Este también es de _lila_zafiro.
Tiene la misma norma que el mío, que se titulaba igual.
La primera vez que lo vi, fue durante una tranquila noche de verano.
Era muy bonito, aunque bastante extraño. Tenía unos ojos azules brillantes, que le daban un aspecto muy siniestro, eran muy grandes, en comparación a la diminuta cara del personaje.
El pelo era largo, muy largo; era de color amarillo, y parecían pequeños mechones de oro entrelazados.
Cuando hablaba, lo hacía de tal forma que parecía un susurro, como si no quisiera llamar la atención. Como si quisiera que solo yo pudiera oírlo.
-Ven, acompáñame – me dijo.
-Lo siento, no sé quién eres, y como no sé dónde me vas a llevar, no me puedo ir contigo. Mis padres no me dejarían – le contesté, pero tenía mucha curiosidad por saber dónde me llevaría aquel extraño personaje.
-Tus padres jamás van a saber dónde has ido, de eso ya me encargaré yo, y antes de que me preguntes, en pocas horas volverás donde ahora mismo estás.
Ese comentario me dio el último impulso de irme con él; sin embargo, aunque mi cerebro no quería ir, y sabía que nadie me lo permitiría, mi boca habló por ella misma.
-De acuerdo - oí decirle a mi boca por voluntad propia-. Iré contigo, pero con la condición de que me digas dónde me vas a llevar.
-Eso lo vas a descubrir tú sola. Y te aseguro que te va a gustar más de lo que te esperas.
De pronto, apareció un objeto volando por el techo, no lo rompió, ni le hizo ningún rasguño, lo cual me sorprendió bastante, era como si pudiera atravesar el techo, lo cual que me extrañó, porque cuando me subí en aquél objeto, parecía muy sólido.
No era muy grande, pero tampoco muy pequeño. Era como si estuviera hecho a medida para mí. Tenía cuatro patas de madera muy bonita y refinada.
-Si te subes encima de él, empezará nuestro viaje – lo dijo aunque yo ya estaba bien sentada en él. En cuanto mi compañero subió tuve una muy extraña sensación.
De repente fue como si me abdujeran, como si alguien o alguna cosa me estuviera tirando del ombligo hacia dentro.
Ya no estaba en mi cuarto.
Ahora, debajo de mí había muchas luces.
Nueva York.
¡El extraño personaje me había llevado a Nueva York!
Podía ver la preciosa Estatua de la Libertad bajo mis pies, y la cantidad de animación que había allí cada noche, con todos los turistas paseando y todas las pantallas de anuncios en los edificios
De repente, ya no estábamos en Nueva York, sino en Moscú, ¡La capital de Rusia!
Vimos la plaza roja de Moscú, la catedral de Cristo Salvador y la torre de Shújov.
También fuimos a Barcelona, a admirar la Sagrada Familia y Plaza Cataluña. A parte de visitar Tokio, a la otra punta del mundo. Y como hacía tanto tiempo que quería ir, fuimos a China a admirar la Gran Muralla China.
De pronto, ya no estaba en ningún lugar del mundo, estaba otra vez en mi cuarto.
Ese extraño personaje se despidió y, de repente, lo vi... El sueño me había venido a ver.
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Historias cortas
Short StoryEn los concursos de Sant George hacemos historias que presentamos y hacemos un concurso. Aquí están mis favoritas. AVISO: hay algunas en catalán