Festival. Parte N°1

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(Recuerden dejar sus preguntas ¿Si?)

Los fuegos artificiales pintaban el cielo, como manchas de pintura en un olio oscuro. La música del festival resonaba fuertemente, el murmullo de la gente se escuchaba, a pesar de todo el ruido uno podía sentirse en paz y calma gracias a este positivo ambiente.

Todos nos encontrábamos paseando por ese lugar, charlando y dispersándonos si es que veíamos algo interesante.

Kazuichi termino ganado varios peluches, que la mayoría se los regalo a Sonia, y uno me lo entrego a mí. Gundham, también gano alguna que otra cosa, me regalo la mayoría pero él le puso los nombres a cada uno.

Fui con Koizumi para que le saque una foto a Fuyuhiko y a Peko, que estaban compartiendo una brocheta. Ambas nos reímos al ver que no notaron nuestra acción. A lo lejos pude ver como Ibuki coqueteaba con Mitarai pero el solo se disponía a dibujar.

Owari estaba comiendo junto a Nidai, ¿Soy la única que piensa que ellos hacen buena pareja?

Mire a todos lados, no encontraba a Sonia ni a Kazuichi. . . . . . . . . . . . . ¡Que pervertida puedo ser!

Me choque con alguien mientras estaba mal pensando. Parece que tanto Hanamura como yo vemos yaoi, así que comenzamos a debatir sobre nuestro manga/programa favorito. – No creo que ese sea mejor que Junjo Romántica. En ese Vicktor jamás se la mete a Yuri.

– Lo sé pero el romance también es importante. – Le rebatí. – Además que también es un programa deportivo. Así que no creo que tengan relaciones, aun, claro. –

– No sabía que pertenecías al lado oscuro. –

– Orgullosa desde los 12 años. – Dije mientras alzaba mi mano al aire.

– Y dime, ¿Has pasado a "eso" con Gundham? – Mi cara se tornó roja como un tomate, cambie rápidamente de tema, preguntándole si tenía más recetas que podría enseñarme a preparar.

Me despedí de Hanamura con la mano. Mientras iba caminando trataba de encontrar a Gundham. – ¿Dónde te metiste, señor de las tinieblas? – Dije con una risita al final. Vi la bufanda de mi amado escabulléndose entre las sombras, dirigiéndose a un templo. Decidí seguirlo para ver que hacía.

Ingrese por el puente al lugar. Buscando a Gundham.

Sentí unas manos que me abrazaban por detrás, me asuste tanto que salte. Me aleje de la persona para verla mejor. Escuche una pequeña risa que se le escapaba a esa persona que me había causado un casi-infarto. – ¡Gundham! – Exclame molesta mientras me acercaba a él.

Me abrazo en cuanto estuve a su lado. Para luego darme vuelta, y comenzar a atar mi cabello. – Dotado de hermosura. – Dijo para luego levantar mi rostro y besarme.

Toque mi cabello una vez se apartó para ver que había hecho. Mi pelo estaba recogido por una hebilla. – ¿Y esto? – Pregunte con una sonrisa en los labios.

– Se quebrantó la tuya ¿No es así? – Me acaricio la mejilla para posteriormente seguir hablando. – Pequeño cordero, la falsedad no está permitida en mi reinado. Si tu sentir es miserable, deseo que me lo comuniques. – Me acerque a él y tome su bufanda para obligarlo a agacharse y así unir nuestras bocas. Sentí como su lengua invadía cada zona de mi paladar. Un extraño calor surgió de mi cuerpo, un anhelo indeseable se formaba en mí, bueno, tal vez no solo en mí. La boca de Gundham había hecho un recorrido bajando desde mis labios hasta mi cuello donde sentía como lo besaba, lamia he incluso mordía levemente. Un extraño ruido salió de mis labios mientras sentía las acciones de mi novio. En ese momento paro lo que estaba haciendo para dejar caer su cabeza en mi hombro. – Perdóname. – Fue lo que me susurro.

– Tonto. – Le respondí para luego abrazarlo.

– Cita. – Dijo mientras se levantaba. – Tengamos una cita el fin de semana que viene. – Mi cara de credibilidad no se esfumaba de mi rostro.

¿Una cita? ¿El próximo fin de semana? Me pregunto por qué, siendo que a él no le gustan este tipo de cosas ni los lugares con muchas personas. – ¿Estás seguro? – Asintió con la cabeza. – Bueno, es mejor que te de mi regalo. – Le entregue una pequeña caja decorada con un papel morado y una cintita blanca.

El abrió con cuidado la caja, los pequeños roedores que se encontraban en su bufanda saltaron a mí, San-D y Maga-Z se colocaron en mi hombro derecho, Cham-P e el izquierdo y el perezoso de Jum-P en mi cabeza, cuando el terminó de abrirla saco un pequeño llavero de un hámster y un cordero que, yo misma he hecho (Con ayuda de Mioda) La cara de él enrojeció completamente. – Gracias. – Dijo mientras colocaba su bufanda alrededor de su cara.

¡Ha reaccionado tan bien! ¡Me encanto haberle dado el regalo! – ¿Vamos? – Pregunte feliz mientras ladeaba la cabeza. Y el solo asintió.

Nos quedamos una horas más en el festival. Y el por qué no se encontraba ni a Sonia ni Kazuichi era por que ayudaron a un niño que se perdió a encontrar a sus padres y luego comer algo por ahí, de hecho él estaba más que fascinado por todo lo que le paso. Encantado, extasiado. Tanto que grito que era el día más feliz de su vida. Sonia, se alejó un poco más de él, diciendo que no lo conocía en broma.

Mientras que paseábamos v un juego que me llamo la atención. Uno de botellas. – ¿Recuerdas Kazuichi? Jugábamos cuando éramos pequeños. –

– Odiaba ese juego. – Refunfuño.

– Yo lo amaba. – Respondí con una sonrisa.

– ¡Eso era porque siempre ganabas tú! – Protesto mientras gritaba, y varias personas se giraron a verlo.

– Quiero saber si aún tengo el toque. – Dije mientras compraba un boleto y arrojaba los anillos. Emboque 3 de 4, nada mal.

Me gane un kotatsu. A pesar de que estamos a casi inicios de verano, me lo quede.

Y un rato después, nos volvimos todos al hotel. Comimos, y nos disponíamos todos a dormir si no fuera por. . . . . – ¡Guerra de almohadas! – Grite con todas mis fuerzas mientras las lanzaba de diestra y siniestra.

Comenzó la verdadera masacre, y los reyes de la noche (Peko y Fuyuhiko) vs. Su peores enemigos (Owari y Nidai) Pero, en el combate nos unimos Gundham y yo. – Patéticos mortales. – Dije mientras mi cabello oleaba en el viento.

– Piensan que tiene alguna oportunidad contra la reina de los cielos. –

– Y el señor de las tinieblas. –

Y así la batalla perduro, hasta el fin de los tiempos.

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O hasta que tuvimos que llevar a Kazuichi a la enfermería por que se metió en medio de nuestra pelea, y Owari le dio con la almohada.

Cosas que pasan. 

Viviendo con un "Dios" (GundhamxTu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora