N°13: ¿Quedamos?

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- Buenos días, queridos estudiantes del Tercer año de Secundaria - llamó la atención de los presentes una señorita de corto cabello marrón y ojos de color azul, quien parecía que nos iba a dar el recorrido del lugar - Soy Amell Kyumai y por hoy seré su guía turística para mostrarles todas las maravillosas posesiones que tiene este gran Observatorio de París. Así que les pido por favor, guarden todas sus cosas para poder empezar - sonrió amablemente. Ah... Con esa sonrisa y su manera de hablar, sentía que una cálida brisa pasaba sobre mi rostro haciéndome olvidar todas mis preocupaciones. Me llenaba de tranquilidad. Eso tal vez, les pareció muy cursi, pero era lo que mi corazón decía y no lo podía ocultar

- Sí - respondieron algunos chicos al unísono, mientras que otros no quisieron decir alguna palabra

Pasaron unos pocos minutos y ya estábamos rumbo a la puerta principal, donde nos abrió un joven alegre y de delgada contextura.

- Caminen de forma ordenada, por favor - pidió nuevamente sonriente, poniéndose en la delantera de la casi corta fila de nuestro salón - Como verán, las paredes de este corredor están llenas de fotos de las personas y artefactos que nos han estado ayudando durante varios siglos - caminábamos haciendo algunas pausas para admirar y conocer mejor a los antiguos científicos y astrónomos que estuvieron presentes en importantes descubrimientos. Pero hubieron tres de ellos que resaltaron en la historia, a mediados del año 1667

- Estos tres personajes son: el médico y arquitecto Claude Perrault, el astrónomo Giovanni Cassini y el científico Adrien Auzout - Jeje... Al oír el nombre de este último, todos voltearon con una mirada juguetona para ver a nuestro querido rubio, el cual ya se encontraba apenado por escuchar ese nombre

- ... - no dijo nada la señorita al no entender el "chiste" de sus jóvenes visitantes - Ellos fueron piezas claves en la creación de este observatorio y...

- Liz - llamó mi kwami, sacando su pequeña cabecita de mi mochila

- Eh? - me asusté por tal imprudencia, así que caminé acelerando poco a poco el paso hacia el final de la fila para que nadie me vea conversando con ella - ¿Qué pasa, Heall? ¿A caso, estás loca? - le susurré

- Primero, no lo estoy - se cruzó de brazos - Y segundo, necesito que me ayudes a encontrar algo

- ¿Encontrar algo? - me sorprendí - ¡¿Aquí?! - asintió

- Sí, es un... - se tapó los labios - Cómo decírtelo... - pensativa se quedó por unos segundos - ¡Ajá! ¿Recuerdas la vez cuando te conté mi historia?

- Por supuesto, terminamos ambas llorando - me alegré y la seguí escuchando

- Bien, pues te había comentado, en ese día, que un raro, pero único Libro se había perdido hacía mucho tiempo atrás; como unos 18 años aproximadamente, por culpa de un hurto a nuestro sagrado santuario - su expresión pasó a ser seria

- Sí, me mencionaste algo sobre un robo, ¿pero exactamente qué hurtaron?

- suspiró entristecida - Fueron el Libro de hechizos, por supuesto, y pues... Los Miraculous del Pavo Real y el de la Mariposa

- ¡¿Qué?! - grité sorprendida. Al instante, todos los presentes se quedaron mirándome y el guardia de seguridad tuvo que silenciarme sin querer decir algo - Lo siento... - agache la cabeza, acercándome lentamente a la profesora - Miss Bustier, ¿me da permiso para ir a los servicios higiénicos, por favor? - sonreí. No podía quedarme en ese lugar, y mucho menos, cuando Heall me pidió que encuentre algo por ella

- Ve rápido - me susurró sin mostrarme expresión alguna

- Arigatō -. Y me dirigí lo más rápido que pude a dicho lugar

Estoy en Miraculous Ladybug ፧ Adrien Agreste / Chat Noir x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora