiera saltado, si no fuera por que haría el ridículo.
-_____... tenemos que hablar -me asusté, no esperó a que le dijera nada y entró en la casa- _____, no me voy a ir a ningún sitio.
-¿Qué, por que? -no quería decir eso, no era eso lo que sentía.
-¿Qué por que? ¡Por que te amo! ¡Y tu no te das cuenta! ¡Llevo años enamorado de ti! Claro, que me había engañado, diciéndome que nada más eras una cara bonita, una buena amiga, una diosa del sexo... pero no eres solo eso, eres mi vida, no se que haría sin ti.
Las piernas me flaquearon.
-Harry yo...
-_____ ¿Qué sientes por mi? Dime que no me quieres y me iré, te dejaré en paz, pero no podía irme sin decírtelo, ya me he callado bastante. ¿y bien?
Me quedé en silencio. No por algún motivo especial, si no por que no conseguía despegar los labios, ni mi garganta quería reaccionar.