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Narra Tweek

Han pasado casi 10 años desde que empezó mi relación con Craig, al principio las cosas eran muy incómodas, sólo lo hacíamos por la presión de la gente. Todas esas miradas y extraños dibujos hacían que fuera difícil mirar a los ojos al chico que tenía por pareja. Pero con el tiempo comencé a conocer un lado de Craig que no había visto antes, su afición por el espacio, el cariño que le tenía a sus cuyos, la forma en que sus ojos brillaban al hablar de lo que le apasionaba y el como me ha ayudado a superarme a mismo, hizo que terminara enamorándome.

La vida ha sido tan especial a su lado, sin embargo las cosas han estado raras las últimas semanas. Tarda horas respondiendo mis mensajes, evita mirarme a los ojos, ya no tenemos citas, en la escuela me evita y pone todo tipo de excusas para no acompañarme a casa. Me preguntó si hice algo malo que lo haya molestado, repito en mi mente todas las conversaciones que tuvimos antes de que esto empezara, pero no logro entender que es lo que hice mal.

Algo que he aprendido en este tiempo a su lado, es que si algo me preocupa debo decírselo de frente, pero simplemente no me escucha, planeo preguntarle qué es lo que pasa cuando salgamos de la fiesta que Token organizó esta noche.

Quedé en encontrarme en la parada de autobus con Craig para ir a la fiesta, pero después de media hora de espera recibí un mensaje suyo dónde me avisó que ya estaba en el lugar. Eso me quitó un poco las ganas de ir, pero tenía que hablar con él.

A varias casas de distancia se escuchaba la fuerte música proveniente del lugar, no hacía falta entrar para ver algunos borrachos en frente de la casa. Cuando entré, el olor a alcohol inundó mis fosas nasales, gente bailando y tomando por todas partes, algunos besándose como si no hubiera un mañana y con varios espectadores al rededor. Entre todo el gentío busqué a Craig, o al menos una cara conocida. Como por arte de magia me topé con una distintiva cabellera roja.

- Hola Kyle ¿Por casualidad sabes dónde está Craig? - dudaba que oyera mis gritos, la música y gritos de los demás ahogaban mi voz.

- Hola Tweek, no sabía que ibas a venir. - respondió gritando de igual forma -no sé dónde esté Craig, pero tal vez Kenny sí, los ví juntos hace un rato.

- Gracias, voy a buscarlo. -Es un poco raro que ellos dos estén juntos, no suelen hablarse mucho en la escuela ni fuera de ella.

Fuí al segundo piso para seguir buscando y alejarme un poco del animado ambiente de la fiesta.
La casa de Token es muy grande, tiene tantas habitaciones que por más que la visite seguido, siempre termino perdido. Abrí la puerta de un cuarto al azar, y cuando ví lo que había dentro, mi cuerpo quedó en estado de shock.
Mi pecho se sentía pesado, mis respiración se aceleró, la sensación de hormigueo invadió mis manos y sin poder resistir más, bajé corriendo las escaleras y empujé a toda la gente enfrente mío para poder salir.

No sé bien cómo es que llegué a un parque, me escondí en un monto de arbustos que tenía en espacio en medio. Rodeé mis piernas con mis brazos y me puse a llorar, trataba de procesar que es lo que acababa de ver. Sus dedos largos y pálidos recorriendo ese cabello rubio, las mejillas sonrojadas, los ligeros suspiros que salían de sus bocas, el contacto labial constante, las ropas desaliñadas. Aquellas manos que en algún momento tocaron mi piel y esos labios que besaban los míos, ahora lo hacían con aquel rubio de sudadera naranja.

Todo parecía parte de una pesadilla, una de la que temía no despertar.

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