IV: Only a hug.

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"El peligro yace ante ti, mientras la seguridad está detrás,

dos queremos ayudarte, cualquiera que encuentres,

una entre nosotras siete te dejará adelantarte,

otra llevará al que lo beba para atrás,

dos contienen sólo vino de ortiga,

tres son mortales, esperando escondidos en la fila.

Elige, a menos que quieras quedarte para siempre,

para ayudarte en tu elección, te damos cuatro claves:

Primera, por más astucia que tenga el veneno para ocultarse siempre

encontrarás alguno al lado izquierdo del vino de ortiga;

Segunda, son diferentes las que están en los extremos, pero si quieres

moverte hacia delante, ninguna es tu amiga;

Tercera, como claramente ves, todas tenemos tamaños diferentes: Ni

el enano ni el gigante guardan la muerte en su interior;

Cuarta, la segunda a la izquierda y la segunda a la derecha son

gemelas una vez que las pruebes, aunque a primera vista sean

diferentes."

Y ahí se encontraban Harry y Hermione en el último obstáculo para poder llegar a la piedra filosofal. 

Hermione dejó escapar un gran suspiro y Harry, sorprendido, vio que sonreía, lo último que había esperado que hiciera.

—Muy bueno —dijo Hermione—. Esto no es magia... es lógica... es un acertijo. Muchos de los más grandes magos no han tenido una gota de lógica y se quedarían aquí para siempre.

—Pero nosotros también, ¿no?

—Por supuesto que no —dijo Hermione—. Lo único que necesitamos está en este papel. Siete botellas: tres con veneno, dos con vino, una nos llevará a salvo a través del fuego negro y la otra hacia atrás, por el fuego púrpura.

—Pero ¿cómo sabremos cuál beber?

—Dame un minuto.

Hermione leyó el papel varias veces. Luego paseó de un lado al otro de la fila de botellas, murmurando y señalándolas. Al fin, se golpeó las manos.

—Lo tengo —dijo—. La más pequeña nos llevará por el fuego negro, hacia la Piedra.

Harry miró a la diminuta botella.

—Aquí hay sólo para uno de nosotros —dijo—. No hay más que un trago.

Se miraron.

—¿Cuál nos hará volver por entre las llamas púrpura?

Hermione señaló una botella redonda del extremo derecho de la fila.

—Tú bebe de ésa —dijo Harry—. No: vuelve, busca a Ron y coge las escobas del cuarto de las llaves voladoras. Con ellas podrás salir por la trampilla sin que los vea Fluffy. Ve directamente a la lechucería y envia a Hedwig a Dumbledore, lo necesitamos. Puede ser que yo detenga un poco a Snape, pero la verdad es que no puedo igualarlo.

—Pero Harry... ¿y si Quien-tú-sabes está con él?

—Bueno, ya tuve suerte una vez, ¿no? —dijo Harry, señalando su cicatriz—. Puede ser que la tenga de nuevo.

En caso de duda ve con Hermione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora