*Narras tú*.
Eso fue lo más humillante de la vida, me caí enfrente de Justin Bieber y toda la escuela, menos mal que nadie sabía quien soy. Estoy segura de que mi caída fue plan de esas dos brujas de mis hermanastras, pero las ignoraré.
Estabamos con mi amiga en su camioneta partiendo a mi casa, ya eran las doce y aún no estaba en la mansión, este era mi fin.
-¡BAILASTE CON JUSTIN BIEBER! -Dijo mi amiga sin despejar los ojos de la carretera, estaba emocionada.-
-¡Me caí! Hice el ridículo con Justin Bieber. -Dije apenada.
-Claro que no, estuviste genial, si supieras como te miraba...
-No, fue espant... espera, ¿de verdad? -Dije con los ojos llenos de brillos.
-Sí, creo que le gustaste. -Dijo pegándome un codazo.
-¿Tú crees? Porque le gustaría yo, es decir, se trata de mi. -Bajé la cabeza. Era verdad, ¿qué podrían verme de lindo?
-Cállate, eres perfecta así como eres. -Dijo mi amiga parando la camioneta justo en frente de la masión, genial, justo Violetta estaba llegando en su limusina. - Ahora vé, tienes suerte guapa.
Baje lo más rápido posible de la camioneta sin antes regalarle una sonrisa a mi amiga, sin ella no la hubiera pasado tan bien esta noche. Ella es todo para mi, mi única amiga.
Llegué a la habitación de Violetta y me puse una de sus batas rápidamente cubriendo todo mi vestido y saqué mi maquillaje para que no sospechara e hiciera interrogatorios. De repente la puerta se abrió mostrando una Violetta con ojos irritados y examinando la habitación perfectamente.
-Parece que haz hecho un gran trabajo. -Dijo mirándome victoriosa. Si supiera que no limpié nada yo. JÁ. -¿Por qué traes una de mis batas?
-Y-yo... ¡estaba admirando la calidad de la seda! -Dije acariciando la tela de la bata.
-Como sea, puedes irte. -Dijo hechandome de su cuarto.
¡NI SIQUIERA SOSPECHÓ!