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Narra Tweek

Ha pasado una semana desde lo ocurrido en la fiesta de Token.

Decidí tomarme unos días en casa, mis padres se enteraron de lo que pasó y me dieron permiso para también faltar al trabajo en la cafetería. Kyle viene todos los días para darme los apuntes y hacerme compañía, según lo que me cuenta, parece que toda la escuela se enteró y las cosas han estado un poco agitadas. No creo poder manejar todo eso cuando regrese, pero no puedo estar encerrado en mi cuarto toda la vida, aunque no suena tan mal.

Me puse a leer los mensajes que me mandan algunas personas de la escuela, la mayoría me escribe para enterarse del chisme completo. Algunas chicas lo hacen sólo para confirmar que ya no estoy saliendo con Craig, porque esperan tener una oportunidad con él, es obvio que no tienen ni un poco de empatía en sus cabezas.

Estaba a punto de apagar el celular, cuando llegó un mensaje de un número desconocido.

Deja ya de torturarte.
La persona por la que sufres no merece tus lágrimas.
Él no se daba cuenta de la increible persona  que tenía a su lado.
Sé que tratas de olvidarlo y que todo esto
sólo sea un mal sueño, pero es mejor mantener el recuerdo, porque de los errores se aprende.
Sal a disfrutar tu vida, con tus amigos y familia, ellos son la mejor medicina para curar tus heridas.
Hay gente que te ama mucho, entre ellos me incluyo yo.

Por un momento creí que tal vez Kyle o alguno de mis amigos me había escrito ese mensaje, pero no habría motivo para hacerlo desde otro número sin registrar. Es extraño, me preguntó quién puede ser, sus palabras me hicieron reflexionar un poco. Sé que mis amigos me han estado diciendo cosas parecidas, pero no quieren ser muy invasivos con mi privacidad; no lo sé, tal vez ya sea tiempo de salir de este cuarto y volver a mi vida normal. Aunque ahora será sin Craig.

Narra Kyle

Y una nueva semana comienza. Gracias a Wendy las cosas han podido calmarse un poco, espero que lo suficiente como para que Tweek no se agobie. Me avisó por mensaje que hoy regresaría a la escuela, me alegra que por fin haya decidido salir de ese tenebroso cuarto.

Soy el primero en llegar al salón de clases, tomé asiento y conecté mis audífonos para distraerme mientras tanto. Al poco rato una persona toca suavemente mi cabeza.

—¿Qué escuchas?— me quité los audífonos y volte a ver quien me hablaba.

— No sé si te interese Tweek, son cantos de ballenas jorobadas en época de apareamiento.— se rió de mi estúpida broma y se acercó más para abrazarme.

— ¿Me veo muy desaliñado?— se miraba en el espejo de su celular mientras intentaba arreglar su esponjoso y revuelto cabello.

—Te ves divino querido.— Bebe acababa de entrar al salón para posteriormente abrazar fuertemente a Tweek.

—Jeje, gracias Bebe.

Poco a poco el salón se fue llenando de gente, algunos pasaban a saludar a Tweek o simplemente lo veían desde lejos mientras cuchichean con sus amigos.

—Nos alegra mucho tenerte de vuelta, pero ¿Qué te hizo salir de tu cueva y regresar a la sociedad?— preguntó Wendy.

— Bueno, no lo sé, estuve pensando que no podía estar encerrado en mi cuarto para siempre. Pero lo que me hizo reaccionar un poco, fue un mensaje anónimo que recibí.

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