Eran apenas las 4 de la mañana cuando un cuerpo bajo las sábanas se removía con pereza, intentando forzarse a ponerse de pie.
El segundo cuerpo junto a él parecía una inerte roca encogida casi abrazando sus piernas, y es que aunque se viera divertido siendo de la mitad de su tamaño cuando dormía, el mejor amigo de Jungkook no cambiaba jamás de posición.
Su cabeza dolía y su garganta se sentía seca, vagos recuerdos de un ruidoso bar, olor a cigarrillo, luces coloridas girando en su cabeza estaban haciéndolo entrar en razón, la noche anterior había sido una locura.
Sentía sus ojos hinchados, ¿habría llorado de nuevo? no podía recordarlo pero algo le indicaba que sí, pensó en preguntárselo a Yoongi pero el chico de cabellos celestes estaba disfrutando de sus sueños y... despertarlo jamás había sido una buena opción.
A pasos pesados Jungkook bajó a la cocina, encontrándose con un nuevo cuerpo en el sofá, rió al ver que él también estaba ahí, se preguntaba por qué no había amanecido en su cama también, se acercó a él y lo acobijó, el rubio ni se inmutó ante la presencia de alguien más pues también estaba casi inconsciente.
La noche anterior habían sacado a Jungkook a regañadientes de casa para "celebrar" sus logros, aunque él dijera que no repetidas veces terminó cediendo ante los constantes empujoncitos de de Jimin y el tono irritado de Yoongi.
Se arrepentía en ese momento debido al creciente dolor de cabeza que le decía buenos días.
Se dirigió al refrigerador y se srivió un vaso de agua fría, aún estaba oscuro y cómo no, era de madrugada, para no haber bebido tanto como otros dos individuos se sentía bastante descompuesto.
El teléfono sonó inesperadamente a lo que Jungkook frunció el ceño confundido. ¿Namjoon? no, él no trabajaba ese día y no interactuaban demasiado después de que le dijo que había obtenido las practicas, se apresuró a tomar el teléfono antes que este dejara de sonar.
— ¿Buenos días? —Alcanzó a decir Jungkook con su voz un poco rasposa puesto que acababa de despertarse, en cuanto el otro lado de la línea contestó, reconoció la voz, era Bogum.— Ah, hyung, buenos días, ¿está todo en orden?
— Oh, sí, sí, bueno, no tanto en realidad, es decir... —Se escuchaba ansioso por alguna razón, Jungkook no había cruzado muchas palabras con él pero lo conocía gracias a que él apareciera en las revistas universitarias de la facultad de medicina como uno de los mejores neurólogos de la región.— Bueno, te llamaba porque hoy no podré llegar al hospital, tengo unos asuntos familiares que debo atender ¿sabes? entonces, quería comunicarte que avisé al personal y a la habitación que este día te encargaras tú ¿estás de acuerdo?
Jungkook se quedó quieto en su lugar con la boca semiabierta ante la sorpresa, de todos los días en los que pudo llamarlo, le llamaba justo cuando el excelente practicante estaba jodidísimo con la resaca.
Ah, mierda...
— ¿Jungkook, estás ahí?
— Eh-Sí, yo-Sí, de acuerdo, estoy de acuerdo ¿a qué hora debería llegar? —Tomó un papel para anotar el horario, la habitación y cualquier otro detalle que le diera Bogum.
— Hoy es día de atención completo... —Excelente, pensó Jungkook, todo iba mejor.
Se quedaron acordando detalles un poco más y la llamada finalizó. Restregando sus manos contra su cara para despertarse según el pelinegro, suspiró con derrota y no es que no quisiera ir, por supuesto que quería, no había hablado de otra cosa después de haber conseguido el puesto, pero, ese día se veía patético, se sentía patético.
La resaca no era lo único que lo estaba haciendo sentir enfermo, sino también que tenía ya varios días sin usar el medicamento que tenía resetado desde hacía casi dos meses, se sentía mal, y aún más porque ya no quería tomarlo, pero su ánimo estaba diciéndole que debía... y ahora que iba al hospital, tenía que hacerlo.
* * *
El reloj apuntaba las 10 de la mañana en punto, Jungkook estaba listo y apunto de terminar su escaso desayuno para irse al hospital. Yoongi había quedado de ir a dejarlo al edificio para después dejar a Jimin en casa.
El tiempo había pasado rápido y entre risas y varias maldiciones de parte del pelinegro a Yoongi, estaban notablemente de mejor ánimo. Mientras ya iban de camino cada quien a sus destinos Jungkook recordó lo que tenía que preguntarle al chico de cabellos celestes.
— Oye, hyung...
— ¿Hm? —Jungkook aclaró su garganta antes de preguntarle, no sabía por qué estaba tan preocupado por eso pero no recordaba claramente lo que había hecho la noche anterior.
— Yo, ¿lloré anoche cuando salimos? —Preguntó, y bajo las oscuras orbes del pelinegro que observaban con detenimiento a Yoongi, notó como éste tensó su mandíbula ante la pregunta y a la vez, por el retrovisor pudo notar como Jimin dio una fugaz mirada a ambos para luego parecer bastante interesado en la vista a través de la ventana.
— Y tuviste pesadillas, Kook, me quedé contigo por eso. —Respondió sin pensarlo más. Rogaba porque el menor no siguiese preguntando más sobre el tema.
— ¿Fue por-
— Jungkook, —Interrumpió la dulce voz de Jimin desde el asiento trasero.— sí fue eso ¿bien? No tienes-No tienes que sentir vergüenza por llorar o por tener pesadillas. ¿Queda claro?
El pelinegro escuchó con atención a su amigo, mientras que Yoongi por el retrovisor le regalaba una sonrisa agradecida al rubio por haberlo salvado de responder, el tema de la pareja de Jungkook era algo que no podían tocar con facilidad, Jungkook después de lo que pasó se aisló, se deprimió, se culpó de tantas cosas a tal punto de ser casi otra persona.
No bebía, no necesitaba antidepresivos, no necesitaba emborracharse hasta perder la cabeza para desahogarse consigo mismo... todo había pasado tan rápido y seguía pasando, pero con menos frecuencia, parecía estarse mejorando... parecía.
Una vez en el hospital Jungkook se sentía nervioso, había lavado sus dientes mil veces con tal de no oler a alcohol, se había bañado bien y perfumado de forma decente para verse más como un humano y no como un adolescente que había tenido su primera fiesta.
Se aferró a la bolsa de papel con comida por la que casi perdía la vida después de rogarle muchas veces a Yoongi que le llevara a comprarle un combo de hamburguesas a su paciente.
"Es tu primer día de trabajo, niño, no tu primera cita" Río ante el recuerdo del chico de piel pálida diciéndole aquello, obviamente él jamás iba a ir a su primera cita y le daría de regalo a alguien un combo de hamburguesas.
Quería llevarle algo rico de comer a quien sería su paciente todo ese día, sabía muy bien que la comida del hospital no era lo más rico del mundo.
Entró a la habitación, tocando primero y asomándose un poco para percatarse de poder pasar. Notó que estaba todo en orden y una hermosa sonrisa le esperaba dentro, con cierta emoción.
— ¡Hyung, bienvenido! —Dijo alegremente el chico de cabellos casi grises, con pequeños risos cayéndole por la frente, un bello rostro iluminado por la luz del día que hacía que su piel canela se viese viva, tersa, muy linda. El chico extendió su mano hacia el pelinegro que estaba parado frente a él tratando de sonreír amablemente, Jungkook reaccionó de inmediato y estrechó la mano del chico con delicadeza, "Jeon Jungkook" respondió casi de forma inaudible, presentándose.
— Kim Taehyung. —Respondió el chico de cabello grisáceo afirmando el agarre de ambos, Jungkook sonrió puesto que él ya sabía su nombre desde que leyó su expediente.

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Amnesia💊Kookv
Fanfiction❝Hay dos clases de recuerdos: los recuerdos del corazón y los recuerdos del cuerpo. A veces, aunque el cuerpo olvida, hay cosas que el corazón recuerda.❞ ❧Historia Original. ❧ Capítulos cortos. ❧ No adap. ❧ No copiar. © Sam.